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  • El gobierno estatal decidió reprimirlas con bombas de humo

Miles de mujeres de todas las edades salieron a las calles para exigir respeto a sus derechos y a una vida libre de violencia en Morelos; al final fueron reprimidas con bombas de humo parecido a gas lacrimógeno que arrojaron desde el interior del palacio de gobierno, sede oficial del Poder Ejecutivo.

La marcha bajo el nombre “Ante la impunidad machista Unión Feminista” fue convocada por 27 Colectivas feminista y arrancó desde la glorieta de Tlaltenango, al norte de Cuernavaca.

En esta ocasión se permitió la presencia de hombres en el contingente de familiares de víctimas de feminicidio y desaparición, lo mismo en el bloque de infancias que portaban cartulinas dónde se podía leer mensajes como “quiero crecer sin miedo”, “las niñas no se tocan, no se violentan no se matan”.

En el resto de los bloques se observó a mujeres de todas las edades que gritaba consignas entre las que se podían escuchar consignas generales como “escucha idiota las niñas no se tocan”, y otras con destinatario, como el gobernador -“Cuauhtémoc huevón, búscalas cabrón”- o el comisionado de seguridad pública: “Guarneros no me cuida, me cuidan mis amigas”.

La marcha avanzó a paso lento y al llegar al Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Morelos, sobresalieron consignas de reclamo por las irregularidades y omisiones frente a la violencia vicaria.

Siguieron las consignas: “señor, señora, no sea indiferente, nos roban a los niños con ayuda de los jueces”; “Jueces vendidos, niños perdidos, abogados venidos, niños perdidos”.

De manera paralela se dio la primera intervención al edificio que representa para las mujeres violentada un monumento a la impunidad.

Tocó turno de las instalaciones del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) dónde reclamaron la ausencia de servicios de salud para garantizar sus derechos reproductivos y aborto seguro.

Entre otros edificios intervenidos figuró la Iglesia del Parroquia San José El Calvario, dónde un grupo de religiosos internaron frenar las expresiones de protesta de las feministas que gritaban “saquen sus rosarios de nuestros ovarios”.

A la mitad de la marcha se incorporó un féretro intervenido con bordados con nombres de mujeres víctimas de feminicidio debido a que del 2000 a la fecha se han acumulado mil 303 y este 8 de marzo fue asesinada a balazos en la colonia Miraval de Cuernavaca.

Bajo la consigna “ni una más ni una más, ni una asesina más” y “nos queremos vivas”.

La batucada anunció el arribo de la marcha al primer cuadro de la ciudad y las mujeres entonaron la consigna “va a caer, va caer, el patriarcado va a caer”, “¿no que no? ¡sí que si! ya volvimos a salir”.

Bombas de humo desde Palacio de Gobierno

Apenas terminan de entrar a la Plaza de Armas, situada frente a Palacio de Gobierno, las miles de mujeres que recorrieron 4.1 kilómetros, cuando algunas de ellas “intervinieron” el edificio, sede oficial del Poder Ejecutivo, cuando, desde adentro del edificio arrojaron bombas de humo que afectó la garganta y los ojos de mujeres e infancias.

Melissa Fernández, vocera del comité organizador de la protesta, condenó que el gobierno de Blanco Bravo haya cumplido su amenaza de represión.

“Previo a que se expandiera el humo similar a gas lacrimógeno se escucharon dos detonaciones y en seguida salió el humo por dos zonas contrarias a la ubicación de la Ofrenda de Víctimas y en seguida se escuchó un petardo”, sostuvo una feminista que solicito su anonimato.

Las mujeres se replegaron al centro de la plaza, una joven se desvaneció y con auxilio de sus compañeras se restableció.

Se dio paso a la lectura del pronunciamiento dónde reprocharon a las autoridades de los tres poderes, Ejecutivo, Judicial y Legislativo, su actitud omisa e indolente ante la creciente ola de violencia contra las mujeres que se ha naturalizado e invisibilizado en Morelos.

“Hoy, nuevamente, tomamos las calles y en un solo grito demandamos acciones con las que se garantice el acceso a la justicia y la reparación del daño para las mujeres víctimas de violencias y sus familias, pues la impunidad que prevalece por parte del Estado ha generado simulaciones con las que algunos grupos e instituciones han obtenido ventajas políticas y sociales”, sostuvo una joven vocera.

Demandas puntuales

Además, dieron lectura a un pliego petitorio en el que exigieron a los tres Poderes lo siguiente:

“1.- Que el Ejecutivo asuma su responsabilidad y genere esfuerzos transversales para proteger la vida de las mujeres que vivimos en Morelos, es urgente fortalecer las políticas de prevención y atención desde la perspectiva de género y enfoque de derechos humanos. Así como destinar y transparentar los recursos federales asignados para atender la Alerta de Violencia de Género, rindiendo cuentas de estos y de sus resultados.

“2.- Al Legislativo le exigimos emitir leyes a favor de los derechos sexuales y reproductivos, pues desde hace 20 años sus integrantes han obstaculizado el derecho a abortar de las mujeres de manera legal, segura y gratuita, guiados por sus creencias personales, religiosas y pactos patriarcales que atentan contra la vida y salud de las mujeres morelenses.

“3.- Al Poder Judicial le demandamos que el personal encargado de la impartición de justicia se encuentre debidamente capacitado y sensibilizado, en temas de derechos humanos de las mujeres, interseccionalidad e interculturalidad. De igual manera exigimos que se reconozcan e investiguen las redes de corrupción e impunidad y tráfico de influencias que han obstaculizado el acceso a la justicia a las víctimas de las violencias mencionadas.

“4.-Exigimos al titular de la fiscalía que dé a conocer y se cumpla con los mecanismos para consolidar al interior de esta institución una política de seguridad humana que garantice procesos de intervención efectiva frente a hechos violentos contra las mujeres, así como la investigación ágil, oportuna y eficiente en particular en los casos de violencia feminicida, sexual, secuestro y desapariciones forzadas de mujeres.”

Además, a los alcaldes, miembros del cabildo, funcionarios y servidores públicos municipales, les señalaron que es su responsabilidad diseñar y ejecutar políticas públicas que garanticen y velen por los derechos humanos y civiles de las mujeres, así como de las poblaciones en situación de vulnerabilidad.

También llamaron a la población en general a tomar conciencia de las múltiples violencias que viven las mujeres y les pusieron no normalizarlas en los diversos espacios de convivencia y en las relaciones personales.

Finalmente se cedió la palabra a familiares de víctimas de feminicidio y desaparición y a mujeres víctimas de distintas violencias para que dieran testimonios de la doble y triple violencia institucional a la que se enfrentan.

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