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• Ojalá se gobernara para todos los mexicanos: Obispo de Cuernavaca
• Nadie, y menos los gobernantes, tienen derecho a impulsar reformas que eliminen o comprometan la fortaleza de las Instituciones: Conferencia del Episcopado.

Redacción
“La pobreza creciente y la destrucción del medio ambiente; la inseguridad y la violencia; el narcotráfico y la drogadicción; las extorsiones y los secuestros; los feminicidios y los miles de desaparecidos; los desplazamientos forzados de tantos migrantes, quienes buscando una vida mejor, atraviesan el territorio nacional convertidos, tristemente, en mercancía humana; las amenazas a la democracia, la libertad religiosa y de expresión; la polarización ante las diversas propuestas políticas, alimentada, muchas veces, por quienes deben promover la unidad para el bien del país”, concluyó el Clero mexicano al término de la CXIII Asamblea Ordinaria del Episcopado.
En la reunión, convocada en Lago de Guadalupe, Estado de México no solo participaron todos los obispos mexicanos, sino, en “mesas de escucha”, diversos especialistas, representantes de partidos políticos y funcionarios de alto nivel de la administración federal como el Secretario de Gobernación y la Secretaria de Seguridad Pública.
En el comunicado 162 – titulado “ Una realidad compleja y desafiante que nos interpela a todos”-la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la jerarquía eclesiástica señaló que por sus propias enseñanzas tienen que “ser sensibles frente a la situación actual y a no quedarnos cruzados de brazos ante los problemas que afectan a todos´.
En una entrevista radiofónica con el periodista Joaquín López Dóriga, Monseñor Ramón Castro Castro, Obispo de Cuernavaca y Secretario General del Episcopado Mexicano, abundó que la polarización pública es fomentada principalmente desde el gobierno. “Cuánto quisiéramos que se gobernara para todos los mexicanos, aunque pensaran de modo diferente”, expresó.
Comentó que, si en las “mesas de escucha” el Episcopado pudo contrastar versiones muy diferentes de la misma realidad, así, y a pesar de que en ellas no se acostumbra debatir no formular preguntas, cuando los funcionarios del gobierno federal describían la realidad oficial, el Cardenal Felipe Arizmendi, Obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas, les replicó que el clero “tenía otros datos”, “lo que explica y pone en evidencia muchas cosas…”, comentó Castro.
Con respecto a la reforma electoral, reiteró que la Iglesia Católica Mexicana se opone a ella, como lo manifestaron desde finales del mes de octubre cuando el CEM hizo público un comunicado al respecto en el que se afirma que “ningún ciudadano y menos los gobernantes que juraron guardar y hacer guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, tienen derecho a impulsar reformas que eliminen o comprometan la fortaleza de las Instituciones que son el soporte del Estado Mexicano, como es el caso del INE y del TEPJF. La sola pretensión de hacerlo pone en entredicho la calidad moral de quienes la impulsan”.
En el comunicado 157 del Episcopado se hace un reconocimiento al desempeño de las instituciones electorales que han permitido ha permitido durante los últimos 25 años la realización de procesos electorales (generales o locales) justos, equitativos, abiertos, transparentes y confiables, de forma legal y pacífica, para la renovación de los cargos de elección popular.
“El INE y el TEPJF hoy, son el resultado de la lucha y compromiso de miles de mexicanos de la sociedad civil, y de todos los signos partidistas, quienes lograron abrir caminos para la democracia real en México. Desde su fundación, el principal fruto fue que el gobierno dejó de ser juez y parte en los comicios electorales, y comenzó la transición a la democracia con alternancia en las tareas de gobierno a nivel local y federal, dando paso a gobiernos de distintas opciones políticas, ya sea en los Congresos de los Estados, en las Gubernaturas y Municipios de los mismos, junto a la alternancia en el Poder Ejecutivo Federal y el Congreso Legislativo en su conjunto.
“Sin embargo, expresamos nuestra franca preocupación, al igual que muchos ciudadanos e instituciones de la sociedad civil -y de los mismas organizaciones políticas-, por el impulso que se da a una Reforma Constitucional en materia Electoral, por iniciativa del Ejecutivo Federal, que está en proceso en la Cámara de Diputados y que, por su orientación y motivos, es claramente regresiva, más aún, constituye un agravio a la vida democrática del país, reforma destinada a afectar la representación y el equilibrio de las minorías y mayorías, llevando el control de los comicios hacia el ámbito del gobierno federal centralista, afectando su gestión presupuestal, eliminando su autonomía ciudadana y su imparcialidad partidista.”
A pesar de su postura, Monseñor Castro dijo que el Episcopado, como organización, no debe participar en la marcha que diversos grupos ciudadanos han convocado hoy en repudio de la iniciativa de reforma de ley, pues es una iniciativa laica, aunque “es bueno que la ciudadanía se manifieste. Pero como Iglesia no hay una posición en conato a la marcha. No la debemos tener. Pero es la libertad de cada ciudadano que defiende sus instituciones”.

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