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El origen, la cuna y la historia de un gourmet y popular alimento ya casi con denominación de origen, el taco acorazado. Son muchas las versiones, pero una sola reina. Una sola mujer que ha hecho de este popular pero refinado y gozador bocado mixto y difundido llamado acorazado.
De esas versiones, la primera, una familia poblana radicada en Cuernavaca en la década de los 30, inicio la venta en el centro de nuestra ciudad capital, de lo que, en la Angelópolis, se conoce como tacos de arroz.
En 1934-35, una señora Doña Felicitas Sánchez, allá en la antigua Estrella de Oro, inicio la venta de estos tacos, era una canasta con enchiladas, arroz, huevos cocidos y tortas de papa, con rajas de chiles jalapeños, y de forma rápida se ponía el arroz y el huevo o la torta de papa y por la ventanilla se hacia la entrega y el pago de los alimentos.
Esta terminal estaba en la calle de Galeana, de ahí se fue a la estación de los México-Zacatepec, donde estaban unos chamacos de apellido Soxi o Zaxy, los mismos que se encargaban de cargar a Doña Félix.
Que, si el nombre se lo pusieron porque en esa época los militares eran los principales consumidores de los tacos, eso no lo podemos asegurar, que, si los llamaron acorados porque eran muy grandes, pudiera ser, pero la verdad son tantas las versiones que lo único que se conoce como cierto, es que tiempo después se permitió la venta de tacos para los burócratas que estaban en 1967 frente al Palacio de Cortés.
Finalmente, Doña feliz se habría de instalar en un local de la calle de Rayón, convirtiéndose así, en los tacos acorazados de la citada calle.
Muchos años después, aparecería Mary, en el interior de un pasaje del vetusto inmueble de la beneficencia española en la calle de Galeana, muchos años ahí, donde confluían burócratas, periodistas, empleados y trabajadores todos del centro de Cuernavaca.
Los ahora ya famosos tacos acorazados Mary pasaron muchos años en ese pasaje que está precisamente frente a la entrada del Palacio de Gobierno, ahí se hicieron de clientes por el arroz en grandes cantidades en dos tortillas y con ellos, los huevos duros con rajas, la servilleta y la coca cola bien fría, el refresco de manzana o Pepsi cola, los tacos de carnitas, de milanesa, o bien de chile relleno.
La cuestión es que hubo de cambiar de domicilio por razones que solamente Mary conoce. No hace muchos años, pero ya son varios, en los que se tuvo que trasladarse a la parte baja del edificio Bella Vista, donde diariamente los tacos acorazados, se acaban, se necesita hacer cola para comer ahí.
Mary y sus tacos, son ya un referente obligado, es el punto de reunión de burócratas, periodistas, abogados, trabajadores y con servicio para llevar, no hay otro negocio de alimentos con tanta demanda como los tacos de Mary, la reina de los tacos acorazados en Cuernavaca.

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