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JOSE ANTONIO GOMEZ ESPINOZA

“Aprender a vivir juntos” es uno de los cuatro pilares de la Educación que propone la UNESCO en el documento “La educación encierra un tesoro”. Este pilar de la educación, hoy, se hace más pertinente en un mundo donde la violencia se ha empoderado entodos los espacios y dimensiones de la sociedad.

Vivimos en un mundo donde prevalece la violencia en todos los niveles, desde el familiar, el nacional hasta el internacional. Los índices delictivos y de violencia son cada vez más en frecuentes y con una crueldad que raya en la barbarie. Los medios, nos informan todos los días de estos niveles de violencia que se expresanen masacres, temor, incertidumbre y migraciones.

Bajo este contexto, la premisa de “aprender a vivir juntos” como uno de los pilares de la educación, es más que pertinente y se hace necesario llevarlo a la práctica educativa.

La UNESCO al reconocer esta violencia tan generalizada a la que nos hemos acostumbrado a talgrado que ya no nos afecta, a menos que ocurradentro de nuestro círculo más cercano. Esta violencia impacta nuestra calidad de vida pues crea un estado de paranoia generalizada por el temor de que en algún momento podamos ser una víctima más. 

Ante el reconocimiento de esta situación dramática que vivimos, la UNESCO, acepta que la educación ha hecho poco para modificar esta situación y dice que: “una educación debiera permitir solucionar los conflictos de manera pacífica, fomentando el conocimiento de los demás, de sus culturas y espiritualidad”

La UNESCO asevera que para “aprender a vivir con los demás”, no es suficiente enseñar la “no violencia”,por lo que es necesario trabajar en dos vertientes: 

a. En el descubrimiento del “otro”. 

Filósofos, antropólogos, psicólogos, sociólogos han dado a esta idea el concepto de la “otredad”. La “otredad es el conocimiento del “otro” como un individuo diferente, que no forma parte de la comunidad propia. La otredad, implica que, al reconocer la existencia de un “otro, la propia persona asume su identidad”.

Por mucho tiempo el concepto del “otro” se entendióbajo una dimensión negativa y sus connotaciones eranracistas, xenofóbicas, misóginas y homofóbicas. 

El nuevo concepto de “otredad”, lo plantea Jean Paul Sartre quien usa este concepto para estudiar la existencia de uno mismo a través de la mirada del otro. Sartre, considera que la otredad se encuentra presente en cada persona a través de la empatía, el rechazo, la tolerancia, la simpatía, etcétera.

Octavio Paz, que algunos estudiosos lo consideran como el poeta de la otredad, concibe la idea de otredad como la necesidad de encontrar lo perdido y de buscar un complemento del que fue separado. 

Por lo que “el otro” no debe entenderse, como el rival, el contrario, sino más bien como esa parte de nosotros mismos que nos complementa y enriquece.  Quisiera ejemplificar esto:

De joven, me encantaba el debate, para hacer valer mis puntos de vista y evidenciar al “otro”, el resultado era la incomodidad, la molestia. el enojo del “otro”. Confieso que mientras debatía, solo pensaba en cómo contradecir los argumentos de mi contraparte.

Obvio, al hacer esto, perdía la oportunidad, de conocer “otra visión del mundo” que ampliara mi horizontecultural y de conocimiento. Con el tiempo aprendí que las “otras” visiones del mundo, son tan válidas y ciertas como la mía, pues la realidad, tiene múltiples aristas y una sola persona no puede contemplar todas. 

Al dejar de contradecir, aprendí a escuchar, a entender por qué el “otro”, veía las cosas de manera diferente a la mía. Hoy, reconozco que los puntos de vista del “otro”, han enriquecido de manera sustantiva mi visión del mundo y mi vivir. 

b. La construcción de objetivos comunes, a través de proyectos motivadores.

La UNESCO sugiere para esta estrategia “Proyectos donde se superen los hábitos individuales y se valoren los puntos de convergencia”. 

La experiencia nos muestra que el deporte, las actividades culturales, sociales, de servicio comunitario, son estrategias ideales para este propósito.

Ante la violencia generalizada en que se vive, es impostergable llevar a la práctica educativa el “aprender a vivir juntos”. En una siguiente entrega quisiera reflexionar sobre el “Aprender a ser” que es el cuarto pilar de la educación donde se sintetizan y adquieren sentido el “Aprender a Conocer”, “Aprender a Hacer” y “Aprender a Convivir”.