loader image

 

Víctor Villarreal Cabello*

El control remoto de la migración es ejercido por los países de inmigración hacia los países de emigración y paso. Esto es una estrategia que se ha perfeccionado en los primeros años del siglo XXI a través de diversos mecanismos como la securitización, la externalización, la multiterritorialización del espacio, la producción de ilegalidades y la producción de espacios-tiempos de espera.

Los grandes centros hacia dónde se dirigen los migrantes en el mundo son la Unión Europea y Estados Unidos, amén a su nivel de desarrollo y a su pasado colonial en todo el mundo. Estos espacios atraen gente, esencialmente, de los países en los que tuvieron o tienen alguna injerencia colonial. Estos grandes centros de atracción han implementado mecanismos de selección de perfiles migratorios en tanto que no cierran sus fronteras del todo. Buscan los “mejores” perfiles. En ese sentido, las políticas de migración pretenden el uso de diversos filtros. Pero ya no lo hacen sólo desde su “primera trinchera”. Los países de inmigración cooptan la participación de los estados de paso y de inmigración para producir estrategias de contención. Esta participación puede ser a través de un control directo o de un control justificado en un marco de “cooperación” y el “desarrollo”.

El control remoto que ejercen los estados de inmigración es funcional en tanto que producen mercados y procesos de producción al margen de lógicas “jurídicas” y de regulación. Para Estados Unidos y la Unión Europea es pertinente por tres situaciones: complejización de su sistema de selección migratoria, construcción de espacios-tiempos de espera lejos de sus fronteras principales, permite reafirmar el área de influencia que se tiene en otras geografías. Para Estados de paso y emigración permite dos cuestiones de manera esencial: en primer lugar, la producción de mercados al margen de la regulación y la impunidad: mercados que sin la presencia de migrantes serían inexistentes como las remesas y la corrupción. En segundo término, la adquisición de capital en forma o con lógicas disfrazadas de “cooperación”, “desarrollo” y/o “seguridad”.

Estos controles remotos tienen efectos no sólo en los espacios de inmigración, cambian y modifican las lógicas de movilidad en todo el mundo y es una forma de exportar modelos y lógicas de espera. Esto hace pensar que la migración como “un problema fronterizo” es una producción o un escenario amén a las lógicas de selección migratoria. Estás lógicas de cruce existen gracias a los visados, el uso de pasaportes, la intención Estatal y capital por desvalorizar y conservar los espacios “nacionales”. Es decir, se piensa al migrante desde una construcción hegemónica, un turista es un ser que cruzas fronteras de una forma, un migrante lo hace de otra forma. La expansión del control de manera remota permite no sólo cambiar las políticas sino también las lógicas políticas de la migración dentro de los países de emigración y cruce. Es la producción remota de un modelo capitalizado y securitizado de la migración.

Los principales fuertes de este control remoto son a una escala macroestructural pues han cooptado los sistemas legales del control del movimiento en todo el mundo por la adopción de un programa de refugio. Que, si bien beneficia a una gran cantidad de personas, su no actualización funge como otra herramienta más para la selección del perfil migratorio. Este sistema trabaja en función de muchas otras lógicas como la securitización, la externalización y la multiterritorialidad fronteriza.

Esta forma estratégica es lo último en sistemas de contención migratoria y sus efectos macroestructurales o macrosistémicos se traducen en presencia de población migrante que espera en lugares dónde no tendrían que estar esperando. Incluso son una medida disuasoria para que el migrante o se quede en algún filtro, o abandone el proyecto de movilidad, o se ajuste a las lógicas de mano de obra especializada, precarizada, racializada no blanca en los grandes centros de inmigración. El seguimiento de su actualización como estrategia, así como sus causas y efectos será fundamental en el siglo XXI para comprender los procesos construcción de espacios-tiempos-perfiles de los años del porvenir.

*Milpaltense, internacionalista, escribiente y migrantólogo.