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Como el maíz y el frijol. La adopción y el interés superior de la infancia y la adolescencia

 

Me congratulo en anunciar la publicación de un libro escrito por el autor de esta columna y cuyo título da entrada a la presente contribución. El volumen forma parte de una tetralogía, es decir, de cuatro obras literarias que mantienen entre sí una unidad argumental; en todos los casos el hilo conductor ha sido la vulnerabilidad. Así, mientras los tres primeros libros abordan los trastornos del desarrollo intelectual, el más reciente incursiona en el complejo tema de la adopción.

Esta cuarta obra, de 112 páginas y publicada por SPM Ediciones, no es una novela; es un tratado que combina una parte testimonial con líneas de ficción y un ensayo producto de una investigación basada en textos científicos, notas y artículos de divulgación, y anécdotas varias. Es el reflejo de una perspectiva holística integrada, propia de la formación que este autor ha adquirido en el campo de la salud pública. Las ilustraciones son de Fabricio Vanden Broeck quien, siendo ilustrador, pintor y maestro universitario, ha buscado imprimir su sello original dentro del diseño. Esto es, convencido de que el libro ilustrado puede ser un objeto artístico, Fabricio contribuye en esta obra incorporando imágenes que contienen un hilo narrativo propio y enriquecedor para el texto.

El libro incorpora un relato sobre la pequeña Martina quien, durante sus primeros años, vivió desvalida, inerme, desatendida y, por si fuera poco, en situación de calle. Este texto fue construido combinando diversas historias de niñas, niños y adolescentes desamparados, frágiles e indefensos, en la búsqueda de una familia para su integración parental. Así, la historia narrada conjuga hechos reales y ficticios, y recurrimos a estos últimos por un dilema compasivo, debido a que la realidad es mucho más cruel y lacerante. Martincita, el personaje central del libro es un ejemplo de la resiliencia familiar, es decir, de aquella capacidad que una familia puede tener para salir adelante de cualquier circunstancia, resistiendo, adaptándose y superando con estoicismo los avatares de la vida.

El libro Como el maíz y el frijol. La adopción y el interés superior de la infancia y la adolescencia establece que la adopción debe sustentarse en un enfoque de derechos humanos: el derecho inalienable de la niñez a vivir en familia y a gozar de cuidados parentales. El énfasis recurrente de este texto reside en la idea de que no hay identidad sin memoria.

En la presentación del libro, María Teresa Priego resume: “[es] una obra que conmueve y sorprende por su honestidad y valentía. Sin idealizaciones y sin catastrofismos a ultranza, el autor nos guía a través de una suerte de cartografía de la adopción. Experiencias diversas basadas en testimonios e investigaciones, y el indispensable entrecruzamiento de disciplinas para analizarlas. Tal y como sucede en la realidad: luminosidad, grises, zonas obscuras”.

La adopción debe ser considerada en el contexto de un sistema familiar complejo y como ejemplo de la resiliencia social. Metafóricamente hablando, la adopción representa una sinergia familiar semejante a la que se observa en el maíz y el frijol, entre los cuales se produce un beneficio mutuo al interactuar y crear así condiciones favorables para su crecimiento. En la milpa ‒sistema de cultivo propio de las culturas mesoamericanas y cuyo origen data de hace unos 3 mil 500 años‒, hasta hoy se intercala la siembra de maíz, frijol y calabaza. Estos alimentos eran considerados por los nativos como las tres hermanas, es decir, como los regalos divinos de la naturaleza, los sustentadores físicos y espirituales de la vida. Las leyendas involucran estos cultivos personificados en tres mujeres que se separan sólo para descubrir que juntas son más fuertes.

En ese sentido, la adopción tiene el objetivo primordial de garantizar la recuperación de los derechos fundamentales vulnerados. La esencia de los derechos humanos reside y gira en torno a la dignidad y, por lo tanto, al libre desarrollo de la personalidad. En el libro se establece que el futuro de la adopción en México y el mundo deberá inscribirse en un contexto donde se promuevan y aseguren buenas prácticas basadas en una perspectiva de igualdad, a fin de garantizar una vida digna para todos, y donde predominen la conveniencia y el beneficio del adoptado. El libro termina con esta última frase: “en el proceso de adopción, no se trata de encontrar niños para las familias, sino de encontrar familias para los niños”.

* Especialista en salud pública.

Imagen: enAlimentos.com