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¿Cómo estar mejor preparados para una pandemia?

Martha Carnalla y Tonatiuh Barrientos*

La historia de la humanidad y las pandemias van de la mano. La peste antonina es la primera pandemia de la cual se tiene registro, y ocurrió en el siglo II, a. C., durante el Imperio Romano. El origen de esta pandemia no es claro, pero aparentemente se trataba de viruela; la enfermedad terminó con aproximadamente 10% de la población.

En México, las últimas dos pandemias fueron de influenza en 2009 y de COVID-19 en 2020, que tuvieron impactos diferentes. Sin embargo, entre estas dos pandemias ocurrieron varios brotes de enfermedades contagiosas, los cuales fueron considerados riesgosos pero, afortunadamente, no se diseminaron de forma generalizada; dichos brotes fueron de enfermedades como ébola, zika y SARS, entre otras.

Las pandemias son inevitables. Es imposible saber cuándo llegará la siguiente, qué características tendrá o cuál será su impacto. Ante la incertidumbre, lo mejor que podemos hacer es estar preparados. Necesitamos un sistema de vigilancia continua, que nos permita identificar una nueva enfermedad de forma rápida. El sistema de salud también tiene que estar preparado con suficiente personal capacitado, medicamentos e infraestructura. Se debe tener claro cuáles son los procesos que se deben seguir y quiénes son los responsables de dichos procesos, al igual que tener un plan de comunicación y participación de la comunidad.

COVID-19 nos dejó aprendizajes importantes para estar mejor preparados, pero también nos enseñó una lección sumamente valiosa: nuestra población necesita estar más saludable para poder enfrentar mejor la próxima pandemia. En México tenemos un porcentaje muy alto de personas con enfermedades crónicas: un tercio de la población adulta tiene obesidad o hipertensión, y casi una de cada cinco personas tiene diabetes. Desde inicios de la pandemia, fue claro que las personas con obesidad tenían más riesgo de sufrir complicaciones y morir. Algunos estudios previos calculan que, durante la pandemia, las personas con obesidad tenían en promedio 26% más riesgo de morir que las personas sin ese padecimiento. La pregunta entonces es: ¿qué habría pasado con la pandemia si hubiéramos tenido un nivel menor de obesidad?

Con la finalidad de responder a esta pregunta, construimos un modelo matemático para simular la población de México bajo diferentes escenarios. Por ejemplo, un escenario fue imaginar qué habría pasado si los niveles de obesidad hubieran sido similares a los que teníamos en el año 2000. De habernos quedado ahí habríamos tenido 9.2% menos de infecciones, 15.8% menos de días de hospitalización y 20.6% menos de muertes. Claro, es imposible regresarnos en el tiempo, así que simulamos qué habría pasado si hubiéramos implementado acciones para mejorar la dieta dos años antes de que empezara la pandemia. Por ejemplo, estimamos que, si en México se hubiese implementado el etiquetado frontal en 2018, habríamos visto 2.9% menos de infecciones, 4.9% menos de días de hospitalización y 6.2% menos de muertes. Si se hubiese triplicado el impuesto a bebidas azucaradas y comida chatarra en 2018, habríamos esperado 4.1% menos de infecciones, 6.6% menos de días de hospitalización y 7.9% menos de muertes. Los resultados del modelo están publicados en este artículo de The Lancet Regional Health: https://bit.ly/LancetRH682

Si bien nuestros resultados son un ejercicio de simulación, ayudan a estimar el impacto que tuvo la obesidad en la pandemia de COVID-19 e indican que podemos hacer muchas más cosas para estar mejor preparados. Una población más saludable es también una población más resiliente. Las personas pueden esforzarse por tener un estilo de vida más saludable, pero es indispensable que el ambiente facilite este esfuerzo. De ahí la importancia de apoyar iniciativas que incentiven la producción y el consumo de alimentos saludables y desalienten el consumo de comida chatarra, bebidas azucaradas y otros productos no saludables. Mejorar la salud de nuestra población requerirá de tiempo; por ello necesitamos empezar lo antes posible. Tener personas con mejor estado de salud no sólo nos beneficiará ahora, también ayudará a reducir el impacto de la siguiente pandemia.

* Especialistas en salud pública. Invitados por el Dr. Eduardo C. Lazcano Ponce.