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REFORMULAR LOS PACTOS SOCIALES

Vicente Arredondo Ramírez *

La Jornada Morelos

18 de abril del 2023

Es el cuento de nunca acabar. La humanidad parece no tener remedio, ya que siempre y en todo lugar, existen grupos de personas que están enfrentadas, peleando por algo, y con clara incapacidad para vivir en armonía. Con el permiso del presidente Benito Juárez, tomo su conocido apotegma, para afirmar que, “entre los individuos, como entre las naciones, el conflicto y la guerra parece que siempre estaránpresentes”. 

Si hay algo que no requiere ser investigado, descubierto, verificado y demostrado es el hecho de que las relaciones humanas, en cualquiera de sus escalas y modalidades, estánsiempre caracterizadas por el conflicto. Simplemente en nuestros días, una nota sobre derechos humanos generada por la Organización de Naciones Unidas, señala que  una cuarta parte de la humanidad vive hoy en lugares afectados por conflictos.(https://news.un.org/es/story/2023/03/1519162)

Abunda la literatura que ha descrito, a lo largo de la historia,las guerras al interior de las sociedades, y entre pueblos y naciones. Baste citar la Ilíada, obra maestra que Homero nos regaló en el siglo VIII a.c. De igual forma, son incontables los libros y artículos académicos que han analizado sistemáticamente el tema de la guerra, sus causas y sus efectos.

La sociedad moderna occidental se construyó a partir del movimiento cultural conocido como la ilustración (básicamente siglo XVII), llamado así por la importancia que tomó el uso de la razón, como fuente de entendimiento de todo el acontecer humano, más allá de las tradicionales explicaciones originadas por el pensamiento religioso.

Este despertar de la razón no excluyó el tema del origen y sentido de la vida en sociedad. El inglés Thomas Hobbes(1588–1679), calificado por muchos como el primer filósofo político de la modernidad, planteó la necesidad de que los humanos construyan pactos sociales para prevenir su auto-aniquilación. Contra al pensamiento aristotélico que afirma que el ser humano es sociable por naturaleza, Hobbes señaló que habría que forzar artificialmente la convivencia entre ellos, a través de acuerdos o pactos, para poder vivir con seguridad, ya que de manera natural “el hombre es un lobo para el hombre”.

Dicho pacto social exigiría que cada uno de los miembros de la sociedad tendría que  renunciar a parte de su libertad, y aceptar la creación de una entidad a la cual otorgarle el derecho a imponer su autoridad, para cumplir su papel de garante del cumplimiento del pacto social. Esta visión del modo de ser del humano, y del sentido de un gobierno de todos, la expresó en varias obras, sobre todo en la másconocida Leviatán, o la materia, forma y poder de un estado eclesiástico y civil (1651). Hobbes fue pionero del llamado “contractualismo”, piedra angular de la vida en sociedad, y cuyos seguidores también fueron el inglés John Locke (1632-1704) y el suizo Jean Jacques Rousseau (1712-1778), aunque con premisas, justificaciones y expresiones distintas.

El punto a señalar es que pareciera que por diversas razones no hemos tomado suficientemente en serio, ni valorado en sus términos, la propuesta de Hobbes. Tres de esas razonesserian, una, porque no creemos que el ser humano sea una amenaza natural para los demás de su especie; otra, porque nos resistimos a la idea de entregar parte de nuestra libertad a un Leviatán, con el riesgo de que, más que fungir como garante del orden, se vuelva un monstruo que nos someta a todos, bajo sus propias reglas e intenciones; y finalmente, porque quizá nunca nos hemos hecho la pregunta de por qué vivimos en sociedad, y cuál es la mejor forma de organizarnos.

La necesidad de construir pactos sociales, al interior de un país, y entre países, es más que actual. Creo que es el principal tema que debería atender y resolver la humanidad. En el siglo veinte, siglo de múltiples guerras, dos de ellas llamadas “mundiales”, se crearon instituciones para asegurar a gobernanza mundial. Se hicieron, como es natural, a la medida de los ganadores. 

Dichas instituciones internacionales político/financieras están siendo seriamente cuestionadas, y se anticipa su transformación en relativamente poco tiempo. Los modelos económicos creados hasta ahora para procurar el bienestar de las sociedades han mostrado también su fracaso o suslimitaciones para una aplicación generalizada. De igual manera, el modelo liberal democrático, sustentado en la existencia de partidos políticos, y de procesos electorales recurrentes, se desvanece frente a la existencia de conglomerados financieros y comerciales metanacionales, quienes ejercen el poder real, con el sometimiento forzado, y a veces complaciente, de los gobiernos nacionales.

Aunque parezca improbable y complicado de hacerlo, pero es tiempo de revisar y convenir en colectivo las premisas que deben sustentar la nueva gobernanza nacional y mundial, para lo cual habría que dialogar sobre la naturaleza del ser humano, para saber cómo estimular su potencial creativo solidario, y administrar sus impulsos destructivos. Vivimos tiempos en donde todos los supuestos de la convivencia social deben ser explicitados, para su validación o modificación.

*Especialista en temas de construcción de ciudadanía.