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RESCATE DE LO HUMANO

 

En cada generación, y en cada país, suceden cosas que hacen pensar a la gente que el mundo está en vilo, y que se aproximan males impredecibles que ponen en riesgo la vida personal y comunitaria. Esta visión alarmista, hipersensible al riesgo, que inhibe el vivir con tranquilidad y disfrutar las muchas cosas que ofrece la vida, responde sin duda a condiciones subjetivas de percepción, pero también y quizá con mayor sustento, a condiciones objetivas fácilmente verificables y sustentadas.

Hay riesgos reales y potenciales atribuibles a las fuerzas de la madre naturaleza, frente a los cuales realmente poco podemos hacer en materia de prevención. Por otra parte, hay problemas que son atribuibles a las conductas humanas, los cuales hemos creído históricamente que son evitables o corregibles, siempre y cuando tomemos determinadas acciones.

En este segundo tipo de problemas está incluido el inmenso catálogo de crímenes que cometen las personas, contra otras personas. Sólo como un ejemplo, esto va desde asesinar a una persona en un intento de robo, hasta el actual genocidio que comete el gobierno de Israel de manera impune contra la población palestina.

Por desgracia, nuestra generación, como las anteriores, enfrenta y sufre problemas reales en muchos flancos de la vida social, relacionados todos ellos con la seguridad humana en su sentido más amplio. La causa de dichos problemas es la adicción al dinero y al poder, lo cual a su vez genera la pérdida de valores humanos, debilita la capacidad racional de las personas, y distorsiona las conductas humanas.

Tradicionalmente han existido tres instituciones generadoras y difusoras de valores humanos: el núcleo familiar, las iglesias, y los sistemas educativos. Analizar en cada país lo que está sucediendo en esos tres ámbitos es el camino para hacer un diagnóstico correcto en esta materia.

A propósito, en lo que concierne específicamente al vínculo valores humanos/sistema educacional, la filósofa estadounidense Martha Craven Nussbaum (1947), publicó el libro cuyo título en español es “Sin Fines De Lucro. Por Qué La Democracia Necesita De Las Humanidades” (2010).

https://www.google.com.mx/books/edition/Sin_fines_de_lucro/zmCpDwAAQBAJ?hl=es&gbpv=1&printsec=frontcover

Su planteamiento central es que en las sociedades actuales hay “una crisis silenciosa”, causada entre otras cosas, porque en las instituciones de educación superior se ha venido perdiendo el interés por la enseñanza de las humanidades; en contrapartida, se ha impulsado la importancia de “educarse” para estar en mayor posibilidad de hacer dinero y triunfar en la vida. El impacto de esta tendencia es que la sociedad en general, y los estudiantes en particular, pierden su capacidad crítica y de discernimiento de lo que sucede en el mundo que los rodea, así como su capacidad de auto-normarse éticamente. Esta situación forma a personas egoístas, sin visión sociopolítica, desentendidas de los demás, insensibles a las desigualdades sociales, e incapaces de cultivar el sentido democrático que requiere la vida en sociedad.

Desde esta perspectiva, es claro que el reto de toda persona, si quiere ser parte de la solución y no parte del problema, consiste esencialmente en rescatar valores humanos universales, para lo cual es necesario:

  • Reconocer el hecho de que no vivimos solos en este planeta, sino que existen otras personas que tienen los mismos derechos y obligaciones que nosotros, pero que viven en condiciones que les impiden hacerlos realidad, y vivir con dignidad.
  • Cultivar valores y capacidades relacionadas con el conocimiento y reflexión crítica de los problemas locales, nacionales e internacionales, para ser actores de cambio, y no esperarlo todo del gobierno.
  • Crear conciencia de que, mientras mejor vivan las demás personas, más posibilidades tenemos de vivir más plenamente, en lo personal y familiar.

Recordemos que las Humanidades son un campo del saber que abarca diversas disciplinas académicas, como la filosofía, la historia, las letras, la psicología, el derecho, la pedagogía, y las artes. A su vez, las Ciencias Sociales, incluyen a la sociología, la antropología, la ciencia política, la comunicación, la economía, la demografía, la geografía humana y otras. Tanto las Humanidades, como las Ciencias Sociales, versan finalmente sobre las diversas expresiones de la condición humana individual y su vida en colectivo. Ellas nos dan a conocer todo aquello que hace posible construir la sana convivencia humana, así como aquello que lleva al odio y a la destrucción.

En este convulso mundo que vivimos, manejado por poderes fácticos de escala mundial, debemos promover cambios personales y dinámicas colectivas que fortalezcan valores humanos claves, como el sentido de la solidaridad, de corresponsabilidad, de libertad responsable, de autoestima, de dignidad personal, y de seguridad en todos sus ámbitos. Todo ello se debe enseñar y practicar en el sistema escolar, pero también desde los ensimismados sectores religiosos, y desde las diversas formas actuales de vivir lo familiar; sin olvidar el papel que debemos exigirles a los medios masivos de comunicación y a las instancias gubernamentales.

*Interesado en temas de construcción de ciudadanía