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José Martínez Cruz y Marco Aurelio Palma Apodaca

Al instalar un plantón frente al Palacio Nacional cuando se cumplieron 113 meses de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, las madres y los padres solicitaron una reunión directamente con el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que dé respuesta a las interrogantes que le han planteado públicamente sobre los archivos en poder del Ejército que no han sido entregados. Hasta el momento no han sido recibidos a pesar de que el propio Presidente López Obrador aseguró que así lo haría, ya que él asume que es el responsable directo de conducir las investigaciones sobre el paradero de los 43 y de hacer justicia, como lo aseguró desde su primer acto de gobierno hace 5 años atrás.

Este 26 de febrero se cumplieron 113 meses de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero y se realizaron movilizaciones en Morelos y en todo el país, convocadas por las madres y los padres, así como la Asamblea Nacional Popular y en el caso de Cuernavaca por las organizaciones sindicales y sociales del Pacto Morelos por la Soberanía Alimentaria y Energética y los Derechos de las y los Trabajadores.

¿Se alcanzará la verdad sobre los hechos ocurridos el 26 y 27 de septiembre de 2014 cuando solamente faltan 7 meses para que concluya su mandato de López Obrador? Ello parece cada día más lejano ante los obstáculos interpuestos por el Ejército para no entregar toda la información que tiene en sus archivos y ahora por los ataques sistemáticos que lleva a cabo el propio presidente López Obrador en contra de los familiares, de los asesores y organismos de derecho humanos que los han acompañado más de 9 años.

¿Por qué el Ejército no acata las órdenes de su Comandante en Jefe y Presidente de la República de entregar toda la información en su poder? En la Asamblea Nacional Popular, a nombre de los familiares de los 43, el compañero Emiliano Navarrete señaló que se sigue reteniendo información relevante para el caso.

¿Acaso no firmó el gobierno de López Obrador el acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para reactivar la presencia del GIEI como en su momento lo hizo el gobierno de Peña Nieto? ¿Acaso olvida que él mismo creó la Comisión Especial para el Caso Ayotzinapa y de la Fiscalía Especial, así como con la reintegración del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI) se conformó una estructura institucional para intentar resolver la investigación que enfrentó toda clase de obstáculos e inercias? ¿Quién permitió la demora para designar al primer Fiscal Especial quien debió reestructurar todo su equipo para reencausar la investigación? No obstante lo anterior, se lograron algunos avances hasta que se produjo el enfrentamiento con la Fiscalía Federal y el Ejército que condujo a la salida del primer Fiscal Especial, Omar Gómez Trejo y que, más adelante, detonaría la renuncia de Alejandro Encinas como subsecretario de Gobernación y la finalización de la gestión del GIEI. ¿Por qué razón López Obrador omitió esta información que le dieron de primera mano sus colaboradores de primer nivel?

¿Por qué niega que existan indicios de que el Ejército omitió la entrega de 800 folios claves en los que podría encontrarse información importante para el progreso de esta investigación penal? ¿Por qué continúan estancadas las gestiones para la extradición de Tomas Cerón de Lucio desde Israel donde se pasea impunemente? ¿Por qué el Presidente López Obrador, lejos de insistir en la entrega de la información faltante por parte del Ejército, inició una campaña de descalificaciones e infundios contra el GIEI y los asesores del Centro Prodh y de Tlachinollan, a quienes acusa de entorpecer la investigación, lo cual ha sido demostrado como una falsedad por parte de estas organizaciones que tienen décadas de lucha en defensa de los derechos humanos? ¿Por desconocimiento o por arrogancia del poder?

¿Acaso lo que pretende el titular del Ejecutivo es encubrir las ineficiencias de la Fiscalía General de la República al integrar los casos, además de ocultar el papel del Ejército el estancamiento y freno de la investigación?

Respecto a la reunión con el Presidente de la República, ¿por qué aún no han sido convocados los padres y madres de los 43? Ellos han decidido no asistir a las reuniones de la Comisión Especial debido a la presencia del otro grupo de familiares y cuestionan ¿por qué esta instancia no cuenta con un plan de trabajo para recuperar los 800 folios de información faltantes y gestionar el regreso de los expertos del GIEI? ¿Por qué la narrativa de descalificaciones de la Presidencia saca de contexto todo el proceso seguido desde entonces por el GIEI? ¿Acaso AMLO desconoce que fue por mandato de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y firmado en dos ocasiones por el propio gobierno mexicano, durante el mandato de Peña Nieto y por su propio gobierno de López Obrador? ¿Por qué omite decir que la medida cautelar fue emitida por el Pleno de la CIDH compuesta por comisionados independientes de otras nacionalidades atendiendo a criterios jurídicos y estándares de derechos humanos, lo que ayudó a desmentir la llamada “verdad histórica” y a dar un vuelco distinto a las investigaciones que exoneraban al Estado en su responsabilidad, como ya está demostrado?

El tiempo apremia sin que se cumpla con la promesa presidencial de esclarecer el caso Ayotzinapa, ante ello ¿por qué la Presidencia insiste en responsabilizar a los padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos por entorpecer la investigación, no obstante que es público y notorio que es el Ejército el principal responsable por el estancamiento de la misma, al negarse a aportar la información faltante y torpedear mediante amparos y otros recursos legales?

Por todo ello, en la 113 Jornada Global por Ayotzinapa exigimos respuesta a estas preguntas que tal vez no sean leídas en la “mañanera”, pero se expresan en las calles y plazas públicas, protestando contra el muro de la impunidad y los pactos del silencio. Hoy es necesario fortalecer la lucha independiente y la movilización unitaria hasta lograr que haya verdad y justicia. ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!