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Un giro auditivo sostenible

 

Hoy se celebra el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación. El objetivo, cito, es “destacar la importancia de la creatividad y la innovación, como pilares esenciales, en la resolución de problemas socioeconómicos y el avance hacia el desarrollo sostenible” (www.un.org).

Por su parte, sostenibilidad, el concepto, expuesto por primera en el Informe “Nuestro Futuro Común” de 1987, mejor conocido “Informe Brundtland”, cito, “es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Asimismo, la RAE, lo define de las siguientes dos maneras: 1) “Que se puede sostener”, cuyos sinónimos son: defendible o razonable; 2) “Que se puede mantener durante largo tiempo”.

El propósito de señalar lo anterior es que, especialmente hoy, estamos todos invitados a pensar, concebir o imaginar creativamente el estado actual de nuestro mundo. En lo particular, del oxímoron “desarrollo sostenible”, como algunos gustan llamar, resalto que “desarrollo” no sólo incluya a lo socioeconómico y ambiental, sino, a las necesidades y las aspiraciones humanas; es decir, no hay sostenibilidad sin desarrollo, pero, en éste también se incluyen nuestras aspiraciones.

Por otro lado, aunado a la aspiración humana, del concepto y la definición de “sostenible” antes dichos, resalto el futuro y el tiempo en ellos implicados, lo cual permite pensar el desarrollo de las potencialidades humanas, todas, sin dejar fuera la función del tiempo. Esto es, el desarrollo de la aspiración humana en el tiempo es lo que me gustaría resaltar, especialmente hoy, para concebir, pensar o imaginar el estado actual del mundo.

Ahora bien, cómo concebir, pensar o imaginar el desarrollo de la aspiración humana en el tiempo, pues, considero, no sería creativo o innovador hacerlo desde el mismo lugar en el que usual y tradicionalmente se ha hecho; es preciso, pues, partir de otro lugar: José Vasconcelos.

Al tanto de la importancia del tiempo y el futuro ya dichos, en el concepto y la definición de sostenibilidad, respectivamente, Vasconcelos, a través de la estética auditiva en su filosofía, permite situarnos en ese otro lugar, pues es el oído y no el ojo el órgano estético con el cual captamos, en lugar de concebir o imaginar, vías o sentidos innovadores.

Mientras que, “el oído -dice- no tiene valor [solamente] como aparato de repercusión, sino como sentido que orienta”, “los ojos tienen el defecto de ser órganos exageradamente objetivistas. Cuando ellos dominan en el arte, la belleza tiende a cristalizar en armonías geométricas y pierde algo de su vuelo”.

Este ‘giro auditivo’ en Vasconcelos, consiste en la capacidad del ritmo sobre lo visual o la imagen para indagar de manera creativa aquello que no puede ser cognoscible, esto es, aquello que, a pesar de poder imaginar, concebir o pensar, no podemos tener certeza. Entre mundo interno y mundo externo es el ritmo un giro hacia la belleza y hacia lo no-conocido o la in-certidumbre, en este caso, el desarrollo de la aspiración humana en el tiempo; “Vamos pues… como los músicos, a procurar extraer de la sombra y el caos un poco de ritmo” (Vasconcelos).

* Profesor de Tiempo Completo de El Colegio de Morelos.