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Fernando González Domínguez*

Cuando era un chamaco de vez en cuando jugaba béisbol. Mis vecinos de apellidos Coronel y Borbón en extremo sonorenses por madre y padre, sacaban las manoplas y los bates, y casi nos obligaban a “macanear”. Lo mío, lo mío era el soccer pero de vez en cuando la pandilla de la “cuadra” jugábamos al beis. Desde ese tiempo nunca entendí porqué les gustaba tanto a los norteños ese juego. A ratos era aburrido. Poncharse era lo normal y los batazos ocurrían pocas veces. Hoy mismo todas las ligas están buscando que dure no mas de dos y no las tres horas por nueve entradas.

En un partido de llano de esos tiempos estaba yo en el círculo de espera para batear cuando me distrajo un compañero y perdí de vista el home. El bat se le safó al bateador y fue a dar a mi cabeza. Mi siguiente recuerdo fue estar en la tina de la casa de uno de los contendientes que debe haberse espantado al verme chorrear sangre, y decidieron darme los primeros y segundos auxilios en ese baño. Yo sin saberlo decidí sólo ver béisbol y no volver jugarlo jamás. Lo he cumplido. Nunca me puse un guante y jamás tomé un bat para al menos macanear. En cambio he sido fiel seguidor del Rey de los Deportes por la televisión. Alguna vez por mi trabajo fui al Parque Delta a reportear y en otra ocasión tuve que cancelar otra cita con el mismísimo Fernando Valenzuela en San Diego en los gloriosos años ochentas por falta de recursos para tomar un avión. Me gusta ver a mis Yanquis y también disfrutó ver la liga de invierno en el noreste del país. Ahí la pelota caliente es de alta calidad: Los Tomateros, los Algodoneros, los Venados, las Águilas, los Naranjeros e incluso los antiguos Charros y los Sultanes engalanan y engalanaban nuestro deporte del base ball. La Liga Mexicana central sigue empantanada desde hace décadas. Mis Tigres se fueron a Puebla y a Cancún y la famosa “Guerra Civil “ se volvió una caricatura.

Mi padre fue un gran radioescucha y televidente del béisbol. La leyenda Buck Canel, argentino con raíces escosesas y asturianas pero norteamericano al fin narraba de manera magistral los juegos que Bob Gibson ganaba también de manera magistral para los Cardenales a los que también volvió leyenda. Uno de los sucesos mas relevantes en la lucha de los afroamericanos contra la discriminación ocurrió nada menos que en un diamante beisbolero : Jackie Robinson, negro él debutó en la Gran Carpa en 1947 con los Dodgers de Brooklyn. Ese numero ya ha sido retirado de las escuadras de grandes ligas y se usa cada aniversario de la “imprudencia” de haber alineado a un hombre de color fuera de las ligas Negras.

El Mago Septién y Sony Alarcón narraban el Diablos y Tigres al son decían ellos de sus tacos de cochinita del parque del Seguro Social y emocionaban a miles que los seguíamos desde la radio. Agradezco a mi padre esa enseñanza que me reencontró con el juego después del batazo volador que se impactó en mi mollera.
El béisbol es un deporte casi nacional. Lo miras en los llanos de Sinaloa, de Sonora y en Tijuana y Mexicali. Vi jugarlo en Córdoba, Veracruz, y también lo ví en la Mérida de los Leones de Yucatán. Conocí a los directivos de los Rieleros de “Aguas“ y también traté con el manager de las Águilas del Puerto de Veracruz. Sin embargo creo que nunca ha sido un deporte nacional. Por mucho se lo lleva el fútbol. Eso no es pecado es circunstancia. Por eso y sólo por eso digo que me gusta Ese Andrés. Ese Presidente que grita ¡Viva México¡ cuando como este viernes derrotamos al poderoso Puerto Rico, cuna del gigantesco Roberto Clemente, figura estelar de las Grandes Ligas y más aún personaje bondadoso que da nombre al máximo reconocimiento del deporte americano. Digo que me gusta ese Andrés porque a diferencia de su socarrona risa mañanera la del beis si es natural. Es terrena y humana. Ojalá hubiera sido así los tiempos pasado. Ojalá sea así en los meses que le faltan. Un batazo virtual puede aclararle la mente y volverlo generoso y comprensivo. Nuestro siguiente rival el próximo lunes en el World Baseball Classic, la máxima competencia en el mundo global que no la Serie Mundial gringa será el millonario equipo de Japón donde el beis sí es el deporte nacional . Ahí sabremos si repetimos la dosis a los anfitriones o vencemos al favorito ¡Venezuela! Cosas que ver en el fantastico mundo del deporte y la vida real. Corto esta “transmisión” para ver que sonrisas encuentro desde el balcón de Palacio por el aniversario de la mayor expropiación de México contra las empresas americanas e inglesas en los lejanos años 30s. Hey Andrés! Una sonrisa please.

*Director General de Factor D Consultores

(Hace muchos años fui invitado por Virgilio Caballero a un evento en el Hotel de México, hoy WTC. Carlos Payán y muchos otros fundaban La Jornada. Ese día cambió el panorama del periodismo mexicano. Ayer Payán se reunió con muchos amigos de ese día luminoso que le agradezco a Caballero haberme invitado)