En Manila, el lugar para el comercio e intercambio se llamó parián, en el idioma tagalo es equivalente a mercado, y estaba ubicado en extramuros de la ciudad amurallada de Manila, en Filipinas. Estos mercados bajo la administración de los chinos migrantes establecidos en la isla de Luzón, ocuparon diversos lugares temporales, pero siempre cercanos al río Pasig y a la ciudad amurallada de Manila.

El comercio estuvo bajo el control de comerciantes chinos que detentaban el poder y la gestión comercial en esta frontera de mar del imperio español, en la región asiática.

Los productos llagaban por vía marítima desde lugares tan alejados como China, India, Japón, indonesia y las islas Molucas, se comerciaban para consumo local y externo a través del Galeón de Manila, que conformó un monopolio de empresa autorizada para transportar bienes suntuarios al continente americano, en el que el principal destino era la Nueva España.

La flota que partía de las Filipinas llegaba después de un largo viaje a la feria de Acapulco en los primeros meses del año, y era el sitio al cual los comerciantes acudían para llevar las mercancías al interior del territorio.

Los productos principales que se comerciaban en el parián de Manila eran las vajillas de porcelana de manufactura china, productos de seda, esculturas de marfil, así como trabajos de metalurgia realizados con la plata mexicana que llegaba anualmente y que era utilizada por los artesanos de origen chino en la manufactura de una gran cantidad de productos de consumo suntuario, doméstico y religioso.

En el interior de un baúl policromado —esta pieza virreinal forma parte de una colección de un museo mexicano—, en la pintura, podemos observar una escena de las actividades que se realizaban en el parián. En el testimonio de la pintura se pueden ver las embarcaciones de grandes dimensiones, contiguas al muelle, en las que los productos eran transportados.

Se observa en movimiento un sinnúmero de personajes, entre los cuales hay varios montados a caballo acompañados por sirvientes portando grandes parasoles; otros portan ricas vestimentas que determinan, desde los de mayor rango social, hasta los más modestos de la población de menores recursos. Algunos otros llevan objetos y transportan en hombros bultos de gran peso. La escena pictórica marca una gran actividad comercial en el sitio.

Cerrando el cuadrángulo se observan construcciones con cubiertas inclinadas de madera y palma de los expendios establecidos de manera permanente, delimitando al conjunto del parián.

El parián estaba conformado por un gran espacio abierto en una plaza en la que los comerciantes temporales se podían ubicar para la venta de sus productos, y en la que destaca una gran cruz de madera de la nueva evangelización realizada por las órdenes religiosas, principalmente los agustinos.

Hubo diversos emplazamientos de este lugar comercial a través del tiempo, pero siempre la constante fue que estuvo en extramuros de la ciudad amurallada de Manila, que era el lugar de residencia de la población española, mestiza y de grupos de poder económico que podían establecerse en el interior de la ciudad.

Existe un grabado antiguo de la llamada alcaicería, de su distribución reticular con un ordenamiento de los cajones y habitaciones en las que, en la parte baja estaban los comercios, y en la parte alta la residencia de cada uno de los comerciantes. Contaba con calles peatonales en el interior del conjunto, pozos de agua potable y sanitarios en la periferia del lugar. Otra de las ilustraciones tiene una forma cerrada ortogonal, con un patio central y habitaciones de dos niveles de manera perimetral.

La ciudad de Manila tiene un importante museo sobre la historia del parián, en la que por medio de dioramas se muestran muchas de las actividades que en su interior se realizaban, además de haber sido un lugar de comercio, talleres y habitación permanente.

Dibujo de una persona

Descripción generada automáticamente con confianza baja