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El encargado del despacho de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales (SEMARNAT) en Morelos, Juan Ramón Acosta Cebreros, informó ayer que la tala clandestina continúa en el norte de Morelos y con ello el impacto a la flora y fauna, la pérdida de árboles en los bosques es invaluable, lamentó.

Aseguró que a las dependencias federales, la tala clandestina es un asunto que les preocupa mucho y que, por eso, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Guardia Nacional realizan operativos para desmantelar aserraderos irregulares; como prueba de ellos recordó el operativo de principios de diciembre del año pasado cuando se logró detener las operaciones de seis de estos sitios en Huitzilac acción que todos aplaudimos en su momento.

Sin embargo, ojalá que alguien explicara por qué Morelos y otras cinco entidades se dejaron fuera en la Estrategia Nacional contra la Tala Clandestina impulsada precisamente por la SEMARNAT.

La Comisión Nacional Forestal reportó que en 2020, en ese solo año, México había perdido 127 mil 770 hectáreas de bosque, una deforestación superior a la del periodo 2010-2015, que fue de 91 mil 600 hectáreas.

Según el propio gobierno federal, a finales de 2021 que existían 122 zonas críticas forestales por distintos ilícitos que se han identificados en 20 estados de la República, como tala clandestina, lavado de madera, extracción de madera sana, sobreexplotación de los recursos forestales, incumplimiento de programas de manejo, cambio irregular de uso de suelo, incendios forestales provocados y delincuencia organizada.

Por eso resulta incomprensible que solo se consideraran 12 estados dentro de la cacareada Estrategia Nacional contra la Tala Clandestina, y Morelos no estaba incluido.

Por eso, a mediados del año pasado, la Tercera Comisión de la Permanente del Congreso de la Unión demandó a la propia SEMARNAT extender las acciones de la Estrategia Nacional a los estados de Sonora, Durango, Morelos, Oaxaca, Sinaloa y Querétaro no contemplados originalmente y en los que se producen algunas de las maderas más codiciadas por la tala ilegal como el Ciricote, Chicozapote, Caoba, Cedro rojo, Katalox, Machiche, Huanacaxtle, Pino, Oyamel y Granadillo.

Esperamos que se informe si ya se enmendaron los planes del gobierno federal, como esperamos también que se combata realmente este flagelo con tal potencial de destrucción. Ojalá las autoridades en verdad estén tan preocupadas como asegura el encargado Acosta Cebreros.