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(parte II)

 

Ciertamente los debatibles argumentos que parecen darnos una eclipsada respuesta a ese, cada vez más, reducido apoyo a INAES y que ahora pretenden su transformación en Unidad Administrativa se enfocan en la supuesta duplicación y segmentación innecesaria de las funciones de estas entidades como el caso INAES; asimismo, se afirma que a partir de las evaluaciones desarrolladas por el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) desde 2016 a 2020 se “observa” – nótese que esa es la palabra que utiliza el texto de la iniciativa, no refiere un análisis o contraste contundente sino a una observación – que “INAES en la operación del Programa de Fomento a la Economía Social ha presentado diversas debilidades y amenazas que resultan constantes en su administración, de la cual destaca la baja cobertura que tiene de la población a la que está dirigida y la falta de experiencias exitosas”.

Nos cuestionamos, entonces – y lo refiero en plural porque son muchas voces de la academia y del sector que se comienzan a alzar en contra de tales argumentos – si estos tropiezos que ha tenido INAES no han sido el resultado de abruptos cambios; verbigracia, en 2015 mediante la Reforma a la Ley de la Administración Pública Federal y Ley de Economía Social y Solidaria a través de la cual INAES deja de pertenecer a la Secretaría de Economía y pasa a formar parte de la Secretaría de Desarrollo Social (hoy Secretaría de Bienestar) y con una tradición de programas asistencialistas que la han asumido como una alternativa de atención a los grupos débiles y olvidados con un manejo político de control clientelar; o consideremos las embestidas por el decremento significativo de su presupuesto y personal capacitado que en nada han coadyuvado a la implementación del Programa de Fomento a la Economía Social (PFES) 2021-2024 cuya publicación, de hecho, se retrasó hasta diciembre de 2021 (por la crisis del COVID 19, según justificó el gobierno) y por ende a inicios del sexenio se continuó trabajando con el PFES 2015-2018.

Por otro lado, referir la completa falta de experiencias exitosas parece contradecirse con una de las políticas públicas que ha impulsado INAES y que, tal cual hemos referido en otras notas, se considera una buena práctica; me refiero a los NODOS de impulso a la ESS ¿se imaginan lo que estos NODESS podrían lograr si contaran con algo de presupuesto? Es decir, hay aportes cualitativos y cuantitativos que los NODESS han logrado, desde 2019, en pro de estos ecosistemas de ESS con sus propios recursos, medios y con un impacto local que a la fecha no ha podido ser medido ni documentado precisamente por las propias limitaciones de INAES. Segura estoy, pues pertenezco al NODESS Morelos Solidario y Cooperativo, que son diversas las experiencias exitosas que se pueden encontrar en estos trabajos focalizados que han realizado muchos NODESS y que demuestran el compromiso del sector y de la sociedad al sumarse a estas alianzas estratégicas que no cuentan con financiamiento alguno por parte de INAES, todo lo contrario, se ha venido desfondado al Instituto.

Yo me limito a mencionar a los NODESS pero creo que en la historia de INAES e incluso de la anterior Coordinación General del Programa Nacional de Apoyo para las Empresas de Solidaridad (CGPNAES) se podrán rescatar aciertos y aprendizajes siguiendo modelos o caminos más acertados registrados en América Latina, basados en discusiones y propuestas razonadas.

De hecho, según el Directorio Nacional de NODESS publicado por el propio INAES, hasta la fecha, se registran 116 NODESS distribuidos en toda la República Mexicana. La gran pregunta es ¿qué pasará con estos NODESS? Seguramente, si esta reforma se concreta, ese Centro Nacional de Economía Social se seguirá enfocando en promover un mayor número de estos en lugar de fortalecer los ya existentes para un impacto real en los territorios; y desde la óptica de las Alianzas, no me cabe la menor duda, seguirán trabajando – con o sin INAES – en favor de una economía alternativa que nos permita seguir contrarrestando los flagelos que ha dejado el insostenible capitalismo, pues inevitablemente seguiremos buscando “otra forma de hacer las cosas” y declarando nuestra rebeldía al sistema predominante.

* Investigadora Asociada C de Tiempo Completo del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (CRIM-UNAM). tatianag@crim.unam.mx