segunda parte

 

Este sistema constructivo garantiza un mejor comportamiento estructural ante los frecuentes sismos de esta región ubicada en el cinturón de fuego de grandes placas tectónicas que dieron origen a las islas y formaciones volcánicas. Otro elemento constante es la presencia de fuertes huracanes llamados tifones que están presentes durante la temporada de lluvia.

Las características de ambas edificaciones, las tradicionales bahay kubo y las de bahay nabato son una buena adecuación bioclimática y de resistencia de una edificación antisísmica, así como a los vientos de frecuentes tifones en las temporadas de lluvia.

El programa arquitectónico tiene variantes propias y adecuaciones a las condiciones del lugar, así como los materiales utilizados en su diseño y edificación. Pero su funcionamiento de arrendamiento de las plantas bajas exteriores e independientes de los espacios privados y del patio central, nos hacen recordar muchas de las edificaciones señoriales de la ciudad de México y la solución llamada de taza y plato, en el que el taller y el tapanco alojaba al artesano bajo la planta real de la casa señorial.

Los daños y deterioros de las viviendas rurales y urbanas son principalmente causadas por la sismicidad, sin embargo, las características constructivas de madera o mixtas de los muros de piedra y de madera en la planta alta, las hace mucho más resistentes a los movimientos y la flexibilidad de las estructuras de madera en la planta alta, a los movimientos sísmicos que son constantes durante todo el año.

Otra característica, por estas condiciones flexibles en su estructura, es una mayor resistencia a los fuertes vientos de los tifones. Quizás a lo que son menos resistentes es al fuego por las características de sus materiales.

Muchos daños a las viviendas han sido causados por las guerras y conflictos armados desde el período virreinal, siglo XIX hasta el siglo XX por la gran conflagración de la Segunda Guerra Mundial.

Otros daños en muchas de las ciudades han sido causados por las demoliciones, traslados, cambios de uso, nuevas edificaciones, negligencia, falta de mantenimiento, malas intervenciones en remodelaciones y modernizaciones de las viviendas históricas y tradicionales.

La presencia del acceso principal, el zaguán y el patio, los servicios en la planta baja y una escalera interior a la casa principal en el segundo piso, fue una forma estratificada de uso, tanto en la Ciudad de los Palacios de México, como en la ciudad de Manila, lejana en el otro extremo del mar.

La ciudad de Manila conserva una buena representación de muchas de estas edificaciones de tradición hispana y asiática que en años recientes han sido recuperadas y restauradas de la devastación que la ciudad sufrió por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial en su territorio y por la ocupación japonesa. El uso actual de las más importantes y completas son las de museos, casas tipo tradicionales y edificaciones para usos culturales.

Las iglesias barrocas de Filipinas es una inscripción en serie que consta de cuatro iglesias católicas romanas construidas entre los siglos XVI y XVIII en el período español de Filipinas. Están ubicados en áreas separadas del archipiélago filipino, dos en la isla norteña de Luzón, uno en el corazón de Intramuros, Manila, y el otro en la isla central de Iloilo, en Visayas.

Este grupo de iglesias estableció un estilo de construcción y diseño que se adaptó a las condiciones físicas de Filipinas y tuvo una influencia importante en la arquitectura eclesiástica posterior de la región. Las cuatro iglesias son ejemplos destacados de la interpretación filipina del estilo barroco y representan la fusión del diseño y la construcción de iglesias europeas con materiales y motivos decorativos locales para formar una nueva tradición de construcción de iglesias.

Los atributos comunes y específicos de las iglesias son su apariencia achaparrada, monumental y masiva, que ilustra un carácter de fortaleza/protección en respuesta a piratas, merodeadores y a las condiciones geológicas de un país propenso a actividades sísmicas. Las iglesias están hechas de piedra (toba o caliza coralina) o de ladrillo, y consolidadas con cal. 

Muestran características específicas como retablos (altares) de alto estilo barroco (particularmente vistos en la Iglesia de San Agustín, Intramuros), en las volutas de los contrafuertes (contrafuertes) y en los remates piramidales de las fachadas de los muros (particularmente vistos en la Iglesia de Paoay). , en los contrafuertes de las paredes que separan las capillas criptocolaterales (particularmente visto en la Iglesia de San Agustín, Intramuros) y en la iconografía del frontón naif/folclórico profusamente decorado que expresa la comprensión local de la vida de Cristo y se demuestra mediante el uso de elementos locales (papaya, relieves de cocos y palmeras) y la representación de los santos patrones católicos (San Cristóbal) vestidos con ropas locales y tradicionales (particularmente vistas en la Iglesia de Miagao).

Foto: Juan Antonio Siller Camacho