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Paloma Estrada Muñoz y Juliana G. Quintanilla

El derecho a la defensa de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas debe ser protegido y garantizado, reconociendo y manteniendo presente el valioso legado de las personas indígenas por defender sus derechos, pueblos y comunidades. Por defender la vida, la vida digna.

Desde esta tribuna damos un saludo a las organizaciones del Pacto Morelos por la Soberanía Alimentaria y Energética, que han apoyado la lucha de Alpuyeca por defender sus Derechos Económicos, Políticos, Laborales… sus Derechos Humanos, les decimos ¡Gracias, Gracias, Gracias!

Y durante el Foro del 9 de septiembre de este año, realizado en el auditorio del SME en Cuernavaca, donde se estableció un espacio de diálogo entre comunidades y sindicatos, se exigió al Congreso del Estado de Morelos y al Gobernador, que respeten la decisión del Pueblo Indígena de Alpuyeca por convertirse en Municipio. De igual manera, se solicitó que se incluya en la agenda de la Primera Convención Nacional de las y los Trabajadores que se llevará a cabo el 29 y 30 de septiembre en la Ciudad de México.

Hay que recordar que el 5 de diciembre del año 2019, el pueblo indígena de Alpuyeca se reunió en Asamblea General para consultarse a sí mismo, Sí quería ser Municipio. A lo que la Asamblea General, por unanimidad respondió que Sí, que Sí quería convertirse en Municipio Indígena. Entre las razones que se consideraron para tomar esta decisión estaban los derechos laborales, y en general, los derechos humanos de todas y todos, pues en Alpuyeca se pudo observar que había Extractivismo Académico de sus tradiciones y de su historia, de la manera de curarse y de plantas medicinales que se ocupan; se veía como había Extractivismo Económico y de los recursos naturales como el agua, la tierra y el territorio; se observaba pues, que llegan las instituciones de gobierno al pueblo y se llevaban toda la información, y a los pueblos no les decían nada, a los pueblos no se les retribuía en nada, la vida del pueblo no cambiaba, y sí cambiaba era para ser despojados nada más.

Después, el Colonialismo en la Investigación se hacía presente, pues cuando las instituciones de gobierno extraían académicamente todo el recurso del pueblo que les interesaba en ese momento, esa información llegaba con un sesgo colonial a la Academia y a las Instituciones, a la vida pública, a las políticas públicas, pues era nuevamente la visión dominante la que impera, la de las corporaciones privadas o de un Estado excluyente, que invisibilizaba los derechos de los pueblos indígenas nuevamente.

Pero eso sí, se deja ver claramente una Apropiación Cultural en todos los ambientes de la vida política, económica y turística del Estado, al folklorizar a los pueblos indígenas y a sus símbolos. Hoy, en Alpuyeca, se puede ver como se promociona el pueblo mágico, a través del valor cultural indígena, para generar recursos económicos que se quedan en el Municipio, en el Estado, o en la Federación, y nuevamente el pueblo indígena, se queda sin nada.

Hoy en día, se puede ver cómo actores políticos del más alto nivel juegan con estos simbolismos, al “pasar el bastón de mando” a la nueva dirigencia. Pero ellos no son pueblos indígenas, ellos no son indígenas y no toman en cuenta las necesidades de los pueblos indígenas. Pero actúan y juegan con el discurso público. Se deja en claro, pues, una profunda ignorancia y una falta de respeto.

Asimismo, esta Resignificación Cultural sigue afectando al Pueblo Indígena de Alpuyeca, porque pareciera que el Estado no escucha su voz, pues ya son casi 4 años en reclamar justicia, justicia para la Creación del Municipio Indígena.

Más aún, obligaron al pueblo a estudiar y especializarse en otro lenguaje, el jurídico. Con la asesoría de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos A.C., tuvieron que aprender los términos utilizados en la Constitución del Estado y en la Federal, en los Convenios y Tratados Internacionales, y como eso no era suficiente, tuvieron que aprender el lenguaje del Tribunal Superior de Justicia, cuando ante la omisión del Congreso de Morelos, se vieron en la necesidad de interponer un “Amparo Indirecto” para que el Poder Judicial le ordenara al Poder Legislativo del Estado de Morelos, que atendiera el reclamo de Alpuyeca. En un lenguaje que no era el suyo, el Pueblo Indígena de Alpuyeca ganó el “Amparo Indirecto” y el Congreso del Estado tuvo que atender ese reclamo de justicia.

Alpuyeca demostró que su lucha es por la vida, por una vida digna, su lucha es por la justicia social.

Alpuyeca también nos dice: “Durante ya casi cuatro años hemos estado solicitando que se legisle para garantizar nuestros derechos como pueblos indígenas y no hay obstáculo que no hayamos superado para seguir avanzando. Existe un mandato explícito de la máxima autoridad del pueblo que es la Asamblea General y el compromiso es luchar hasta alcanzarlo.”

Por todo lo anterior, es que consideramos muy importante estrechar lazos de solidaridad entre las luchas que se llevan a cabo en las Comunidades Indígenas con las Luchas Sindicales y Sociales, para fortalecer una perspectiva autónoma que sea capaz de enfrentar a quienes ejercen el poder de manera antidemocrática.

Porque es la hora de que las cosas cambien, ¡gobierne quien gobierne, los derechos se defienden!