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En plena temporada vacacional, cuando la mayoría prefiere ir a buscar una cerveza antes que el periódico o encender el radio para escuchar cualquier otra cosa que no sean noticias, la Fiscalía Oriente da a conocer sus conclusiones sobre uno de los casos más sonados en los últimos meses: el incendio del mercado “Hermenegildo Galeana” de Cuautla.

Resulta que a principios de año, según la Fiscalía, los diablitos que había en el mercado hicieron de las suyas y provocaron que la mayor parte de la nave comercial ardiera en llamas. La Fiscalía asegura que las conexiones irregulares sobrecalentaron la instalación eléctrica ocasionando el siniestro.

Eso, a pesar de que cuando se originó el fuego -por la madrugada- el mercado estaba cerrado y, presumiblemente, la mayor parte de luces y aparatos eléctricos, salvo los refrigeradores, estarían apagados.

Por la furia del incendio y el daño que causó, de inmediato corrieron las versiones de que había “mano negra” en el siniestro, pero ahí es en donde se divide el cotilleo, algunos acusaban a las bandas delincuenciales que buscaron, sin obtener, el cobro de piso, mientras que otros señalaban que el incendio fue muy oportuno para el ayuntamiento al que, por diversas razones, le urgía remodelar el mercado. Algunos aseguran haber visto salir del mercado a individuos que habrían dejado bidones de gasolina cuyos restos, decían, se podrían ver entre los escombros.

Que conste que las anteriores son versiones de los propios locatarios y vecinos hechas públicas desde hace meses, aunque, en su pasada comparecencia ante los diputados, el Fiscal General, Uriel Carmona, también insinuó que el incendio podría haber sido provocado.

Afortunadamente, la Fiscalía Región Oriente tiene otros datos.

Como sea, la reconstrucción del inmueble representará una fuerte inversión, hace dos años se calculaba que, sin demolerlo, el remozamiento del “Hermenegildo Galeana” podría costar alrededor de 120 millones de pesos; pero también, de acuerdo al proyecto de reconstrucción, podrían reacomodarse los locatarios y, quizá, abrir nuevos espacios que, tal vez, se podrían vender o arrendar.

Por lo pronto, el caso se ha cerrado y no hay nadie a quien perseguir, la culpa recae en la imprudencia de los comerciantes que, por querer ahorrarse algunos pesos, decidieron olvidar la normatividad e instalar los llamados “diablitos”, que en México es algo así como deporte nacional.

En fin, ahora que se liberó el predio pues ya no está en investigación, habrá que ver los planes de reconstrucción y analizar el plan de financiamiento de esta obra que es de primera necesidad para el municipio. Por lo pronto, solo queda cambiarle de estación a la radio y buscar otra cerveza, como lo estarán haciendo los peritos de la Fiscalía Oriente, a quienes, al parecer, les urgía salir de vacaciones.