Juan Antonio Siller Camacho
El establecimiento de Atlatlahucan fue fundado en 1570. Pero en 1571, el pueblo todavía estaba registrado como un “subjeto” de Totolapan, por tanto, podemos suponer que el convento fue construido a finales de esa época. George Kubler
Conjunto monumental de la orden de los agustinos que ocupa la parte central del actual poblado, frente a la plaza pública.
El programa arquitectónico del siglo XVI se conserva completo tanto en su primera etapa de evangelización con un enorme atrio, delimitado por un muro atrial con almenas y un doble muro interior a lo largo de su camino procesional perimetral, que remata en cada esquina en una capilla posa de gran dimensión, siendo ellas las de mayor tamaño en el arte colonial novohispano.
Conservó hasta hace unos años en la parte central del atrio junto a la cruz, un enorme árbol de una ceiba o pochote como se les denominan en Morelos a estos árboles. Éste seguramente tuvo un importante significado en la cosmovisión indígena del mundo y el emplazamiento del mismo junto a la cruz, fue parte del sincretismo empleado por los religiosos en la conversión y evangelización.
Esta tradición aún se conserva en otras regiones del país como es en la región de Chiapas y la península Yucatán, en donde los grupos indígenas mayas siguen realizando sus reuniones con sus representantes al píe y a la sombra de las ceibas, árbol sagrado en la religión mesoamericana.
La capilla abierta aún se conserva en su lugar original, la cual no es de grandes proporciones como lo es su espacio sacro, en el cual se realizan las celebraciones religiosas a cielo abierto, como en los antiguos espacios de las plazas de los centros ceremoniales prehispánicos al pie de un basamento y templo mayor.
La edificación del templo es de gran dimensión de una sola nave con una enorme espadaña o campanario en la parte superior y un reloj monumental del Centenario de la Independencia de México, que, en 1910, se instalaron en muchos de los principales edificios públicos y religiosos, en el régimen de Porfirio Díaz.
Es uno de los conjuntos que conservan una torre adosada a la nave del templo hacia la parte posterior en el costado norte, con motivos de almenas del mismo estilo y época que el resto del edificio.
El claustro al sur en dos niveles conserva motivos decorativos en su pintura mural con temas alusivos a la orden y de otros de motivos del arte indígena que fueron integrados en sus muros. Destacan las representaciones de motivos acuáticos y otros de tipo florales y de la flora y fauna local.
Es uno de inmuebles que conservan su antiguo sistema de captación de agua pluvial desde las cubiertas del monasterio a los depósitos que se localizan en las huertas adjuntas al mismo.
Las fiestas patronales de San Mateo y otras aún se celebran con procesiones que parten del interior del templo y continúan de manera procesional en cada una de las estaciones de las capillas posas en las esquinas del atrio, con todos los feligreses acompañando la custodia e imágenes, entre música y cuetes.
Destacamos los siguientes elementos de gran valor en el conjunto monumental del siglo XVI de esta edificación
- Conjunto monumental con un gran atrio y capillas posas monumentales y caminos procesionales perimetrales
- Capilla abierta de la primera etapa contigua al templo de la segunda etapa
- Construcción de un templo monumental con torre y espadañas
- Pintura mural en el claustro bajo y alto de gran calidad y mano indígena
- Patios y huerta original en el conjunto
- Sistema hidráulico de captación de agua de lluvia y aljibes
- Conservaba hasta su tala criminal un Pochote o Ceiba en el centro del atrio de gran significado para las culturas indígenas al igual que el actual de la plaza de Tlayacapan
- Reloj monumental del siglo XX para el centenario
- Fiestas y tradiciones por parte de sus pobladores
- El entorno de la población y sus barrios conservan importantes capillas del siglo XVI y posteriores