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Como dijera Julio César Chávez, boxeador y ahora comentarista de boxeo, “¡hay tiro…hay tiro!”. No hay un ring donde se compita por la gubernatura de Morelos, la confrontación se está dando a lo largo y ancho del estado de Morelos, en las calles y por todos los medios de comunicación al alcance y especialmente en redes sociales. La contienda es entre dos mujeres: Margarita Saravia y Lucy Meza; dos proyectos antagónicos.

El proyecto de Margarita Saravia, no es novedoso porque se encuentra anclado a la marca Morena de la 4T y al compromiso político de un gobernador cuestionado, ineficiente y hasta nefasto, que ha sumido a los morelenses en una ola de inseguridad y violencia. Le pesará sobre sus hombros la defensa que AMLO hace de Cuauhtémoc Blanco y su mano protectora para darle amparo e impunidad con la candidatura a una diputación plurinominal. Su proyecto es de continuidad como si en el estado de Morelos reinara la prosperidad. El enojo de los morelenses está a flor de piel y los morenistas sienten malestar por un gobernador que los deja mal representados.

El proyecto de Lucy Meza es alternativo integrado por una coalición de partidos, agrupados bajo una idea clara y precisa, Por la Dignidad y Seguridad de los Morelenses Vamos Todos. Es cierto que apenas hace algunos meses militaba en Morena donde le jugaron una traición y fue vetada por Cuauhtémoc Blanco. Rápidamente se posicionó entre la coalición de los partidos políticos y el frente amplio de la sociedad porque es una mujer carismática y que ha ganado elecciones conquistando el voto en las calles. Su experiencia política la coloca como, un peso pluma altamente competitiva y con posibilidades de triunfo.

Ya se ha desatado una guerra entre los equipos de campaña con descalificaciones mutuas y ponderando encuestas a modo, con porcentajes exagerados, es el juego político-electoral permitido; sin embargo, Margarita Saravia tiene un hándicap en contra, su imagen es adusta y no comunica; mientras que la de Lucy Meza tiene una imagen con una sonrisa agradable y un rostro que refleja carisma y seguridad. No olvidar que la elección se gana con votos, pero las emociones cuentan y cuentan mucho. Somos seres emocionales más que seres racionales. La apuesta está en el trabajo efectivo, su capacidad de convencimiento y la estructura territorial con la que cuenten las contendientes. Por lo pronto los ciudadanos morelenses tendremos que salir a votar.