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El director del Instituto de Desarrollo y Fortalecimiento Municipal del Estado de Morelos (IDEFOMM), Francisco León y Vélez Rivera, informó que hay varios municipioscuyos funcionarios podrían ser destituidos por falta de atención a laudos laborales. Entre ellos, como casos graves, se encuentran Cuautla y Puente de Ixtla.

Esta situación parece ser uno de los casos en donde la justicia parece funcionar al revés, no por que sean injustos los laudos -que, por cierto, se litigan y cada parte presenta sus argumentos ante las autoridades competentes- sino porque los condenados suelen ser funcionarios que puedes nos no ser los culpables de las anomalías que se le imputan al Ayuntamiento, en donde, con seguridad, ya no despachan los verdaderos responsables.

Los laudos son herencias de administraciones pasadas y rara vez son los mismos sobre quienes pende la espada de Damocles.

Los laudos son también tan solo una parte de las deudas de los municipios que, en cada administración, suelen recibir sus balances financieros en números rojos.

En nuestro estado, de acuerdo con el Registro Público Único de Financiamientos y Obligaciones de Entidades Federativas y Municipios, la deuda bancaria del Ejecutivo estatal alcanzaba los seis mil 405 millones 938 mil 559 pesos, hasta el mes de septiembre del 2022.

Entre los municipios, ya desde hace varios años, Cuautla se ha distinguido por ser el más endeudado. En la actualidad,debe alrededor de dos mil millones de pesos, y los laudos representan aproximadamente la mitad de esta cantidad.

Si bien los laudos pueden ser de largo aliento -hay algunos con veinte años de litigio-, el endeudamiento catastrófico de algunos municipios -como el que llevó a declararse en quiebra a Puente de Ixtla, no hace mucho tiempo- suele ser producto de pésimos cálculos financieros y, desde luego, de la corrupción. 

Son varios presidentes municipales quienes se quejan de pagos a empresas fantasmas, compra de servicios excesivamente caros, duplicidad de pagos y un largo catálogo de irregularidades que suelen dejar algunos funcionarios a las administraciones que les siguen hasta que sucede lo inevitable: que la deuda rebase el ingreso del municipio y se haga inmanejable, para cuando se llega a estos extremos ya se han dejado de hacer obras, se han despedido trabajadores -que, quizá generen nuevos laudos- y se ha dejado de invertir en lo que es importante para la subsistencia de los municipios. Pérdida tras pérdida-

Así es que el esfuerzo del INDEFOMM por conseguir para los municipios recursos frescos para enfrentar las posibles destituciones de funcionarios que, por lo menos en estos casos, son responsables solo de manera colateral de tales situaciones, es encomiable. Pero a las medidas de emergencia deberían venir las preventivas y las punitivas, las auditorias que den con los responsables.

Sirvan estas líneas para reconocer que no todos los presidentes municipales son aficionados a patear el bote de las responsabilidades y a aquellos que han asumido, con responsabilidad, el manejo de las finanzas públicas que les corresponden que, nos consta, sí existen.