loader image

 

Crónicas de un Viaje por las Capitales de la Moda: París

 

Espero sentada en el autobús mientras los pasajeros descienden. Hemos arribado a la estación de autobuses de París después de un viaje de casi cuatro horas y media desde Bruselas, Bélgica. Me encuentro sonriente a pesar del cansancio, pues la emoción de estar en este famoso país es incontenible, que ha sido protagonista de muchos escenarios románticos de películas y es el sueño de millones de personas. Pero lo más destacado para mí es que estoy conociendo una de las principales capitales de la moda. A bordo de la línea 6 del metro parisino, ya puedo ser testigo de los cientos de estilos de las personas; algunos muy extravagantes, otros un tanto experimentales y algunos otros siguiendo patrones de combinaciones y estampados que reflejan una personalidad alegre y relajada.

París comenzó a ser considerada como “la Ciudad de la Moda” en el siglo XVII, cuando el rey Luis XIV, famoso por su lujoso y opulento estilo de vida, convocó a los diseñadores más famosos de la época para diseñar su ropa real. Su corte real se convirtió en el ícono del estilo que comenzó a ser apreciado y copiado internacionalmente. Desde entonces, nunca se ha detenido; a lo largo de los siglos, París ha sido el punto de referencia para nuevos estilos de moda, diseños y avances.

Hemos llegado a la monumental Torre Eiffel, y la sensación es indescriptible. Un escalofrío recorre mi cuerpo, estoy frente a un monumento que ha presenciado incontables pasarelas de moda frente a sus campos y donde grandes diseñadores se han bautizado en el mundo de la moda. En las calles aledañas a la Torre Eiffel, podemos encontrar otro elemento característico de la vida parisina: los puestos de periódicos y antigüedades en los muelles del Río Sena. Pero no todo es magia en esta gran ciudad. Ante la proximidad de los Juegos Olímpicos, los “bouquinistes” (libreros) de las orillas del Sena están directamente en peligro. Está previsto el desmantelamiento total de las “cajas”, su único trabajo y fuente de ingresos, sin garantías de remontaje y restauración de las cajas. Los “bouquinistes” de la ribera del Sena están declarados Patrimonio de la Humanidad. Es difícil imaginar las orillas del Sena sin los bouquinistes, es como destruir el alma de París.

La comunidad francesa se ha unido para firmar una petición para que estos icónicos puestos no sean desmantelados. Si quieres saber más acerca de esta enorme colecta de firmas, puedes ingresar al sitio oficial change.org y apoyar sin importar tu nacionalidad.

Es momento de despedirnos de París, la Ciudad de la Luz y la Moda. Es un lugar donde los sueños se cosen a mano y donde cada calle es una pasarela. Explorarla desde el punto de vista de la moda es un viaje que te sumerge en la elegancia y la creatividad que definen esta ciudad. En cada rincón, en cada escaparate y en cada atelier, París te cuenta su historia, una crónica de moda que nunca pasa de moda. París me dio una perspectiva única como periodista mexicana. Mi viaje fue un recordatorio de que la moda no tiene fronteras, y que la creatividad y la elegancia pueden encontrarse en todos los rincones del mundo. Ahora sé que la verdadera belleza de la moda radica en su capacidad para unir culturas y contar historias únicas, sin importar de dónde provengamos.