La ciudad de Tagaytay de la provincia de Cavite, en la isla de Luzón del archipiélago de Filipinas, fue hermanada con la ciudad de Cuernavaca, Morelos, el día 29 de marzo de 1999. Tagaytay significa “La cresta de la montaña” en tagalo, idioma oficial de Filipinas, para sus siete mil ciento siete islas del archipiélago y se localiza a unos 55 kilómetros al sureste de la ciudad de Manila, a una altitud de 610 metros sobre el nivel del mar y un clima subtropical de 23 grados Celsius. 

Su clima y vegetación son muy similares a los de Cuernavaca, así como su cercanía a una gran ciudad de la que muchos se trasladan los fines de semana.

La belleza del lugar está caracterizada por una rica vegetación en medio del lago llamado Taal, de origen volcánico y de uno de los conos volcánicos de su cordillera, que se prolonga a lo largo de 32 kilómetros. 

El motivo principal de este hermanamiento tiene que ver, principalmente, con su destino turístico nacional e internacional, así como por el manejo responsable del turismo en cuanto a la conservación del entorno y del patrimonio natural existente, particularmente de la ciudad asiática, más que de la nacional en los últimos años.

El documento que las suscribió dice lo siguiente:

… Inspirados por la intensión de las ciudades de Tagaytay y Cuernavaca de promover el entendimiento y la buena voluntad entre los ciudadanos de sus respectivas ciudades, los arriba suscritos representados por el presidente municipal de Cuernavaca y el alcalde de la ciudad de Tagaytay, convienen en llevar a efecto la vinculación de las dos ciudades. 

Dispuestos a dedicar el mejor esfuerzo al fortalecimiento de los lazos mutuos de entendimiento y amistad, con el propósito de promover el bienestar común de sus ciudades y ciudadanos y contribuir al mantenimiento de la paz y la estabilidad de la región. 

Por la presente se entiende que el objeto del hermanamiento de esas ciudades es fomentar intercambios en los campos educativos, culturales, turísticos, ecológicos y comerciales. 

Las partes aceptan favorecer la mutua cooperación en el desarrollo de las relaciones culturales, educativas, científicas, turísticas, entre las ciudades para fomentar la frecuente interacción e intercambios entre funcionarios públicos, organizaciones y grupos de ciudadanos o declaraciones establecidas en las dos ciudades.

Las dos representaciones se comprometen respetuosamente a asegurar el cumplimiento de los proyectos y actividades convenidos y a fortalecer las relaciones de amistad entre ellos, de conformidad con lo previsto en el presente acuerdo.

Firmado y sellado en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, en los Estados Unidos Mexicanos, el día 29 de marzo de 1999.

Ya han pasado veinticuatro años de su establecimiento y vigencia sin que las autoridades municipales lleven a cabo los acuerdos establecidos, que serían un gran beneficio en muchos de sus campos, particularmente en el de los intercambios, no sólo de funcionarios públicos, sino de académicos, investigadores, estudiantes, así como también en otros importantes campos propuestos en el acuerdo.

En el año de 2015, a raíz de una relación académica y cultural con la embajada de Filipinas en México, publiqué este acuerdo y mis propuestas específicas* para su reactivación, así como la importancia de la vinculación con la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y de otras universidades, para desarrollar actividades culturales y educativas, entre muchas otras, las del idioma español a través de los medios de comunicación y difusión, como la Radio Universitaria de la UAEM, en la que tuve la oportunidad de colaborar, de manera ininterrumpida, más de diez años.  

*Consultar: Siller Camacho, Juan Antonio, La ciudad de Tagaytay, provincia de Cavite en Filipinas, y su hermanamiento con la ciudad de Cuernavaca, en Morelos, México. En el Itinerario cultural del Galeón de Manila Arte y Cultura México, Filipinas. 450 aniversario del tornaviaje del Galeón de Manila al puerto de Acapulco, México, 1565-2015. Una mirada desde Cuernavaca, Cuernavaca, Morelos, Ayuntamiento de Cuernavaca, 2015, pp. 73-76.

Foto: Archivo de JASC