¿EL HOMBRE ES BUENO O MALO POR NATURALEZA?

 

La respuesta a esta pregunta ha generado innumerables reflexiones prácticamente desde los inicios de la historia del hombre. Las respuestas han sido en el ámbito de la teología, la filosofía, la psicología y las ciencias sociales principalmente. (El concepto de hombre que se asume en esta reflexión es bajo la acepción de especie).

Dado el nivel de violencia, de depredación del hombre por el hombre, la brecha de desigualdades tan amplia entre unos pocos que todo tienen y los muchos que poco o nada tienen, dan pie a esta reflexión.

En el libro del Génesis 1:26 se lee  “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” otras religiones modernas coinciden con esta premisa, aunque en Popol Vuh se narra que los “Hacedores” le quitaron algunas competencias a los hombres para que no fueran igual que los dioses.

“Refrenemos un poco sus deseos, pues no está bien lo que vemos. ¿Por ventura se han de igualar ellos a nosotros, sus autores, que podemos abarcar grandes distancias, que lo sabemos y vemos todo? […]

Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo”.

Desde el inicio de la historia de la humanidad, desde la narrativa biblica del génesis donde Caín mató a su hermano Abel, no ha habido a nivel del orbe un tiempo de paz. Siempre han estado presentes las envidias, las ambiciones, la ausencia de tolerancia, de diálogo, que han provocado conflictos desde el nivel familiar hasta el internacional.

A partir de estas evidencias, algunos pensadores asumen un silogismo sofista donde las premisas son los humanos fuimos hechos a imagen y semjanza de Dios, los hombres somos malos, y la conclusión: luego Dios es malo. Este sofisma muchas veces se asume como una justificación de la maldad humana.

Personas conocedoras del tema responden a este sofisma diciendo que en efecto, el humano fue hecho a semejanza de Dios, sin embargo a los hombres se les dotó de una capacidad muy especial, la libertad, por lo que puede decidir libremente por la maldad o por la bondad. A los humanos se nos dio el libre albedrío. Abordé esta discusión en mi página de facebook “Pero nunca nos conquistaron” (Julio 6, 2022)

La filosofía también ha entrado en este debate, así por ejemplo, Thomas Hobbes asume que los seres humanos son por naturaleza egoistas y competitivos, en tanto que Jacques Rousseau sostiene que los humanos son buenos por naturaleza pero la sociedad los corrompe.

La psicología no queda fuera del análisis de la naturaleza humana, considerando que los potenciales genéticos se desarrollan en función del contexto donde se vive como la educación, la historia de vida, las creencias y más. Los psicólogos estudian el tema a partir de emociones como la empatía, la agresión, la cooperación, el individualismo entre otros comportamientos humanos.

Desde la perpectiva de la ciencia genética, a través del código genético sabemos que se pueden heredar algunos razgos de comportamiento. En la reflexión “el temperamento y su determinismo” se amplia el tema en mi página de facebook “Pero nunca nos conquistaron” (diciembre 18, 2021)

El código genético determina el potencial de un organismo, sin embargo el medio ambiente y el contexto determian su expresión. Pongamos como ejemplo, la enfermedad de la diabetes, que se puede heredar a los hijos, sin embargo si éstos llevan una alimentación sana, una vida activa y no se somenten a estrés constante, lo más seguro que aunque porten la enfermedad heredada por sus padres, ésta no se podrá manifestar.

Bajo esta misma lógica, los rasgos del carácter heredados no son determinantes de la conducta humana, pues para su expresión debe pasar por el tamís de la voluntad, la libertad, la autoconsciencia que definen en última instancia un comportamiento afable, comprensivo o agresivo y egoista.

El debate no termina, cada uno de nuestros lectores y lectoras tendrá sus propios datos, interpretaciones y conclusiones, a fin de cuentas fuimos dotados de un componente que nos identifica como humanos, la libertad, el libre albedrío.