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Las listas de Morena, dignos, repetidores y saltimbanquis

 

Si algo queda claro en los listados de aspirantes de Morena a diputados, alcaldes y regidores, es la enorme laxitud ideológica entre los anhelantes de fuero, poder regional o simplemente emolumentos muy superiores al ingreso promedio estatal, que amenazan francamente con diluir la ideología de izquierda o llenar sus filas de impostores. La revisión crítica de los listados debería ser preocupante desde dos perspectivas, la de un urgente pensamiento de izquierda para enfrentar los nuevos problemas de los municipios, el estado, el país y el mundo (en eso Morena queda mucho a deber); y la del mero pragmatismo que requieren los partidos para cumplir su función más elemental, ganar elecciones.

Cierto que hay algunos nombres en los listados que generan cierta esperanza, como Rafa Reyes de Jiutepec, Juan Ángel Flores de Jojutla, Paola Cruz Torres de Cuautla, Macrina Vallejo Bello de Temixco, Víctor Nájera Medina en Ayala, Antolín Escobar Cervantes que busca una diputación plurinominal, ellos, y algunos otros integran una minoría que se enfrenta a otros ubicables en dos grupos, uno de repetidores de una mezcla de preceptos ideológicos de los ochenta y citas más o menos directas de los discursos de Andrés Manuel López Obrador; y otro de tránsfugas o nómadas partidistas que adoptaron la peor versión del morenismo, fundada apenas en algunos trazos de burla a la oposición a la que ellos mismos pertenecieron, el “tenga para que aprenda” llevado al agandalle de la cosa pública.

Algunos de los saltimbanquis ideológicos son más famosos que otros. Vienen del PRI, PAN, PRD, PVEM, MC, o de otras fuerzas menores, pero ellos presumen alta rentabilidad electoral porque alguna vez, con las marcas que los postularon antes, casi ganaron una regiduría, una diputación, una alcaldía. No se trata, en ellos, de la evolución natural del PRI en el que se formaron todos los políticos antes del 2000 y luego se moderaron entre la derecha moderada para irse al PAN, o alguna de las formas de la izquierda ubicándose en el PRD o alguna morralla menor. No, ellos han ido de las derechas a las izquierdas y de regreso en una suerte de torbellino mental, muchos han defendido lo mismo el ecologismo que el industrialismo, son provida y proaborto, no por experiencia personal, como la mayoría de los ciudadanos, sino por cálculo político; y ni siquiera representan un capital político más allá de sus legiones de amigos o intereses.

Cierto que, con la ciudadanización de la política, esto es, la incorporación de los “no políticos” en el quehacer gubernamental, era previsible cierta difuminación de las ideologías: los ciudadanos no somos de izquierda ni de derecha y nuestro pensamiento político tiene que ver más con la realidad cotidiana y las experiencias cercanas que con los grandes sistemas de pensamiento. Pero es normal exigir a quienes concursan por enésima vez para un cargo público (es decir, ya son políticos hace tiempo), cierta consistencia ideológica, y eso se muestra en la cuota de votos que han aportado por sí mismos.

En Cuautla, por ejemplo, Jesús Corona Damián estuvo en Morena que lo convirtió en alcalde, pero buscó la reelección por el PAN y Humanista (extremo ideológico opuesto) y ahora vuelve a Morena, todo esto en un lapso de apenas seis años. En el 2018, con Morena, Corona Damián consiguió más de 23 mil votos (32% del total); su cifra cayó en 2021 a apenas 6 mil 400. No solo le costó a él, el PAN también perdió con su postulación dos de cada tres votos que tuvo en la elección anterior.

De Cuernavaca, Javier Bolaños Aguilar se formó en el PAN de Sergio Estrada Cajigal (un gobierno eficiente, pero también el más fresón que Morelos haya tenido), como candidato a alcalde por Acción Nacional y Movimiento Ciudadano en el 2018 obtuvo menos de 37 mil votos y perdió frente a la fórmula de Morena que logró 46 mil (con el componente adicional de que Morena no tuvo candidato estable para la alcaldía de Cuernavaca); en el 2021 se fue a Fuerza por México que lo postuló para diputado local por el primer distrito, contienda en la que alcanzó 2 mil 535 votos solamente; más de diez mil menos que la ganadora, Andrea Gordillo (PAN-PSD) que logró 12 mil 886. También en Cuernavaca, Eliacín Salgado de la Paz, estuvo en el PRI donde fue candidato a presidente municipal de Zacatepec en el 2000, luego, junto a Cuauhtémoc Blanco, se fue al Partido Encuentro Social, ahora busca por Morena ser alcalde de Cuernavaca.

Otros casos que no profundizaremos por cuestión de espacio son, en Cuernavaca, Irving Morales y Eric Salgado; para diputaciones, Ulises Bravo, Carlos Alaniz, Luis Machuca, Mirna Zavala, Pepe Casas, Francisco León y Vélez, Bernardo Pastrana; en otras alcaldías, Alma Delia Reyes Linares, Demetrio Román Isidoro y Andrés Duque Tinoco.

La circunstancia actual de Morena es vital para su futuro como partido político. El retiro anunciado de Andrés Manuel López Obrador será también la salida de la estructura discursiva de una agrupación muy joven que no ha aprendido a ser un partido político. De la selección de candidatos y dirigentes dependerá mucho la consistencia ideológica que pudiera convertir a Morena en la agrupación real de la izquierda en México, una corriente que debe ser mucho más amplia que el lopezobradorismo.

@martinellito

martinellito@outlook.com