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José Antonio Gómez Espinoza

Hace unos años, asistí a Mazatepec con el propósito de reunirme con funcionarios municipales, la cita fue un día viernes. En el pueblo se celebraba la feria del “Señor del Calvario”, que año con año, desde hace centurias, se celebra cada quinto viernes de cuaresma.

Llegamos un poco tarde, ya que, debido a la feria, el acceso era muy lento. Cuando llegamos al lugar de la cita, aun no estaban los funcionarios con quienes teníamos la entrevista. Estaban atendiendo asuntos relacionados con la feria del “Quinto viernes”, nos dijeron.

A esta feria, asiste un sinnúmero de feligreses provenientes de comunidades de Morelos, Guerrero yEstado de México, principalmente. La gente del pueblo generosa da hospedaje y comida a los peregrinos, sin embargo, muchos pernoctan donde pueden, pues es multitudinaria la cantidad de peregrinos que acuden a Mazatepec para venerar al hijo de Dios, en la figura del “Señor del Calvario”, cada quinto viernes de Cuaresma.

Cuando comenté sobre la fe de los peregrinos, uno de los presentes, un hombre cercano a los 80 años se acercó y me dijo en voz baja, casi en secreto: la verdad es que los más viejos, no vienen adorar a la imagen que está en el santuario, vienen a adorar a la que se encuentra enterrada debajo de la iglesia, a la imagen del dios que está abajo, es a la que le bailan, le ofrendan, es a la que vienen a ver.

En Morelos, se venera al hijo de Dios con cuatrograndes ferias en otros tantos viernes de Cuaresma. Inician el segundo viernes, en Cuautla donde se venera al “Señor de Cuautla”. Luego, el tercer viernes en Tepalcingo se venera al hijo de dios bajo la imagendel “Señor de Tepalcingo”, el cuarto viernes en Atlatlahucan se venera a “Jesús de Nazaret”. Finalmente, el quinto viernes en Mazatepec con la feria en honor del “Señor del Calvario” concluyen las ferias que veneran al hijo de Dios. 

En los diferentes puntos cardinales del estado donde se celebran estas ferias en honor del hijo de Dios según la tradición católica, se sabe, que fueron sitios ceremoniales prehispánicos de los cuatro Tezcatlipoca, los cuatro hijos del dios principal “Ometeotl”, el dios dualidad.

Los indios de estas latitudes, al convertirse a la fe cristiana, de manera taimada siguieron venerando de manera paralela y sincrética en la figura del Hijo de Dios cristiano a los “Tezcatlipoca”, hijos del dios “ometeotl”. 

Sobre las ruinas de estos adoratorios prehispánicos a los hijos del dios “ometeotl”, se construyeron templos católicos donde desde el siglo XVII se han venido celebrando los viernes de “cuaresma” sendas feriaspara venerar al hijo de Dios en el ritual cristiano.

Esto, me hizo recordar lo que un campesino de los altos de Morelos me dijo hace algunos años: … “hace más de quinientos años fuimos conquistados por los españoles. Pero la verdad, nunca nos conquistaron, no han podido conquistar nuestras tradiciones, nuestras raíces, no han conquistado nuestro corazón”. 


En un corazón pleno, con historia, identidad, tradiciones, saberes y símbolos, no hay cabida para elementos exógenos, no hay cabida para culturas yformas ajenas de ver el mundo. Un corazón y unespíritu llenos y completos nunca podrán ser conquistados.

“Pero nunca nos conquistaron”, hoy, sigue vigente, aunque la amenaza ya no es la conquista ibérica que impuso una religión, al tiempo que la desaparición de nuestra cultura, saberes e identidad.

La amenaza viene hoy de un pensamiento individual y egoísta que atenta contra un pensamiento comunitario y solidario; una visión de mercado que todo loconvierte en mercancía; un paradigma que privilegia el “tener” sobre el “ser”; una cultura de la inmediatez que no da tiempo de perder el tiempo en vivir cada día, cada momento. Estas son algunas de las nuevas amenazas al desarrollo de lo humano y a la supervivencia de nuestra casa común. 

Por lo anterior y para dar un nombre a mi columna conun elemento identitario a las temáticas tratadas en La Jornada Morelos, a partir de esta fecha, esta columna lleva como nombre “Pero nunca nos conquistaron”

“Pero nunca nos conquistaron” busca hacer conciencia de las amenazas que enfrenta el desarrollo humano, al tiempo que asume una posición resiliente frente al pensamiento único y dominante. Su objetivo es aportar un granito de arena en la construcción de un futuro más equitativo, justo, sostenible y en paz que heredemos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos.

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