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José Antonio Gómez Espinoza

El ambientalismo es un término que de tanto uso y manejo se ha vuelto una palabra muy trillada, aunque con frecuencia poco o mal entendida. Su uso de tan cotidiano ha generado innumerables reflexiones en ocasiones tan superficiales que para algunos grupos el ambientalismo se reduce a un folklorismo o una forma de New Age y hasta se ha desvirtuado con fines políticos y comerciales.

En el diccionario de la Real Academia de la lengua española, el vocablo ambientalismo se define de manera muy simple, como un sinónimo de “ecologismo”, el cual a su vez se define como «movimiento sociopolítico que propugna la defensa de la naturaleza y la preservación de ella», en tanto que la palabra “ambientalista” ese mismo diccionario la define como “que se preocupa por la calidad y protección del ambiente”

Los estudiosos del ambientalismo coinciden en que el estudio del ambientalismo tiene un ámbito muy amplio, que va desde las cuestiones tecnológicas y científicas, hasta las sociales y políticas, además de las ético-filosóficas que dan sustento y razón de ser a este concepto.

El ecologismo es un constructo relativamente nuevo, tuvo su génesis en las últimas décadas del siglo pasado. Los problemas y respuestas del ambientalismo se empezaron a ligar con un nuevo concepto, el de la sustentabilidad. Fue en los años 80, cuando surge el discurso del desarrollo sustentable como una respuesta diferente ante el discurso del desarrollo sostenible.

El concepto sustentabilidad se dio a conocer en el Informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo: Nuestro Futuro Común. Este informe que fue presentado en 1987 es más conocido como informe Brundtland.

En el informe Brundtland, la sustentabilidad se entiende como la premisa de una relación con la naturaleza que al satisfacer las necesidades del presente no comprometan las necesidades de las generaciones que están por venir.

En el año 2000, a partir de la Cumbre de Río, este concepto se generalizó y fue el punto de origen y llegada para todos los problemas relacionados con el medio ambiente. Con la aceptación de este concepto por las organizaciones internacionales se dio un revés al concepto de desarrollo, bajo la lógica depredadora del capitalismo. No es posible sostener un crecimiento de manera limitada con los recursos limitados que tiene la naturaleza.

En Latinoamérica se dio una amplia discusión sobre el nuevo concepto del desarrollo “sustentable”, no “sostenible”, palabra que aparece en el informe Brundtland toda vez que en inglés no existe una palabra que defina el concepto sustentabilidad.

Tampoco existe el vocablo que defina el concepto del informe Bruntland en el diccionario de la Real Academia de la lengua que da dos definiciones de sustentable: 1 que puede sustentar o defender con razones 2. Sostenible (que se puede mantener sin agotar los recursos)

El término sustentabilidad fue acuñado por pensadores y ambientalistas latinoamericanos quienes en la definición de este concepto discutieron sobre la interrelación y el impacto que se da entre el medio ambiente, el humano y los componentes sociales, culturales, políticos con una visión no solo de presente, sobre todo del futuro.

 

Estas discusiones pusieron en tela de juicio la premisa capitalista del “progreso y desarrollo continuo”, toda vez que los recursos de que dispone la naturaleza son limitados. Las discusiones de los ambientalistas latinoamericanos evidenciaron también cómo una mala interpretación de un antropocentrismo ha impactado en la depredación de la naturaleza.

El ambientalismo, por tanto, destacó que en la relación hombre-naturaleza, el hombre no se encuentra fuera del medio ambiente, sino que es un componente más de ésta con la que interactúa y hasta modifica con sus actividades.

Vale la pena resaltar que el concepto de sustentabilidad con esa ética de solidaridad con los que aún no han nacido además de un misticismo ecológico, la venían practicando los abuelos de nuestros abuelos a través de sus saberes, prácticas productivas y una cosmovisión del mundo considerando al hombre como “hombre cosmos”, cientos de años antes de la conquista de México.

En futuras entregas queremos incursionar en el ambientalismo desde los ámbitos sociopolíticos, así como ético filosóficos enmarcados en el contexto de nuestra historia, identidad y cultura milenaria.