loader image

Medardo Tapia Uribe

Recuerda usted la famosa marcha de la “descomp-oposición” para exigir “el INE no se toca” encabezada por el indefendible presidente del PRI, “Alito”, y su aliado el PAN,en el presídium del cierre de la marcha de la “descomp-oposición”; además de Elba Esther Gordillo y Roberto Madrazo, exclamando: “mi voto no se toca”. Muchos se deshacían, especialmente desde los medios en defender la “intachabilidad y operabilidad” del INE y sus consejeros generales, encabezados por el Consejero Presidente saliente.Desafortunadamente para nuestra democracia y nuestra corrupción sistemática avanzada —en donde las decisiones podrán ser legales, pero no son legítimas— poco tiempo después los hechos demostrarían la manipulación de aquella marcha, en contra de aquella campaña de defensa del INE y el verdadero tráfico de poder político y electoral, en donde aquel ex ministro de la suprema corte de justicia descubrió lo que era una manifestación pública y manifestarse en algo tan simbólico como la defensa del INE. Lástima de su descubrimiento y su manifestación a sus 62 años de edad, sobre todo por lo que ocurriría después.

Como en todos aquellos malos dramas de aquellas malas películas, nuestros personajes, los Consejeros salientes del Consejo General del INE esperarían el último día de su mandato para cerrar como debía de ser: perdonar una multa de cuando menos 500 millones de pesos en contra del PRI por la indefendible corrupción de la “operación safiro”, con toda clase de evidencias como lo proponía su Unidad de Fiscalización para sancionar al PRI. La operación safiro es una de esas acciones de corrupción que han llevado a diversas autoridades judiciales por el sinnúmero de evidencias a vincular a proceso y enviar a prisión preventiva a un buen número de políticos del PRI, empezando por el ex gobernador de Chihuahua, a un representante del PRI del Consejo Nacional de este partido y un buen número de muertos, personajes clave del proceso, varios de ellos asesinados aquí mismo en Morelos, aquel ex funcionario de la Secretaría de Hacienda, junto con su madre, su hermana y su hermano; además de uno de los exfuncionarios del gobierno de Chihuahua vinculado a proceso y que, juzgando su proceso en libertad con brazalete de vigilancia, decidió esta misma semana de abril quitarse la vida lanzándose desde un puente en Chihuahua. Esto además de la persecución estatal en Chihuahua en contra del fiscal anticorrupción de Chihuahua, acusado por uno de los ex funcionarios del gobierno estatal de Chihuahua de tortura psicológica y por lo cual exfiscal anticorrupción de Chihuahua fue enviado a prisión.

El perdón del consejo general del INE, en el cual sorpresivamente el consejero Murayama votó en contra, se suma así a una larga cadena de corrupción de la operación “safiro” (sic) que ha sido ampliamente probada, pero en la cual además, decidieron también tratar la corrupción Odebretch por la cual está en prisión y en espera de juicio uno de sus personajes principales, y de una buena vez alegar que: dado que la Fiscalía General de la nación y la Unidad de Inteligencia Financiera no les dieron la información que solicitaron también decidieron no aplicar ninguna sanción al PRI por la corrupción de Odebretch. Como dirían, los chavos: ya encarrerados, pues de una buena vez, antes de irnos de aquí.

Para cerrar con un colofón digno de un drama muy malo, para la democracia, el exconsejero presidente decide convertirse en colaborador semanal de Latinus, entre cuyos socios figura un hijo y un yerno de Roberto Madrazo, pero en cuya plataforma y empresa Roberto Madrazo asegura que no participa. Por supuesto, cada quien es libre de hacer de su honor y su reputación un papalote y echarlo a volar. Al principio, en su lucha, los Consejeros salientes, y también algunos de los no salientes, del INE pintaban bien, al final no.

Sin embargo, yo no me pregunto porque esperarían hasta el último minuto de su gestión los consejeros salientes del consejo general del INE para perdonar al PRI millonaria multa, sino porque no dejar de hacerlo a costa de su reputación como Consejeros Generales porque el “honor” no tiene precio. Me parece que los presuntamente implicados lo hicieron porque afectarían considerablemente el financiamiento de las campañas de Coahuila y el Estado de México y los resultados de esas elecciones, donde posiblemente el PRI se juega su futuro. Y esto no puede arriesgarse ni tiene precio.