Antonio Sarmiento Galán*

Es necesario hablar sobre el precio de los alimentos como indicador de los estragos que está causando el calentamiento global.

Si queremos que más habitantes combatan el calentamiento global, algo que no se logrará si sólo hablamos de combustibles fósiles, necesitamos tocar algo mucho más tangible, inmediato y universal, como la comida.

A menudo nos preocupamos por el aumento vertiginoso del costo de los comestibles [1]. En el 2023 fuimos testigos de asombrosos aumentos en su precio: un promedio global de 5.8% y para 2024 se espera otro aumento del 2.9% [2] a pesar de que muchas economías se han recuperado y las tasas de inflación se han desacelerado [3]. Los conflictos armados, las guerras y los efectos persistentes en la inflación contribuyen a que ésta crezca, pero el único factor constante y creciente es el calentamiento global del que la mayoría todavía no está consciente.

El aumento del precio de los alimentos debería recordarnos constantemente los impactos que está causando el calentamiento global. En 2023, las condiciones climáticas extremas, como olas de calor, sequías e inundaciones fueron los principales perturbadores del precio de los alimentos [4] y causaron daños generalizados a los cultivos y al ganado en todo el mundo.

El maíz, el trigo, el arroz y las papas [5-7] (básicos en muchas dietas) están entre los cultivos más susceptibles a los cambios climáticos. Por ejemplo, el arroz no puede autopolinizarse eficientemente en temperaturas más altas; su calidad se degrada y su cosecha se reduce. Los efectos del clima sobre el arroz se sentirán en los próximos 15 años, y su cosecha disminuirá en un 40% para finales de siglo [8]. Para 2030 la NASA [9] indica que los aumentos de temperatura y los cambios en la lluvia causarán reducciones relevantes en la calidad nutricional del trigo y un descenso del 24% en la cosecha de maíz.

No se trata sólo de alimentos básicos; las frutas y verduras se encuentran entre los grupos de alimentos que contribuyen notoriamente al aumento del precio de los comestibles [10] y sabemos que los patrones climáticos severos degradan su calidad: las olas de calor pueden quemarlas [11]. Un aumento del bióxido de carbono en la atmósfera también disminuye los nutrientes en productos populares como las fresas y los tomates debido a que el acelerado crecimiento de las plantas no les permite integrar el contenido adecuado de micronutrientes. Para colmo, los fenómenos climáticos severos también promueven el crecimiento excesivo de malezas y plagas que los agricultores intentan controlar aumentando el uso de herbicidas y pesticidas [12] (algunos emiten gases invernadero), sin considerar que ciertas plagas desarrollan resistencia a los pesticidas [13] y provocan un uso mayor de tales químicos [14] y un aumento constante en los costos.

(Continuará)

[1] https://pro.morningconsult.com/analysis/us-economy-strong-consumers-unhappy

[2] https://www.ers.usda.gov/data-products/food-price-outlook/summary-findings/

[3] https://www.washingtonpost.com/business/2024/02/02/grocery-price-inflation-biden/

[4] https://www.nytimes.com/2023/08/10/business/global-food-prices-volatility.html

[5] https://exhibits.stanford.edu/data/feature/corn-and-climate-change

[6] https://www.nature.com/articles/s43016-021-00400-y

[7] https://www.weforum.org/agenda/2023/12/climate-change-food-prices-drought/

[8] https://www.scientificamerican.com/article/wake-up-call-climate-change-threatens-rice-farming/

[9] https://climate.nasa.gov/news/3124/global-climate-change-impact-on-crops-expected-within-10-years-nasa-study-finds/

[10] https://www.washingtonpost.com/business/2024/02/02/grocery-price-inflation-biden/

[11] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/B9780128008768000199

[12] https://doi.org/10.3390/agronomy10050745

[13] https://citeseerx.ist.psu.edu/document?repid=rep1&type=pdf&doi=a32c2360c060b50eea47155e595d7657e69e904a

[14] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0963996914006309?via%3Dihub

*Unidad Cuernavaca, Instituto de Matemáticas, UNAM