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Diez años después de que Jaime Domínguez, opositor a la termoeléctrica de Huexca, fuera detenido de forma violenta durante una protesta en la presidencia municipal de Jantetelco, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación en la que determinó, aplicando el protocolo de Estambul, que el activista fue torturado por policías estatales, dicha resolución se obtuvo.

Las autoridades locales deberán acatar y cumplir acciones de reparación del daño, establece la CNDH, entre otras medidas se contempla que José Antonio Ortiz Guarneros, comisionado de seguridad pública deberá ofrecer una disculpa pública a Jaime, quien en su momento luchó hombro con hombro con Samir Flores Soberanes, defensor de la tierra y principal opositor a la termoeléctrica de Huexca que fue asesinado el 19 de febrero del 2019.

El 19 de septiembre del 2013, Jaime, junto con un grupo de habitantes de Jantetelco, determinaron tomar la alcaldía como parte de las acciones de resistencia al Proyecto Integral Morelos (PIM) -que se conforma de un gasoducto que sale de Tlaxcala, pasa por Puebla y llega a Morelos, para conectarse con una termoeléctrica situada en Huexca y a su vez esta se conecta con un acueducto, de donde toma la energía para generar energía eléctrica para el estado.

Una vez que cayó la noche, documentó la CNDH, arribaron al campamento 60 policías del Mando Único y por la fuerza disuadieron su manifestación, durante el operativo Jaime fue detenido por seis elementos de la policía municipal quienes lo esposaron y lo subieron a una camioneta en donde lo trasladaron al sector de Cuautla.

Durante el camino lo insultaron y lo golpearon en las orejas y en la cabeza, sin que pudiera identificar con qué le pegaron, ya que le taparon la cabeza con su propia camisa para que no viera nada.

Mientras era sometido, Jaime pidió a los elementos policiacos la intervención de la CNDH y por respuesta recibió: “nosotros somos los derechos humanos” y lo amedrentaron diciéndole “… Con diabetes o muerto…” y posteriormente, lo amenazaron diciéndole que “te vamos a violar y meter a una cueva”.

Jaime fue trasladado a Torre Morelos y después lo pusieron a disposición del Ministerio Público (MP), por más de ocho horas lo mantuvieron esposado y le repitieron constantemente: ”eso te pasa por revoltoso”.

La CNDH dio fe de las lesiones que presentaba Jaime, identificado como “la V1”, consistentes en manos hinchadas, excoriación en el pómulo izquierdo, moretones violáceos en antebrazo derecho y en abdomen izquierdo. Asimismo, refirió tener dolor en oído derecho y espalda, anexando seis impresiones fotográficas.

Tras las indagaciones, el organismo defensor de derechos humanos corroboró que a Jaime le violentaron los siguientes derechos: derecho a no ser sometido a tortura, derecho a la dignidad, así como derecho a la legalidad y seguridad jurídica en su modalidad de acceso a la justicia.

Por ello, se emitió una recomendación -sobre el expediente 63/2012-VRO y acumulado 67/2013-VRO- dirigida principalmente a la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES), entre las acciones que deberá impulsar figura, garantizar la no repetición, y ofrecer una disculpa pública que deberá publicarse en el Periódico Tierra y Libertad.

Mientras que a la Fiscalía General de Morelos le solicita dotar de todo lo necesario, tanto recurso financieros herramientas y personal, a la Unidad Especializada en Delitos de Tortura y crear una línea telefónica o medios eficiente de denuncia de delito de tortura.

En entrevista para La Jornada Morelos, Jaime Domínguez, aseguró: “fueron diez años de lucha y de que se interpuso la queja por violación a los derechos humanos, después de 10 años nos acaban de aceptar que hubo tortura por parte del entonces Mando Único”.

El activista apuntó: “para nosotros es un logro, si bien salió mocha, salió truncada, porque no salió como nosotros esperábamos, porque al final no hay medidas cautelares para los compañeros, para mí, pero para nosotros, esto es un triunfo”.

Admitió que el proceso para demostrar que fue víctima de tortura no fue fácil: “es muy difícil demostrar que hubo tortura. No basta con que yo diga que fui torturado. Tienen que hacer el protocolo de Estambul y la Comisión Estatal de Morelos no tiene forma de hacer el protocolo de Estambul, no tiene la gente capacitada, tuvo que venir gente de la quinta visita, debería de México para poder hacer el caso, pero yo digo, si eso nos pasa a nosotros y después de 10 años, pues lo que pasa es que la gente se aburre porque no encuentra justicia en la comisión estatal de Derechos Humanos”.