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Es que te has convertido en parte de mi alma…

Fernando González Domínguez*

El pasado cinco de diciembre la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aprobó en su 18ª sesión la inscripción de la práctica cultural del Bolero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la Humanidad. La declaratoria se hizo a petición de los gobiernos de México, a través de su Secretaría de Cultura, y del Ministerio Cubano de Cultura representando al gobierno de la República de la isla bella.

La designación se hizo en la muy lejana ciudad de Kasane de la Botsuana sudafricana, sede de esa asamblea. Alguna coincidencia mágica y rítmica debe haber si sabemos que los europeos “importaron” por siglos sangre negra africana al caribe antillano y maya. El origen del bolero es básicamente del tango, el vals y la rumba hace 140 años, pero el tumbao sincopado está más que presente en el felling isleño. Se escucha también en el tamborileo de los guitarristas sobre su instrumento como si fuera tambor, en cualquier trío mexicano.

El danzón es el mejor ejemplo de sincretismo europeo de la contradanza y el ritmo semi-lento de danzas africanas y caribeñas en donde se incluye nuestra cuarta frontera. Un bolero es una pieza con un aire musical, popular, cantable y bailable en un compás ternario con movimientos majestuosos, dicen las redes. El primer registro que se tiene de un bolero data del año 1885. Se llamó nada menos que “Tristezas” según su partitura original y con la autoría del cubano José Pepe Sánchez. Más latino, más mexicano no podía ser ese nombre.

Pepe Sánchez. Foto: https://www.dcubanos.com

Postulación binacional

La declaratoria reconoce antecedentes como la creación en 2005 del Instituto del Bolero Mexicano y su inscripción en el Inventario Nacional en 2018. En 2020 se presentó la postulación y se integraron los expedientes en una iniciativa conjunta de los gobiernos de México y Cuba.

Hay muchos antecedentes de ambas partes de seguir cultivando ese género musical. Se cuentan por cientos los programas, los festivales, las grabaciones que cultivan esta expresión musical.

Probablemente cada letra de este texto puede significar una canción, un disco, un verso, un festival o una serenata mientras usted lo lee. Hagamos el ejercicio: Cada letra de este texto contribuye con cada esfuerzo a reforzar el género del bolero. “Ahí viene la A” diría Cri-Cri y esa “A” es por ejemplo “A que no” compuesta por Dino Ramos y Roberto Cantoral. Seguro la recuerda en voz de Víctor Iturbe, luego una E que será Eugenia León cantando “Aquel Amor” en el Canal Once. Luego viene una I que está flaca como Agustín Lara y su “María Bonita” hoy acordándonos del Acapulco en pena. También las vocales juegan: la C es mi Cedé de los 100 mejores boleros de la historia aunque habrá mil que nos gustan y no aparecen en ese disco.

Agustín Lara, Rosita Fornes y el fotógrafo Armand. En una despedida a Lara tras una visita a Cuba. Fotógrafo Vicente Muñiz. Imagen: FB Rosita Fornes Oficial

Roberto Cantoral / Los Tres Caballeros. Foto: Redes Sociales

Así sucesivamente: cada letra de este texto es una nota; es una canción, un programa o un festival. Incluso un sepelio en donde se le despide al muerto con las canciones de su gusto. Le van a faltar letras a usted de todos los ejemplos que se le vengan a la cabeza en el tema del bolero. El bolero vive en lo cotidiano de ambos pueblos de la Habana a Veracruz. De Santiago – de donde son los cantantes- a Santa Lucía en Mérida o a algún botanero de Cuernavaca o de Cuautla. El actual “Rey del Bolero” Carlos Cuevas radica por cierto en la ciudad de la Eterna Primavera.

Empecemos por la A de Álvaro

Tomaré dos letras: Una A de Álvaro Carrillo y la V de Virgilio Caballero. En el caso uno a propósito de la celebración del Festival Latinoamericano del Bolero en noviembre del 92 se organizó un homenaje a San Álvaro como le dicen los intérpretes que le reconocen el amplio repertorio del compositor costeño que los salva siempre de ¿ahora qué canto? Su “Sabor a mí” está considerado en varias páginas especializadas como el bolero más representativo de nuestro catálogo mexicano. Le compite Cantoral con su “Reloj” en voz de Lucho Gatica, y le compiten también “Solamente una vez” de Lara y su hermana Teresa. Acaso el “Sin ti”, o el “Contigo” de los Panchos o cualquiera de Toña “La Negra” o del Tenor Continental de apellido Vargas también conocido como el Samurái de la Canción. Cuestión de gustos.

Álvaro Carrillo. Foto: @INEHRM

En ese homenaje que se le hizo a Carrillo se concentró el personal que producía entonces la serie televisiva “Álvaro de Todos” emitido por Radio Televisión Oaxaca en señal local y a través de la red de radio y televisoras estatales y universitarias en transmisión nacional. El comité del festival invitó a unas decenas de cantantes famosos a la tierra de Álvaro, en la ciudad de Oaxaca, aunque no exactamente en la Costa de donde era oriundo Carrillo, era de Pinotepa Nacional. Llegaron los monstruos de la canción cubana como Elena Burque, la Señora Sentimiento; el pianista Frank Domínguez, autor de “Tu me acostumbraste” entre cientos de boleros; Gina León La dama de la canción o la jovencita del moño como se presentó en un programa de aficionados de Radio Popular Habana; y el enorme autor de “Delirio” y “Contigo en la distancia” don Cesar Portillo de la Luz. Por México estuvieron Vicente Garrido , Pepe Jara y Marilú La muñequita que canta, entre otros.

Tuve la oportunidad de formar parte de la logística y convivir un par de días con esa pléyade que cantaban en la regadera, en el desayuno, en sus ensayos por supuesto pero también al concluir la comida en larguísimas sobremesas que se transformaban en verdaderos conciertos, pasarelas donde se tropezaban las voces un segundo y al siguiente escuchabas duetos y tríos perfectamente ensamblados de verdaderas celebridades tomando un anís o un ron con goma porque debían cuidar su voz para el verdadero concierto que había de ofrecer en unas horas. Estaba ya garantizado el famoso sold out tan recurrido hoy por los empresarios de la música en vivo. A esas corchas nosotros le decimos bohemias, los cubanos le conocen como descarga.

Elena Burke, La Señora Sentimiento. Foto: https://www.dcubanos.com

En una de esas descargas tomamos varios soles y sombra –anís con coñac-, “separados se toman de manera alterna, a sorbitos. Muy pegador” advirtió el cantante Pepe Jara mientras contaba y cantaba sus inicios. Le serví a las y los cantantes cubanas y mexicanos su ron con jarabe y limón para lograr que cantaran la pieza que yo quería. Recuerdo que cuando Elena Burque vio una botella grande de Ron Bacardí (patonas les decimos aquí) se maravilló y me dijo “esa no me la tocas, se va pa’ Cuba chico” y así fue. Llegó a cantar abrazada de su pata de elefante. Vicente Garrido declinó viajar al aeropuerto de regreso con el grupo pues ya casi todos iban muy alegres y se decidió por un taxi. El jalisciense autor de la hiper versionada “No me platiques más”. Era serio y austero me pareció, en contraste con el grupo mixto de mexicanas y cubanos ya incorporados a la fiesta del bolero. Sin embargo era, se veía, de los más queridos por la comunidad artística cubana-mexicana.

V de Virgilio

Ahora va la letra V de la victoria para Virgilio Caballero que tuvo la ocurrencia de invitarles a Oaxaca. La experiencia resultó muy positiva. Incluso al terminar los conciertos el grupo artístico demandaba reunirse en casa de Caballero para conservar caliente la garganta y seguir llenando con anécdotas simpáticas la partitura de un grupo tan selecto. También resultó favorable que Radio y Televisión de Oaxaca en calidad de pequeña empresa pudo solventar todos los gastos del evento y generarse unos pesos mas para comprar material de video tan necesario en la estación a cargo del periodista. Entonces -y hoy- el bolero vende, digo yo.

Unos años mas tarde la Universidad de Guadalajara y el Gobierno Cubano transmitieron durante varios capítulos una exploración muy profunda sobre las raíces del bolero cubano- mexicano que programara la televisión cubana y el canal 44 de la U de G y el canal 22 de la CDMX en el 2010. Los programas constituyeron un serio esfuerzo de investigación periodística musical de la segunda institución educativa de México, hoy ya cristalizado en ese reconocimiento por la UNESCO.

Estas letras también son un llamado a retransmitir “Nuestra Música” que produjeron por la televisión cubana Argelia Fragoso y Vivian Llanes Florat y, por la Universidad de Guadalajara, Virgilio Caballero y Jesús Casillas, como un complemento pedagógico a este logro de la Secretaria de Cultura de hoy ante las Naciones Unidas. Los melómanos lo merecemos.

Hoy mismo ya sin muchos de esos protagonistas del bolero vemos los famosos sold outs de Luis Miguel llenando estadios en su retorno otoñal complaciendo a señoras y señores de edad madura, y “educando” a jovencitas y muchachos que empiezan a entender que el amor que vivieron sus padres y abuelas; y las y los que ellos mismos empiezan a sentir, al menos en México y Cuba se comunica con boleros. Tome una letra de las más o menos mil y tantas que conforman este artículo y piense en uno, o dos, o los que quepan en su Play List. Ahí le van sugerencias que contengan un cantante mexicano, cubano o de cualquier lugar con una compositora o cantante de donde sea. Corra a Youtube o a Spotify, o desempolve sus acetatos, desmagnetice sus cds, o limpie sus USB’s, y certifíquese con un Sol y Sombra, o con un vaso helado de cerveza hecha en Orizaba en Veracruz o en la blanca Mérida en Yucatán. Si puede libere a su Cuba Libre con un excelso ron de la Habana -todos lo son- échese un Paticruzado, ron habanero o como Elena Burque ríndale respeto a nuestro Bacardí blanco.

Ahí le van unas pocas sugerencias gustosas de entre miles, y salvando cualquier debate o controversia académica:

Miguel Matamoros. Foto: Biblioteca Nacional de Cuba

Lágrimas Negras” con Óscar Chávez. La pieza es del cubano Miguelito Matamoros.

Aretha Franklin canta de la guanajuatense Ma. Joaquina de la Portilla, Maria Grever “Cuando vuelva a tu lado” ganadora del Grammy como “What a diference a day made” adaptada por Stanley Adams, también grabada por Amy Winehouse y el rockero y crooner Rod Stewart, el recién fallecido Tony Bennet entre decenas de intérpretes en todo el mundo.

Joan Manuel Serrat canta “Soy lo prohibido” del argentino Dino Ramos y el mexicano Roberto Cantoral.

“Bésame mucho” de Chelito Velázquez, (así le dicen en Cuba, nosotros Consuelito) con The Beatles, con Pavaroti, con Plácido, con Bocelli o la Pausinni. Incluso con Frank Sinatra.

Luis Miguel canta del cubano José Antonio Méndez “La gloria eres tú” o del también cubano Cesar Portillo su pieza clásica que da el título a estas letras “Contigo en la distancia”

Halia María Mompie intérprete cubana canta “Adoro” del orgullo yucateco Armando Manzanero.

Marco Antonio Muñiz le canta al puertorriqueño Pedro Flores su “Amor Perdido”.

Alberto Aguilera conocido como Juan Gabriel compositor michoacano comprometió su postura en su interpretación de “Cuando salí de Cuba” del argentino Luis Aguilé en Miami Florida. En Cuba a cambio un niño viralizó “Amor Eterno” cantando en las calles de la Habana vieja.

“Piensa en mí” de Agustín Lara y su hermana Teresa cantada por la española Luz Casal fue tema de su paisano Almodóvar en sus “Tacones Lejanos”.

El cubano Pablo Milanés canta “Perfidia” del chiapaneco Alberto Domínguez, también autor de “Frenesí”.

De aquí a la eternidad pues el universo del bolero es casi infinito. Si no que lo digan las compositoras y los autores. Que lo digan las y los cantantes que siempre se encuentran galantes. ¡Salucita!

*Director General de Factor D Consultores