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Los medios en Morelos demandan justicia

 

+ Reporteros de Morelos protestan por el asesinato de Roberto Carlos Figueroa y denuncian ambiente hostil en contra de la prensa

+ “La violencia e impunidad en Morelos son muestra de ingobernabilidad, y ni gobierno, ni Fiscalía hacen nada para detener los crímenes”

+ “Ninguna autoridad asume su responsabilidad… han hecho de la polarización el escudo para escabullirse”, acusan los periodistas

 

La noticia rebotó la noche del viernes de un chat a otro, de una a otra cuenta en redes sociales, y entre la sorpresa que silencia y el “no mames” compartido (los periodistas son malhablados en privado para no serlo en público), la tragedia se fue imponiendo como el denominador común de la indignación gremial, comunitaria y social.

Pocos mantuvieron el silencio del duelo, ese que paraliza las manos con el “carajo” atorado en la base de la garganta, otros se organizaron inmediatamente para preparar el manifiesto que al día siguiente expresaría la indignación del gremio porque ahora fue asesinado uno de los suyos, de los más queridos.

Alguien secuestró y apenas horas después asesinó a Roberto Carlos Figueroa, periodista, creador de contenido, reportero y productor de Acá en el Show, un programa crítico en redes sociales. Su cuerpo fue abandonado dentro de su vehículo en un paraje boscoso del municipio de Huitzilac. Todo ocurrió muy rápido el viernes 26 de abril en un estado donde la impunidad y la violencia campean desde antes que iniciara la administración de Cuauhtémoc Blanco, pero que se han incrementado desde que el exfutbolista es gobernador, presente, ausente o con licencia.

El de Roberto Carlos fue uno de los cuatro homicidios dolosos con que Morelos contribuyó a las 92 víctimas del viernes en el país; uno de los casi quinientos que se han cometido en el estado apenas en lo que va del año, y de los más casi seis mil en la administración de Cuauhtémoc Blanco. Igual que todos los demás, el asesinato del compañero comunicador deja a una familia entera, a amigos, a compañeros de trabajo, marcados por el dolor.

La esposa del comunicador escribió un mensaje: “sólo me gustaría recalcar que la inseguridad que se vive en el estado nos vulnera en todos los sentidos. Y hoy me han arrebatado a mi esposo, y a mis hijos les han arrebatado a su padre. Vera mis hijos llorar por su papá, saber de los terribles momentos que vivió mi esposo en sus últimas horas, han generado una impotencia indescriptible en mi ser. Hace falta un periodista, a mí me hace falta mi esposo, y a mis hijos, su padre”.

El dolor de que provoca el asesinato de Roberto Carlos, junto con las muchas lágrimas y bilis y “carajos” de los miles de otros asesinatos, se juntaron ahora porque el gremio periodístico en Morelos vive además un clima de agresión constante expreso en “amenazas, intimidaciones, ahorcamiento financiero de los medios, criminalización e la función periodística”, escribieron los periodistas a quienes el asesinato de Roberto volvió “los abajo firmantes”.

Así que, antes del mediodía del sábado, reporteros se presentaron frente al memorial de víctimas para exigir justicia.

El manifiesto de los reporteros

Jaime Luis Brito, fue el responsable de leer el manifiesto firmado por más de un centenar de periodistas. En el texto, se advierte que el asesinato “representa una muestra más de la terrible violencia que vive Morelos, entidad en la que nadie está seguro. También es una muestra de las condiciones que rondan la ingobernabilidad en un estado en el que ninguna autoridad asume su responsabilidad y en la que más bien, han hecho de la polarización el escudo para escabullirse”.

Apunta el documento que tanto al gobierno del estado, como la Fiscalía General de Justicia han sido totalmente omisos “para detener los crímenes que se multiplican y han convertido a la entidad en una de las más violentas del país. Todos los días contamos víctimas y los tres poderes de la entidad no asumen su responsabilidad. El poder Judicial no escapa a esta dinámica y muestra de ello son las cifras de impunidad en la que también Morelos es líder”.

Advierten que “la apuesta de los criminales se elevó al atentar y conseguir quitarle la vida a un periodista. El secuestro y posterior asesinato de Roberto Carlos Figueroa representa un duro golpe a la libertad de expresión”, advierten, por el contexto de riesgo constante en que vive el periodismo en Morelos.

Los reporteros exigen en el documento al gobierno estatal, la Fiscalía y el Congreso, abstenerse de lucrar políticamente con el crimen. Al Ejecutivo demandan también asumir su responsabilidad y dejar de “aventar la culpa”; resolver “de una vez por todas la situación de riesgo y peligrosidad, particularmente en Huitzilac”; brindar las facilidades a la familia de Roberto Carlos para salir del trance doloroso por el que atraviesa, no escatimar ni regatear el apoyo y garantizar la educación de sus hijos.

Demandan a la Fiscalía, investigar con celeridad, seriedad y respeto a los protocolos que garanticen el debido proceso a los presuntos responsables; brindar protección a la familia de Roberto Carlos Figueroa; evitar criminalizar a la víctima directa y las indirectas del crimen; y abstenerse de protagonismos y confrontaciones con otros poderes.

Al Poder Judicial, los reporteros le exigen ponerse a disposición de las víctimas; garantizar que conforme al debido proceso se castigue a los responsables del crimen; y abstenerse de utilizar el derecho para atentar contra la libertad de expresión.

Y finalmente al Congreso local se le demanda trabajar en la protección de la libertad de expresión y la protección de las fuentes.

Los reporteros también pidieron la comprensión y apoyo de la sociedad: “cuando atacan a un periodista o cuando lo matan, como en este caso, están intentando coartar el derecho que tiene cada morelense a saber, a enterarse, a la fiscalización de los poderes. Por eso es fundamental dar garantías a quienes ejercemos el periodismo en la entidad y en el país”, concluye el documento.

Las condolencias y condenas

Desde la noche del viernes, conforme fueron teniendo noticia del crimen, políticos de Morelos condenaron el homicidio y exigieron al gobierno estatal mejorar la seguridad y a la Fiscalía General, encontrar con prontitud a los responsables.

El gobierno de Morelos, como suele hacer en estos casos, publicó una esquela en que también fiel a su protocolo: “condena los hechos” y “hace un llamado a las autoridades de la Fiscalía General del Estado para que lleven a cabo las investigaciones correspondientes”; El Congreso de Morelos lamentó “el fallecimiento” y expresó condolencias a “familiares y amigos”.

Las candidatas a la gobernatura, Margarita González Saravia, Lucy Meza Guzmán y Jessica Ortega de la Cruz también condenaron el crimen y exigieron justicia, la última además exigió tomar las medidas necesarias para frenar la crisis de inseguridad en el estado. A la censura contra el crimen se sumaron diputados, organizaciones gremiales y partidos políticos.

Las condenas más duras vinieron de organismos protectores de la libertad de expresión y los Derechos Humanos, como Article 19, el Observatorio sobre la Libertad de Expresión, y la Organización Nacional Anticorrupción; todas exigiendo una investigación pronta, a fondo y que no descarte ninguna línea de investigación.