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Gerardo Becerra Chávez es un nombre bien conocido en la política de Morelos desde aquél que llama “despertar de la clase media” contra Jorge Carrillo Olea entre 1996 y 1997, y luego por sus enfrentamientos abiertos con los gobernadores Sergio Estrada Cajigal, Graco Ramírez Garrido y Cuauhtémoc Blanco Bravo, con quien colaboró como una especie de zar anticorrupción hasta que “atado de manos” como él mismo dice decidió renunciar y denunciar la corrupción que identificó en la administración pública.

Si bien la percepción de Becerra Chávez es compartida por el 89% de los morelenses que, según los datos de encuestas consideran que hay algo o mucha corrupción en el gobierno del estado, él sí tiene datos, cifras, estimaciones y hasta denuncias presentadas ante la Fiscalía Anticorrupción que incluyen a Graco Ramírez y por lo menos una decena de sus colaboradores, pero también a funcionarios de la actual administración, la que prometió encerrar a Ramírez y acabar con la deshonestidad en la función pública.

En exclusiva, Gerardo Becerra habla para La Jornada Morelos, parte por parte, caso por caso, de los más emblemáticos expedientes de corrupción en la administración de Graco Ramírez, de los pendientes de Cuauhtémoc Blanco en la materia y de la falta de desarrollo económico en el estado, a su juicio, el principal factor para que las prácticas corruptas se perpetúen en la administración pública.

Sin desarrollo económico hay más corrupción

“No hay desarrollo económico y eso te genera la tentación de que aquél que no hace negocios con el gobierno o a través del gobierno, no puede tener ingresos. Todos o queremos trabajar en el gobierno, o queremos hacer negocios con el gobierno, porque aparte es muy simple y muy fácil. Yo te puedo decir que desde, con toda honestidad que, desde la época de Graco Ramírez, donde yo les llamaba los juniors ladrones, hacer negocios con el gobierno era muy fácil, ‘tú me das el 20% de moche, yo te asigno la obra, y el constructor o prestador de servicios le sube un 20% al valor y recupero el 20%”, expone como la razón fundamental para que prevalezca la corrupción en el estado.

Algo de razón tiene, “Morelos depende fiscalmente en 97% de la Federación, solamente generamos el 3% de nuestro producto interno bruto lo generamos nosotros, que es verdaderamente lamentable. Entonces si tú no haces negocios con el gobierno o estás metido en el gobierno de alguna manera… y para entrar al gobierno se genera corrupción. Es una situación que se tiene que manejar desde abajo, desde la raíz”.

Porque, aunque la constitución establece que los morelenses tienen preferencia sobre cualquiera otro en contrataciones y adquisiciones, el principio no se cumple “porque no hay quien lo revise”, asegura. Y ejemplifica, si se revisan las asignaciones directas de las administraciones de Cuauhtémoc Blanco, y también las de Graco Ramírez, “todo lo que tiene que ver con esta ley se lo pasan por el arco del triunfo y asignan las obras violando el espíritu de la Constitución, se lo dan al de Tabasco, al de Durango, al de Puebla, al de Ciudad de México. Aquí tuvimos construyendo el (estadio) Agustín Coruco Díaz, que para mi gusto fue la joya de la corrupción de Graco Ramírez, a un constructor de Puebla”.

“Si tú no le entras con moche, no puedes entrar al gobierno y no pues hacer negocios”, lamenta.

El fracaso del Sistema Estatal Anticorrupción

En el sexenio 2012-2018, se conformó el Sistema Nacional Anticorrupción, recuerda Becerra Chávez, un instrumento que contaba con la estructura, “y los dientes” suficientes para combatir la corrupción en el gobierno federal. La iniciativa debía reproducirse por ley en las entidades federativas, en el sexenio de Graco Ramírez no ocurrió, y cuando Gerardo Becerra, ya en la administración de Cuauhtémoc Blanco intentó echarlo a andar el gobernador “no me dejó”, acusa.

“La gente debe saber que yo fui nombrado por el gobernador como su asesor anticorrupción y como Comisionado Estatal Anticorrupción, nunca me dejó terminar de constituir el Sistema Estatal Anticorrupción… Cuauhtémoc y su hermano (Ulises Bravo Molina) nunca quisieron que yo constituyera esto. El sistema que está ahorita es de risa, son puros amigos. Cuando lo que es el Órgano Ejecutivo tiene los dientes suficientes para poner orden en todo y a todos, pero no funciona, porque dentro del mismo gobierno no quisieron”, lamenta.

De hecho, la oficina gubernamental de Becerra Chávez fue diseñada para no operar “necesitaba yo dos abogados, necesitaba el recurso y otras cosas para poder presentar mis denuncias, si mal no recuerdo presente trece o catorce denuncias en contra de Graco Ramírez”, explica.

En marzo del 2019, Ulises Bravo llegó a Morelos “con la intención absoluta de amarrarme las manos.

Probablemente hubo un pacto para no perseguir a Graco Ramírez

Ya con Ulises Bravo como hombre influyente en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, las cosas empezaron a descomponerse. “Yo supe que altísimos miembros del gobierno se reunieron con Graco Ramírez. Entonces no me chupo el dedo para no entender que pudo haber en ese momento un acuerdo con él, y el estorbo era yo”, cuenta, y entonces empezaron a retirarle apoyos a la que era la responsable de cumplir probablemente la única promesa clara de la campaña de Cuauhtémoc Blanco, meter a la cárcel a Graco Ramírez. “Llegaron al extremo de quitarme hasta la mugrosa camioneta que me daban para que yo me moviera”.

Pero Becerra no claudicó entonces, siguió avanzando con sus propios recursos y gracias al apoyo de amigos abogados, y “con un Fiscal Anticorrupción que es Juan Salazar Núñez, que nos apoyó en todo y por todo, tan es así que muchas de mis denuncias” han derivado en juicios contra exfuncionarios que ya fueron procesados algunos y otros no porque los delitos habían prescrito.

“La percepción de corrupción es terrible en Morelos porque no hay castigo”, concluye Gerardo “tienes un individuo como Graco Ramírez, que todavía no lo hemos podido tocar, cuando el hombre, desde la óptica que yo tengo en mis denuncias debiera estar enfrentando un juicio, yo no sé si es culpable o no, pero hay cosas terribles”, advierte.

El largo trecho de la corrupción

En el 2013, Graco Ramírez pidió al Congreso de Morelos la autorización para un crédito por dos mil 800 millones de pesos, la solicitud fue autorizada por mayoría de votos a principios de octubre de ese año. Las irregularidades se presentaron desde la solicitud, con el cambio del objetivo del crédito que de apoyo municipal pasó a gasto en obra pública, hasta la aplicación de los recursos con que se pagaron construcciones con precios inflados y hasta salarios del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), resume Becerra Chávez.

Por ese crédito, expone Gerardo, debieron haber sido sometidos a juicio Graco Ramírez, la presidenta del Congreso, que entonces era Lucy Meza y los diputados que aprobaron esta aberración absoluta y total.

Lucy Meza presentó en su momento objeciones al crédito y solicitó una auditoría especial sobre su aplicación, que fue aprobada por el Congreso local. De ahí vino la ruptura entre la actual candidata de la coalición “Seguridad y Dignidad por Morelos, Vamos Todos”, con Graco Ramírez, a quien entonces acusó de irregularidades y falta de transparencia en los recursos que fueron autorizados.

El caso fue denunciado en su momento por Gerardo Becerra ante la Fiscalía General de la República “porque en ese entonces no existía la Fiscalía Anticorrupción en Morelos”, y la defensa de Graco Ramírez logró que se dictara el no ejercicio de acción penal. “Se quedó Morelos sin justicia en ese momento, pero de que hay suficiente documentación para volver a iniciar esta denuncia en Morelos, la hay”. De hecho, la Fiscalía Anticorrupción ya invitó a Becerra a volverla a presentar.

El origen de la solicitud de crédito fue la queja de los presidentes municipales por la falta de recursos desde el 2012. Graco Ramírez los convocó a pedir el crédito y endeudar a los municipios para tener la liquidez suficiente. “Ése es el espíritu del crédito”, argumenta Gerardo Becerra, pero dos días antes de su aprobación, la dirección del crédito se cambió a obra productiva. “Engañaron a todos los presidentes municipales en esa época”.

El crédito tuvo usos múltiples, más de doscientos millones se utilizaron de forma irregular para pagar salarios del IEBEM, pese a que todas las partidas para salarios de ese instituto provienen por ley, del gobierno federal.

Además, se utilizó para obras que no fueron licitadas y que tampoco tuvieron un proyecto ejecutivo.

A las irregularidades en el uso de ese crédito, se tendrían que sumar las detectadas en el estadio Agustín “Coruco” Díaz, el Museo Juan Soriano, el Palacio Legislativo, las remodelaciones del Jardín Borda, la Plaza de Armas y el Centro Histórico de Cuernavaca. Obras infladas, realizadas por constructoras de otras entidades, acusa.

Un estadio a sobreprecio y sin equipo

La obra del Agustín “Coruco” Díaz fue pensada de inicio como una remodelación, explica Gerardo Becerra. De hecho, Graco pidió inicialmente al ayuntamiento de Zacatepec autorizar la remodelación, después “fiel a su estilo” la cambia y toma dinero del crédito para construir un estadio totalmente nuevo, que hasta ahora no sabemos cuánto costó, pero los cálculos lo ubican entre 600 y 700 millones de pesos. Demasiado caro para un estadio “inoperante, se inunda, y absurdo porque ni siquiera tienen en este momento, ni cuando él lo inauguró, un equipo de futbol que realmente sea digno del legado que dejó el Zacatepec”, narra Becerra.

Pero Cuauhtémoc Blanco, aún siendo exfutbolista, tampoco pudo traer un equipo de futbol digno a jugar a la plaza. “es un gastazo impresionante el que se metió en una obra infinitamente inflada… en mi paso por el gobierno de Cuauhtémoc Blanco hicieron un peritaje donde dice que bajo la lógica del perito esa obra está inflada entre un 20 y un 40 por ciento. Con eso, yo me senté en su momento con José Manuel Sanz (quien fuera Jefe de la Oficina de la Gubernatura) y le dije, ‘necesito una auditoría muy fuerte a esto para denunciar ante la Fiscalía Anticorrupción’ el peritaje nos costaba un millón de pesos pero podíamos recuperar mucho dinero principalmente con las dos constructoras, nunca Cuauhtémoc Blanco me quiso autorizar el gasto”.

“Parece ser… que tuvieron un acuerdo ahí por no sé dónde, en un hotel en Reforma que se llama Emporio… con el exgobernador… todo esto que vemos que están en contra de Graco y que no han prosperado (las denuncias), es producto, desde mi lógica, de un acuerdo que hubo ahí”.

Los amigos de Rodrigo y el Centro Cultural Teopanzolco

El Auditorio Teopanzolco fue creado como un centro de reunión que era utilizado para todo tipo de actividades populares, conciertos, mítines políticos, ferias, exposiciones, así funcionó por décadas. Graco lo demolió para construir “una cosa muy bonita, pero totalmente inoperante para el pueblo. Con un problema de corrupción del tamaño del mundo porque hay sobreprecio, una obra asignada además directamente a uno de los constructores consentidos del gobierno de Graco Ramírez, muy cercano desde el Colegio Marymount a Rodrigo Gayosso (hijastro del exgobernador). La probable corrupción en esa obra provocó una pérdida a los morelenses que Gerardo Becerra calcula en unos cien millones de pesos.

Imagen que contiene exterior, jirafa, parque, edificio

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El Congreso del Estado, un edificio que no funciona

Desde la compra de los terrenos para edificar el nuevo Palacio Legislativo, hubo irregularidades. El predio se pagó en cuatro o cinco veces su valor comercial, fue ubicado en una zona complicada, donde además se padece históricamente de falta de agua potable. “Y luego vino la construcción… con un costo inmenso (300 millones de pesos, inicialmente), y con una inoperancia absoluta”. En esa obra la probable corrupción habría costado a los morelenses otros cien millones de pesos, según los cálculos de Gerardo.

Y su casi vecino, el Museo Juan Soriano

Más allá de las reservas que Gerardo Becerra, y mucho más tienen con el nombre del museo, Juan Soriano (el pintor artista plástico favorito del exgobernador). La obra, que fue asignada directamente, fue edificada en terrenos comprados con sobreprecio con un proyecto arquitectónico premiado, pero cuya edificación deja mucho qué desear y también fue pagada a un precio mucho más alto de su valor real.

Y el centro histórico también lo padeció

Becerra Chávez señala que también hubo pagos excesivos en las remodelaciones del centro histórico, que inició por la calle Ricardo Linares, donde se ubica el restaurante Mañanitas, que Graco Ramírez frecuentaba; la Plaza de Armas, la construcción del edificio de la Defensoría Pública, la Arena Teques (donde incluso se hicieron camerinos de tablarroca con regaderas alfombradas), en las carreteras, en las compras de papelería y de medicamentos.

No todos los casos quedaron impunes, ante los tribunales han tenido que responder los exsecretarios de Turismo, Obras, Desarrollo Sustentable, Hacienda, el Tesorero del gobierno estatal, y otros funcionarios de menor rango, y responsables de fideicomisos, muchos de ellos amigos del exgobernador o de Rodrigo Gayosso, todos ellos por denuncias impulsadas por la oficina de Gerardo Becerra.

El concierto que podría hundir a Graco Ramírez

El exgobernador no puede ser llevado a juicio por todos estos casos porque su firma no aparece en documentos. Salvo en el caso, cuenta Gerardo Becerra, del concierto de Sting, el afamado cantante inglés que se presentó en octubre de 2015 en la recién inaugurada Arena Teques.

La presentación fue el diez de octubre y el gobierno estatal reportó entre 65 y 70 millones de pesos por la presentación, pero el cantante fundador de la banda The Police, cobró solamente el equivalente en dólares de entonces a 16 millones de pesos.

Las investigaciones se atrasaron mucho porque se requería, necesariamente, la declaración de Sting, así que la Fiscalía Anticorrupción tuvo que hacer gestiones para que el inglés Gordon Sumner (Sting) declarara ante la representación de México en Inglaterra, lo que ya se ha cumplido.

“La declaración ya está lista hace algunas semanas y todo parece indicar que este tema de Sting en cualquier momento puede ser judicializado”, adelantó, y expuso “el único documento en que Graco cruzó la firma fue el de Sting… tiene que avanzar”.