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Bajo un sol a plomo, con más de 35 grados sobre los hombros y sin una nube en el cielo, los Tecuhtli, o jefes supremos de las comunidades indígenas de todo el estado, así como los Tlayacanques, asesores y consejeros que conforman el Consejo Mayor del Gobierno Superior, subieron hasta la cúspide del complejo en que se siglos atrás se encontraron las culturas maya y azteca para convertirla en lugar sagrado, en Xochicalco.

La convocatoria obedeció a dos propósitos principales: entregar bastones de mando a los 36 señoríos indígenas de Morelos y unir los dos gobiernos tradicionales del estado mediante un intercambio de bastones ante la presencia del Presidente del Gobierno Nacional Superior Indígena y Pluricultural.

Ayer a Xochicalco, ya declarado Patrimonio de la Humanidad, también asistieron por representades de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura, con miras a declarar a la organización y cultura indígenas como patrimonio inmaterial de la humanidad, y una embajadora de buena voluntad convocada por la organización internacional, la actriz Michelle Rodríguez.

La intención de fortalecer la organización indígena, comentó Manuel Gómez Vázquez, Gobernador Superior Indígena y Pluricultural del estado de Morelos, es recobrar la dignidad de los pueblos originarios, sus ideales, su forma de vida, su relación con la naturaleza y sus autoridades, basadas en el poder moral que solo se gana trabajando a favor de la comunidad y siempre con un inflexible respeto a la naturaleza.

Ante la curiosa mirada de algunos visitantes y turistas -y alejados de los eventos y de las personalidades que actualmente se riñen el poder administrativo del estado-, como en los viejos tiempos, el copal impregnó las venerables ruinas con múltiples ceremonias -de limpieza con sahumerios que bañaron a todos los asistentes; de procesión ceremonial en el que, por grados de responsabilidad, arribaron hasta la cúspide de la montaña, y propiciatorias, para rendir homenaje a los ancestros, a las deidades que nos dan el sustento, la vida y el universo para cuidarlo y, la más importante, quizás, para despertar el corazón y el espíritu de los asistentes de aquellos que recibirían bastones de mando, para los Señoríos, y de encargo, para los Tlayacanques- para que “los ancestros, los maestros lleven el mensaje para que recibas en el corazón la semilla de vida, esta semilla de amor. Llévala por el mundo desde aquí, desde tu corazón, hasta tu casa. Primero a ti mismo, después a tu familia, para que después puedas esparcirla por el mundo, pero comiénzalo desde adentro: desde tu corazón”, pidió la sacerdotisa Sheila, a quien todos, sin excepción, obedecían punto por punto, con una profunda convicción que va más allá del rito religioso, pues se había convertido en una profesión de fe pero no en un dios, sino en una comunidad y sus fundamentos.

Todos los asistentes desdeñaron el sol y el calor, el sonido del panhuhue, del ayacaxtle, del atetocoli, y “el humito del copal”, como decía Sheila, surtieron su efecto y, por un día, Xochicalco vibró como en los viejos tiempos.

Intercambio de bastones de mando entre los dos gobiernos indígenas de Morelos. Foto: La Jornada Morelos.

Ceremonias indígenas en lugar sagrado

La jornada se inició con una comparsa ceremonial en la cual se realizó la purificación ritual destinada a preparar el camino hacia las ruinas ancestrales. Danzas, cánticos y el aromático humo de copal impregnaron el aire, rogando el permiso a los siete rumbos, que abarcan los puntos cardinales: norte, sur, este, oeste; así como el cielo, la tierra y el centro.

La procesión fue encabezada por el recién investido Gobernador Superior Indígena y Pluricultural, Manuel Gómez Vázquez, quien estuvo acompañado por el Jefe Supremo Nacional del Gobierno Superior Indígena, Lázaro Emilio Rubio Aguilar. En medio de la multitud, se destacaban los Tecuhtli o Señores, representantes de los 36 municipios que conforman el estado de Morelos. La procesión avanzó entre flores, al ritmo de tambores y flautas, mientras danzas y cánticos reverberaban en el aire del ahora sitio arqueológico.

La procesión se detuvo ante la ofrenda superior. En su centro reposaba un Ometeotl, emblema del equilibrio cósmico que abarca la dualidad de la existencia: masculino y femenino, bien y mal, y el principio de “como es arriba, es abajo”. En los cuatro puntos cardinales se rendía homenaje a las deidades, con Tláloc personificado en el azul, Huitzilopochtli en el lado donde nace el sol, Quetzalcóatl representado en el amarillo que simboliza la creatividad, y al norte, en negro, se honraba a los ancestros y el camino de los muertos. El rojo, por su parte, evocaba el sendero de las mujeres y la fertilidad de la tierra.

Frente a esta ofrenda se llevó a cabo un ritual para marcar el cierre de un ciclo de 52 años y preparar el terreno para el inicio de uno nuevo. Siguió una ceremonia solemne de entrega de bastones de mando y encargo, reviviendo antiguos rituales prehispánicos que confieren legitimidad al liderazgo. Los Tecuhtli, o Jefes Supremos de todo el estado, así como los Tlayacanques que conforman el Consejo Mayor del Gobierno Superior, recibieron estos bastones como símbolos de compromiso y liderazgo.

En un momento significativo, se llevó a cabo el hermanamiento entre las gubernaturas de Manuel Gómez Vázquez y Eustacio Barona Cruz de Jiutepec, fusionando dos líderes bajo una misma alianza. Este gesto se representó por un intercambio de bastones de mando y consolidó la unión entre las comunidades indígenas de Morelos y otras regiones, lo que fortalece la colaboración y solidaridad entre ellas. “Mi gobernador hermano. Vamos a unir dos gubernaturas en una alianza para que nos unamos todos en un solo grito”, expresó Manuel Gómez Vázquez, destacando la importancia de esta unión.

En entrevista, Manuel Gómez Vázquez afirmó que, este acto ceremonial de hermanamiento y alianza tiene como objetivo principal el rescate cultural y la revalorización de nuestras tradiciones y costumbres. Busca difundir el valor de nuestra cultura tanto entre personas indígenas como no indígenas. El Gobernador Superior Indígena y Pluricultural del estado de Morelos subrayó: “queremos rescatar esa esencia tradicional, en que no se nos peyorice, no se nos discrimine a las comunidades. Tenemos que recuperar todos esos valores que hacen tanta falta en la sociedad moderna ante una actitud cada vez más mercantilista, nos olvidamos de lo espiritual y de los valores que tenemos como comunidad. Nosotros somos comunidades muy hermanadas y eso queremos rescatar”.

Sheila, sahuma al Gobernador Superior Indígena y Pluricultural, Manuel Gómez Vázquez, para purificarlo antes de la procesión. Foto: La Jornada Morelos.

Alianza con la UNESCO

Durante este evento, se hizo un reconocimiento a la delegación de la UNESCO, representada por José Osuna, Mónica López, María Inmaculada Molina, Sergio Magaña, Arturo Santoyo y la actriz Michelle Rodríguez. Se les otorgó un bastón de encargo, simbolizando la estrecha asociación entre la organización internacional y el Gobierno Superior Indígena, con la esperanza de que su colaboración contribuya al éxito del proyecto del espíritu de Tamoanchan: Patrimonio cultural inmaterial del estado de Morelos, que requiere una salvaguarda urgente.

Este proyecto fue presentado por los Tlayacanques del Consejo Mayor del Gobierno Superior Indígena y Pluricultural del Estado de Morelos. Según el proyecto, Tamoanchan es el nombre que los nahuas mexicas atribuyeron al mítico lugar que representa el origen de la creación y del primer alimento mesoamericano, el maíz. Allí, según la tradición, reside la pareja primigenia de deidades Ometecuhtli y Omecihuati, quienes desde Tamoanchan infunden el espíritu de vida que se manifiesta durante el proceso de gestación. Esta concepción del origen sagrado del mundo es el Espíritu de Tamoanchan, conservado en la escritura glífica de los códices, en la iconografía y, sobre todo, en la memoria histórica y la tradición preservadas por los pueblos originarios de Morelos.

En el documento del proyecto también se menciona que, de acuerdo con algunos textos que recopilan la cosmovisión de los pueblos nahuas durante el primer contacto con los españoles en el siglo XVI, Tamoanchan se asociaba con Xochicalco, un sitio arqueológico ubicado en el territorio del actual estado de Morelos por lo que la unión en esta zona arqueológica reviste una relevancia particular.

Tamoanchan encuentra su expresión en las prácticas y conocimientos de los pueblos originarios de los municipios nahuas del territorio de Morelos, incluyendo Tetecala, Jojutla, Emiliano Zapata, Tlaquiltenango, Tlaltizapán, Cuernavaca, Totolapan, Atlatlahucan, Yecapixtla, Cuautla, Tlayacapan, Tepoztlán, Xoxocotla, Puente de Ixtla y Tetela del Volcán.

Si bien el proyecto está en sus primeras etapas, avanza de manera prometedora, pues la unión y alianza entre los pueblos indígenas de Morelos y la delegación de la UNESCO serán fundamentales para su realización exitosa.

Michelle Rodríguez, embajadora de buena voluntad de la UNESCO, no se mostró ni rápida ni furiosa, a pesar del humito del copal. Foto: La Jornada Morelos.

Entrega de Medallas por parte del Gobierno Superior Indígena y Pluricultural del Estado de Morelos

La ceremonia también celebró la dedicación y el compromiso de destacados individuos mediante la entrega de distinciones especiales y medallas de honor. Entre los homenajeados, la actriz Michelle Rodríguez recibió la Medalla Guerrero Águila, el más alto reconocimiento que el Gobierno Superior Indígena concede a una guerrera, con el propósito de representar al pueblo indígena de Morelos en el ámbito internacional. Además, se otorgó la Medalla Guerrero Jaguar a Enrique Balp, director de La Jornada Morelos, en reconocimiento a su apoyo por visibilizar la problemática indígena.

El evento celebrado en el imponente centro ceremonial de Xochicalco marca un hito significativo en la historia de Morelos. Por primera vez, una gubernatura indígena tiene la oportunidad de presentar al Consejo Mundial de la UNESCO la inclusión del espíritu de Tamoanchan en el catálogo mundial de bienes intangibles de la humanidad. Este esfuerzo conjunto refleja un compromiso compartido de preservar y promover la riqueza cultural de las comunidades indígenas, para reconocer la importancia de su legado ancestral. Como señaló Manuel Gómez Vázquez, es esencial comprender que en México todos compartimos alguna conexión con lo indígena, y debemos sentirnos orgullosos de la diversidad cultural que nos une como sociedad.

Inicia la procesión hacia Xochicalco. Foto: La Jornada Morelos.