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La semana pasada visitó Cuernavaca el presidente Andrés Manuel López Obrador y en dicha visita el gobernador Cuauhtémoc Blanco fue abucheado ¡por el mismo público que su partido había convocado! AMLO lo defendió: “en mi opinión, es un gran gobernador”. Como el abucheo continuó, reiteró “Ya lo dije y no me importa”, “Y me consta porque todo lo que hemos hecho en Morelos lo hemos hecho juntos”.

Sinceramente no se si AMLO se dio cuenta de lo que dijo… si todo lo que Blanco Bravo ha hecho lo hizo en colaboración con él, es, entonces, cómplice de todas las corruptelas y actos autoritarios que muy diversas organizaciones civiles han denunciado contra el actual gobernador.

No me podré a referirlas en detalle, simplemente repito lo que todos los organismos abocados al tema indican: el estado peor gobernado de la nación es el de Morelos. Basta visitar sus principales ciudades y pueblos o leer la nota roja. Como bien dice el dicho: lo que se ve no se juzga.

Desde el inicio de la administración actual de Morelos se inició el abuso y la persecución. Cuando estaba en campaña, Cuauhtémoc Blanco prometió encarcelar al anterior gobernador, y como no pudo hacerlo, se dedicó a perseguir a todos los que habían participado de alguna manera en la administración anterior. En consecuencia, en Morelos se vivió –y vive— una cacería de brujas que condujo a una gran cantidad de persecuciones absurdas que, en los más de los casos fueron infructuosas porque, como antes indiqué, eran absurdas… e injustas.

Como en la actual administración del país se ha privilegiado la lealtad sobre la capacidad –“90% de y lealtad 10% capacidad” dijo el presidente [1]— muchos funcionarios han dejado mucho que desear.

Y si esa apreciación la trasladamos al terreno cultural la cuestión se complica aún más. Universidades, institutos, centros culturales y demás sufren, en ocasiones por contar con malos administradores, en otros, por la carencia de recursos pues los funcionarios federales y estatales que deberían apoyarlos ni siquiera entienden el valor de su trabajo: la cultura, la investigación.

Apoyar decididamente a la cultura era particularmente importante en un estado que se encaminaba en ese terreno pues, gracias a la cercanía que tiene con la Ciudad de México, se establecieron en él instituciones de gran calidad –como el CIDHEM, fundado por el Dr. Ricardo Guerra— así como muchos otros centros de investigación, tal y como comprobó el Dr. Medardo Tapia en su valioso ensayo Morelos: Capital del conocimiento [2].

El abucheo que recibió el gobernador del estado se lo ha ganado a pulso y eso es algo que el presidente fue incapaz de entender. El techo cultural de Morelos cayó en picada durante de la administración de Cuauhtémoc Blanco. Los avances en materia ambiental también desaparecieron y el sueño de convertir a Morelos no sólo en la vanguardia ambiental de la nación, sino en una Entidad Ecológica Especial, se convirtió, simplemente, en una pesadilla para muchos de nosotros.

[1] https://www.eluniversal.com.mx/nacion/los-servidores-de-mi-administracion-deben-tener-90-honestidad-y-10-experiencia-amlo/

[2] Tapia, Medardo (2024). Morelos: capital del conocimiento 1930-2006 . 2012-2024, CRIM, UNAM.