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En 2020 llegó a Puente de Ixtla con la esperanza de localizar a su hermano Tomy 

Mario Vergara Hernández, buscador y fundador del colectivo “Los Otros Desaparecidos”, también caminó Morelos y en 2020 participó en una de las primeras búsquedas de campo realizadas por colectivos en sur de la entidad; en esa ocasión llegó con la esperanza de encontrar a su hermano Tomás desaparecido el 5 de julio del 2012.

Mario, falleció este jueves, aparentemente en un accidente en la recicladora donde trabajaba, en Huitzuco de los Figueroa en el estado de Guerrero; pacas de cartón le habrían caído encima. 

El guerrerense fue el precursor de búsqueda con la técnica de la varilla en México, enseñó y ayudó a cientos de familias a localizar a sus seres queridos.

En 2014, tras la desaparición forzada de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, determinó salir a buscar con sus propios medios a su hermano. 

Caminó por distintos estados de la república y a través de los años conoció a miles de familias que enfrentan la misma tragedia que él: “tener un ser querido desaparecido y enfrentar al Estado que es sordo, ciego y omiso”, compartió en una entrevista realizada por esta periodista en 2020. 

En 2016 fue parte de las buscadoras y buscadores que impulsaron la apertura de las Fosas de Tetelcingo y aunque no pudo ingresar a la zona cero estuvo por días presenciando los trabajos con la esperanza de que su hermano estuviera entre los 117 cuerpos enterrados en las fosas irregulares de la Fiscalía de Morelos. 

En 2017, también participó en la apertura de las fosas de Jojutla vigilando que las autoridades estatales y federales cumplieran los acuerdos para la recuperación de los cuerpos inhumados de manera irregular. 

En esta entidad coincidió con Edith Hernández, integrante del colectivo Búsqueda de Familiares “Regresado a Casa Morelos”, ella al igual que Mario era buscadora y además tenían muchas cosas en común: “cuando conocí a Mario, nos dimos cuenta de que teníamos cosas en común; como que él buscaba su hermano y yo al mío, Tomy e Israel, los dos fueron secuestrados, en muchos casos se los llevan, pero no piden rescate o nadie sabe qué pasó. A ellos, Tomy e Israel, les pusieron precio”, dijo Edith hermana de Israel, quien fue localizado en las fosas de Tetelcingo. 

Agregó: “Otra cosa en común fue que a los dos, a Israel y a Tomy, los secuestraron en el 2012 y en el mismo mes en julio, solo que a su hermano lo secuestraron en Huitzuco del estado de Guerrero y a mi hermano en Santa María Ahuacatitlán en Cuernavaca, Morelos”. 

Edith, recuerda que constantemente coincidieron no sólo en búsquedas en otras entidades, también se encontraban en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo, hoy Seido).

“Platicamos por horas antes de entrar a ver qué nos decían los ministerios públicos, Mario conoció a mi familia, a mi papá, a mi mamá y a mis hermanos”. 

Las coincidencias y encuentros recurrentes los llevó a tener una gran cercanía. 

Edith, describe a Mario como un hombre “amable, comprensivo, gracioso y sabía escuchar.  Eran un gran activista”, dice la joven con un tono de voz melancólico.

Pero también “tenía carácter fuerte” y lo sacaba cuando y donde tenía que serlo, principalmente en las mesas de trabajo con las autoridades, agrega. 

Recuerda que en algunas mesas de trabajo “se burlaba de las autoridades, o sea, ya no creía, no confiaba. Él decía que las autoridades sólo simulan búsquedas”. En una ocasión, Mariose puso a gritar de forma sarcástica “no más música, no queremos mesas de trabajo, nomás, búsqueda y es que desde su punto de vista las autoridades justo evitaban realizar búsqueda”. 

Mario generosamente enseñó a buscar para encontrar todos y todas los que no están

Edith, recuerda que la primera referencia de Mario la tuvo vía Facebook “vi una de sus transmisiones en vivo, el hacía búsquedas y cuando localizaba transmitía. A mí me impactó y nos impresionó que en sus búsquedas encontraba huesos”. 

La morelense, no dudó en contactar vía Facebook: “le pregunté qué tenía que hacer para iniciarme en las búsquedas de campo él me dijo que todos los domingos se reunían en la iglesia de Huitzuco a partir de las 6:00 h de la mañana y que de ahí se organizaron y salieron a búsquedas que yo podía ir. También mencionó que ahí se acaban los perfiles genéticos y que planeaba impulsar desde la fiscalía general de la República la realización de perfiles y una base de datos pero que involucraría a las familias”.

Para integrantes de diversos colectivos, Mario “fue el maestroen búsqueda a nivel nacional”, refiere la integrante del colectivo Búsqueda de Familiares “Regresando a Casa Morelos”.

Añade: “él nos enseñó a buscar y rastrear fosas clandestinas. Fue de los primeros mexicanos que salieron a buscar a los campos a hacer búsquedas. Él fue generoso y enseñó a muchos colectivos a nivel nacional”.

La buscadora subrayó “Prácticamente todos los colectivos de familiares de desaparecidos conocen a Mario. Él fue un gran guía, un gran amigo. Y ahora queda como un gran referente que tiene y que dejó marcado cómo se hacen las búsquedas en el campo”

Uno de los grandes pesares de las familias que tienen a un hijo o hija, hermano o hermana, esposo o esposa, papá o mamádesaparecida es que alguien parta de esta vida terrenal sin encontrar a las y los suyos.

Por eso, hoy la muerte de Mario cala hasta los huesos. Él entregó su tiempo, su energía y todo cuanto tenía, para buscar por años a su hermano Tomy.

Encontró a muchos seres queridos de otras familias, su más reciente hallazgo, un día antes de su partida, fue en Huitzuco de los Figueroa, estado de Guerrero, en donde encontró el cuerpo de Lesly Martínez, la joven que desapareció tras viajar de Ciudad de México a Morelos.

“No, logró encontrar a su hermano. Ahora es algo que nos toca a los colectivos y a mí, seguir buscando a los que hacen falta y entre ellos a Tomy”, refirió Edith, la buscadora con un tono serio y comprometido. 

Destacó que “Mario ya no está físicamente, pero lo vamos a recordar para siempre y marcó historia un precedente. Él es una persona que jamás será olvidada y lo que nos enseñó lo vamos a seguir practicando. Hoy solo me queda agradecer haberle conocido”.

El día que Mario llegó a Morelos con la esperanza de encontrar a su hermano

Martes 21 de julio de 2020. Entre las hierbas y arbustos del campo El Salado, situado a un costado de la autopista Cuernavaca-Iguala a unos metros del puente Chalma y en la ribera del río Tembembe del municipio de Puente de Ixtla, camina un hombre esbelto. 

Viste un pantalón color gris oscuro de gabardina, una playera blanca y una camisa azul claro y botas negras. Porta un sombrero de palma, un morral de palma, una mochila negra, sostiene una vara que usa de bastón y una varilla. 

Es Mario, avanza a paso lento observador la tierra y abriendo paso con su bastón.

Se une a un grupo de mujeres y hombres que forman parte del grupo de búsqueda en campo que se hace por primera vez en Puente de Ixtla, uno de los municipios con mayor presencia del crimen organizado y donde por muchos años operó el grupo criminal Los Rojos, liderado por Santiago Nazarí, recientemente capturado.

Esta jornada se organizó, en medio de la pandemia por COVID19, luego de que Mario Vergara, del colectivo Los Otros Desaparecidos, recibiera información de que su hermano, Tomás Vergara Hernández, podría haber sido trasladado a Morelos.

Un día antes, el lunes 20 de julio, fueron localizados restosóseos humanos, concretamente un fémur y una rótula, que en ese momento se sospechaba podrían pertenecer a Tomas Vergara, hermano de Mario. 

Al lugar, acudió un equipo de peritos y su primera reacción fue reclamar a los familiares por haber realizado excavaciones.

Aparentemente, procedieron a resguardar la zona, retiraron a los familiares sin que exista certeza del debido resguardo de los restos óseos.

Al día siguiente, es decir el martes, el grupo de buscadores al que se incorporó Mario se llevó la sorpresa de que la zona fue abandonada sin ningún tipo de medida y dejaron a la intemperie, y bajo la lluvia, la fosa clandestina, las evidencias y parte del hallazgo.

Mario Vergara, exigió a Enrique Camargo, entonces director de búsqueda de la Comisión Nacional de Búsqueda y a la condicionada estatal que la FGE ofreciera una explicación sobre la actitud agresiva de los peritos.

“Las familias estamos haciendo el trabajo que les corresponde y no pueden llegar con esa actitud reclamo y prohibiendo estar en la zona”, dijo.

Además, exigió el correcto resguardo y levantamiento del cuerpo.

“Necesitamos garantías de qué está pasando con nuestros familiares”, agregó.

Y, advirtió, no se moverán del predio hasta que exista garantía.

Al cumplirse 28 horas del hallazgo, personal de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas acordonó la zona y reforzó las medidas para evitar la contaminación de la escena.

Además, las y los buscadores ubicaron al menos cinco puntos, donde podrían haber sido inhumados ilegalmente cuerpos de víctimas de desaparición.

Las actividades continuaron debido a que se localizaron indicios de que se trataba de un panteón prehispánico, tuvo que intervenir el Instituto Nacional de Antropología e Historia(INAH) y después se suspendieron los trabajos. Han pasado tres años y no se han continuado las diligencias. 

Durante la jornada de búsqueda, Mario compartió con esta periodista que a pesar de tener información de que en esta zona podrían estar los restos de su hermano él se veía impedido a dar seguimiento puntual por falta de tiempo y recursos. 

“Esto es todo lo que traigo, es mi herramienta y no necesito más”, dijo mostrando su bastón, la varilla y un celular análogo. 

Agregó: “Solo queda confiar en las y los compañeros de Morelos que ellos no quitarán el dedo del renglón e insistirán en la correcta exhumación de todo lo que se ha localizado”. 

Mientras, las familias que se iban enterando por los medios de comunicación sobre el hallazgo en ese campo y se iban incorporando, Mario se adentró en los campos de la zona para hacer trabajo de prospección con la esperanza de localizar alguna otra fosa.

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