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Grupos de choque, hostigamiento por parte de servidores públicos estatales y municipales, agresiones directas a un grupo de mujeres y represión con bombas de humo por parte del obierno del Estado, son algunas de incidencias reportadas por las 27 colectivas feministas que organizaron la marcha “¡Ante la impunidad machista! ¡Unión Feminista!”

En un informe difundido este viernes, las feministas confirmaron que en la protesta de este 8 de marzo participaron más de 10 mil mujeres de todas las edades para exigir justicia e igualdad.

“Nos sentimos conmovidas, contentas y fuertes”, se lee en su comunicado.

“El Comité de Seguridad detectó un grupo de choque integrado por hombres y mujeres, que se infiltraron entre los contingentes”, destacaron.

Agregaron que “estas personas claramente no pertenecen a ninguna de las organizaciones convocantes a la marcha y tampoco a las mujeres que accionan de manera directa interviniendo edificios públicos y monumentos. Pues, no respetaron los acuerdos y recomendaciones de seguridad, que se hicieron públicas, para el desarrollo de la marcha”.

Las organizadoras de la protesta incluso identificaron a los infiltrados como “personas servidoras públicas del ayuntamiento de Cuernavaca, tomando fotografías a los rostros de las compañeras que iban a realizar alguna acción directa de pintas etc. Lo que es un claro hostigamiento por parte de la autoridad”.

En lo descrito previamente, subrayaron “es una práctica común del Estado y la clase política para intimidar y deslegitimar nuestro derecho a la manifestación”.

Las feministas documentaron dos momentos de agresiones directas.

La primera en Ollin, Casa de Artes, donde “un hombre atacó verbal y físicamente a un grupo de compañeras que se concentraron en ese punto para unirse a la marcha”.

La segunda, al “llegar a Palacio de Gobierno, mientras un grupo de mujeres realizaban acciones de protesta, desde el interior de Palacio de Gobierno, concretamente desde las puertas principales y en la parte de arriba (donde se encuentra la campana) arrojaron bombas de humo parecido al gas lacrimógeno, que provocó afectaciones como irritación en ojos y garganta de todas las mujeres e infancias presentes”.

Las 27 colectivas feministas también lamentaron las agresiones que se presentaron en la Parroquia San José El Calvario, y consideraron que era una “irresponsabilidad en la que incurrieron autoridades eclesiásticas y agrupaciones antiaborto que convocaron a un grupo de personas a resguardar el inmueble, situación que fue confirmada por los mismos asistentes y que provocó confrontación”.

Recordaron que, en días previos a la protesta, el secretario de gobierno Samuel Sotelo, informó que desde la Mesa para la Construcción de la Paz y la Seguridad de Morelos se tomarían previsiones, y el comisionado de seguridad José Antonio Ortiz Guarneros, anunció actos para resguardar la ciudad.

Destacaron que fue evidente que los discursos se tradujeron en una campaña que estigmatizó,  criminalizó y fomentó el rechazo a la lucha feminista ponderando la integridad de las paredes, vidrios y pedazos de cemento que la vida e integridad de las mujeres.

“La postura que asumió el Estado frente a la marcha del 8 de marzo es inconcebible, en una entidad donde desde el 2015 se decretó Alerta de Violencia de Género (AVG) por los altos índices de violencia que se registran desde 2000 y prevalecen a la fecha con mil 303 feminicidios”, destacaron.

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