Eso es verdad, pero no lo decimos nosotros, sino Andrea Acevedo García, vocera de la organización civil feminista Divulvadoras, que ha contabilizado 57 feminicidios en nuestro estado en lo que va del año.

La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHEM) reveló que en los últimos 23 años en Morelos se han reportado más de mil 600 asesinatos de mujeres. Ayer, presentó un informe sobre la Alerta de Violencia de Género.

Si el año pasado el nuestro fue el estado en donde hubo más ataques a mujeres, ese primer lugar lo seguía manteniendo al mes de julio de 2023, junto con el primer lugar en despojo y secuestro, el segundo en homicidio doloso, robo a banco y robo a vehículo; el tercero en robo de autopartes y el quinto en violación, robo a transporte público colectivo y robo a transportistas, según otra organización civil: Morelos Rinde Cuentas, en un reporte publicado también ayer.

Según su información, los homicidios dolosos muestran un preocupante incremento conforme avanza el tiempo, la tendencia al alza comienza a apreciarse a partir de 2015 y no ha disminuido a pesar de algunos valles ocasionales. El mes pasado fue uno de los más violentos con 106, el récord lo alcanzamos en mayo, con 116.

Es decir que Morelos no se queda atrás en cuanto a muertes de cualquier género. La violencia afecta a hombres y a mujeres, tampoco respeta edades ni estatus social, y ya resulta un tanto ocioso señalar las demarcaciones en donde hay más crímenes dada la inseguridad generalizada que vivimos.

Solo con mucha imaginación una persona normal podría pensar en un escenario más catastrófico para la seguridad pública que el que se presenta actualmente en nuestro estado.

No es un problema de la Alerta de Violencia de Género -que lamenta la CIDHEM que no haya funcionado en los ocho años que han pasado a partir de su decreto-, de hecho, la AVG no podría funcionar cuando toda la estrategia de seguridad ha fallado estrepitosamente, como lo demuestran las cifras arriba mencionadas.

Morelos no es solo “el estado en donde se asesina a más mujeres”, es el estado en donde más se secuestra y en donde más se despoja y, por poco, sería también en donde se matan a más hombres.

Resulta paradójico que la principal preocupación de la clase política estatal sean las elecciones o buscar nuevos acomodos en diferentes latitudes cuando la entidad que gobernaron tiene semejantes problemas que son, por decir lo menos, una muy mala carta de presentación por la forma en que se erró en por lo menos frenar alguno de tantos flagelos que sufren los morelenses.

Además, le dejarán a la administración que llegue un reto de proporciones colosales que seguramente distraerá recursos que podrían dedicar a otras áreas que requiere Morelos también con urgencia, como es salud y empleo.

Sin embargo, atados en el fondo de la inseguridad como estamos, cualquier mejoría sería bienvenida y, si se puede escoger, podríamos empezar por mayor seguridad para las morelenses. Seguramente disminuyendo los índices de criminalidad en su contra, se mejorarán, aunque sea un poco, los del resto de los habitantes de nuestro estado.