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Aunque algunos de nosotros tendemos a tener muy corta la memoria, y olvidemos con facilidad las recientes muestras tangibles que hemos tenido del cambio climático y la escasez de agua propiciada por la deforestación (entre otras causas) hay organizaciones, como Guardianes de los Árboles, que nos recuerdan que estamos en deuda con la naturaleza y que nunca es tarde para empezar a revertir el daño que le hemos causado.

Aunque desde hace lustros se nos había anunciado que no podíamos seguir quemando combustibles fósiles, talando los bosques y contaminando el agua como si no pasara nada, es muy probable que la humanidad termine el siglo XXI de una forma muy diferente como lo empezó por su pésima gestión de los recursos naturales y por la manía de anteponer las ganancias a corto plazo, como es el caso de la minería y el crecimiento urbano con sus desarrollos inmobiliarios.

Ya tenemos un gran problema a nivel mundial y ninguna solución a largo plazo también de escala global, lo que podemos hacer todos desde nuestro entorno es cuidar lo que podemos, ser responsables y colaborar para intentar que las cosas regresen a como estaban hace algunos años.

De ahí la importancia de la iniciativa de grupos ecologistas como La Jornada de Arborización de Guardianes de los Árboles que encabeza Flora Guerrero Goff, quien escribe en estas páginas. La iniciativa pretende reforestar con especies adecuadas para cada región y, lo más importante, sensibilizar a los vecinos para que protejan y se hagan cargo de cada árbol que planten. Inicialmente la Jornada cubrirá Cuernavaca, Jiutepec y Temixco.

 

La importancia de las tareas de reforestación en el mundo actual es incuestionable. La reforestación se ha convertido en una medida crucial para contrarrestar los efectos negativos de la deforestación y restaurar el equilibrio ambiental.

La reforestación es esencial en la mitigación del cambio climático. Los árboles absorben dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera durante la fotosíntesis, ayudando a reducir la concentración de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. Al plantar árboles en áreas deforestadas o degradadas, se puede capturar y almacenar una cantidad significativa de carbono.

La reforestación también promueve la conservación de la biodiversidad, mejora la calidad del agua y del suelo pues los árboles desempeñan un papel vital en la regulación del ciclo hidrológico, ayudando a prevenir la erosión y filtrar contaminantes antes de que lleguen a los cuerpos de agua.

Además de los beneficios ambientales, la reforestación también conlleva ventajas sociales y económicas significativas. La creación de empleo en el sector forestal, el fomento del ecoturismo y la mejora de la calidad de vida de las comunidades locales. Como se ve, son solo ventajas, que se complementarían con un riguroso control de la salud y permanencia de cada árbol en nuestras ciudades y barrios.

Como dice la sabiduría popular: “El mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora.”