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La ciencia es maravillosa en toda la extensión de la palabra. El pasado 11 de febrero, se conmemoró el día internacional de las Mujeres y Niñas en la Ciencia. Este día, usualmente vemos que los esfuerzos se enfocan en inspirar a las niñas para romper estereotipos y elegir carreras científicas. Pero en ocasiones, olvidamos otro objetivo que es tan importante como el primero. Además de inspirar, debemos asegurar que las mujeres que ya hacen ciencia desde la tesis de licenciatura, posgrado y sus espacios de investigación, vivan en un ambiente propicio para hacer lo que tanto las apasiona. Las instituciones, deben asegurar espacios libres de violencias.

A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado numerosos desafíos en este ámbito, desde la discriminación de género hasta formas más directas de violencia, como el acoso sexual y el trato desigual en el lugar de trabajo. Para avanzar hacia una vida libre de violencias, es fundamental promover la igualdad de género desde la base. Esto implica abordar estereotipos de género arraigados desde temprana edad, fomentar la participación de las mujeres en programas educativos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y garantizar que tengan igualdad de oportunidades en todas las etapas de su carrera científica.

La violencia es normalizada en la academia. Incluso las y los estudiantes de posgrado hacen sus propios memes porque “sus traumas, sus chistes” sobre cómo las y los tutores les ignoran, maltratan, roban sus ideas, humillan o no les reconocen. No por nada entre el 40 y 60 por ciento de las personas que cursan posgrados presentan altos índices de depresión y ansiedad. Pero, además, casi el 30% de las mujeres han experimentado acoso u hostigamiento sexual durante sus estudios. Lo que, sumado al estrés mismo del posgrado, produce el abandono de lo que alguna vez, fue su sueño. Esta forma de violencia no solo afecta la experiencia y vida académica de las mujeres, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo en su salud mental y bienestar emocional. Además del acoso sexual, las mujeres en entornos académicos a veces enfrentan discriminación de género, que puede manifestarse en la falta de reconocimiento de su trabajo, la asignación desigual de recursos o la exclusión de oportunidades de liderazgo. Estas experiencias discriminatorias contribuyen a la creación de un ambiente hostil que dificulta el pleno desarrollo académico y profesional. Aunque usted no lo crea, aún hoy hay personas (principalmente hombres) que a las mujeres en la ciencia las increpan por “haberse salido de la cocina”.

A pesar de los avances en materia de igualdad de género, muchas mujeres continúan enfrentando diversas formas de violencia mientras buscan ser científicas. Las instituciones científicas y académicas desempeñan un papel crucial en la creación de entornos seguros y libres de violencias. Deben serlo. Implementar políticas y protocolos efectivos contra las violencias, el acoso sexual, establecer medidas para prevenir la discriminación de género y promover la diversidad en la contratación y promoción son pasos esenciales.

Es importante destacar que la vida libre de violencias para las mujeres en la ciencia no solo beneficia a las propias científicas, sino que también enriquece el campo científico en su conjunto. La diversidad de perspectivas y experiencias fortalece la investigación y la innovación, llevando a avances más significativos y soluciones más completas a los desafíos científicos.

En última instancia, crear un entorno en el que las mujeres en la ciencia puedan prosperar sin enfrentar violencias de ningún tipo es esencial para lograr avances científicos sostenibles y justos. La colaboración de la sociedad en su conjunto, las instituciones académicas, las empresas y las propias científicas es crucial para construir un futuro en el que la igualdad de género y el respeto sean la norma en el mundo científico. Que el 11 de febrero, sea un recordatorio para trabajar en comunidad y erradicar las violencias que hoy siguen generando un mundo desigual para las futuras científicas, esas a las que hoy, estamos inspirando a entrar en este fascinante, asombroso e infinito mundo de la ciencia.