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Margarita González Saravia*


“Conocer nuestra historia es tener identidad con nuestra tierra.”

La conquista espiritual del territorio

Es sorprendente que en un territorio tan pequeño como nuestro estado, se asentaran durante el primer siglo de la conquista, más de 11 conventos, además de decenas de capillas e iglesias. Esas impactantes construcciones albergaron a tres órdenes religiosas; franciscanas, agustinas y dominicas y fueron base fundamental de la conquista espiritual de los pueblos originarios. En aquellos lugares donde existía algún asentamiento importante se levantaron, con fuerza de trabajo indígena, las grandes moles de piedra para mostrar la fortaleza de los nuevos amos y señores.
Cortés había incursionado en el territorio en 1521 antes de lograr la conquista de Tenochtitlán. Cuatro años después en 1525 funda su residencia en Cuauhnáhuac (Cuernavaca) edificando un palacio copiado exactamente a imagen y semejanza, de aquel que perteneció a Diego Colón, hijo de Cristóbal Colón, en la isla de Santo Domingo (San Salvador).
La conquista armada, debía afianzarse por medio del sometimiento espiritual de los pueblos y comunidades, pues era la única garantía para lograr una forma de control permanente, imponiendo los cánones de la cultura occidental y el papel que jugaron las órdenes religiosas fue fundamental.
En 1525 arribaron los primeros franciscanos a Cuauhnáhuac, fundando la iglesia de San Francisquito y en 1529, la Iglesia de la Señora de la Asunción, lo que hoy conocemos como la Catedral de Cuernavaca, se convirtió en el convento y recinto religioso más importante de la región.
Después en 1526 llegaron los agustinos y en 1533 los dominicos. Estas órdenes se extendieron por todo el territorio, con la misión de conquistar espiritualmente a los pueblos indígenas. Se dio un choque entre los franciscanos y los dominicos por la forma de relacionarse con los pueblos y por los métodos de impartir la religión, en el caso del convento de Tlaquiltenango hubo una disputa entre ambas órdenes por la posesión del lugar, la cual duró muchos años.
Para lograr la conquista espiritual, la comunicación resultó un tema central en el proceso de catequización, no existía una, sino varias lenguas, así que los frailes tuvieron que crear diversos métodos pedagógicos para poder lograr su cometido: elaboraron cuadernillos de dibujos, usaron obras de teatro para explicar los evangelios, elaboraron pequeños sermones traducidos al náhuatl, y usaron las capillas abiertas ya que los pueblos originarios, acostumbraban a llevar a cabo las ceremonias religiosas al aire libre.
Los antiguos espacios de la religiosidad indígena se fueron paulatinamente transformando en los nuevos espacios de los ritos cristianos, ahí donde se encontraban las plazas principales de los pueblos, se ubicaron los atrios de las iglesias. Las piedras de las pirámides se convirtieron en la base de construcción de los conventos e iglesias en un proceso paulatino de destrucción de las primeras y edificación de las segundas.
Se construyeron además de las capillas abiertas para facilitar el adoctrinamiento, las pequeñas capillas posas en los extremos de los atrios, cruces atriales y en algunos de ellos almenas como formas de protección y fortaleza de los edificios.
A la par de este proceso de reconstrucción física de los sitios, se desarrolló el control espiritual de los pueblos y la conversión religiosa de los mismos, pero también se generó un proceso de control social a través de las “congregaciones” es decir, el forzamiento para que los poblados más alejados se asentarán en los lugares donde se edificaban las iglesias. Por supuesto contra la voluntad de las propias comunidades.
La conquista religiosa desarraigó a las comunidades de su identidad, costumbres, creencias, territorios, en un sometimiento forzoso y tan inhumano como la conquista violenta de los soldados españoles.
En Morelos actualmente son 11 conventos que están considerados como patrimonio de la humanidad por la UNESCO: Convento de la Asunción en Cuernavaca (1525 franciscanos), Convento de San Guillermo en Totolapan (1534 agustinos), Convento de Santiago Apóstol en Ocuituco (1534-1547 agustinos), Convento de Santo Domingo en Oaxtepec (1535 dominicos), Convento de San Juan Bautista en Yecapixtla (1535 franciscanos), Convento de la Inmaculada Concepción en Zacualpan de Amilpas. (1535-1567 agustinos), Convento de Santo Domingo en Hueyapan (1539 dominicos) , Convento de San Juan Bautista en Tlayacapan (1554 agustinos) , Convento de la Natividad en Tepoztlán(1555-1580 dominicos), Convento de San Juan Bautista en Tetela del Volcán (1563-1581 dominicos-agustinos) , Convento de San Mateo en Atlatlahucan (1570 agustinos).
Estos son parte muy importante del patrimonio cultural de nuestro estado. Los conventos se encuentran ubicados fundamentalmente en la zona oriente. El sismo del 2017 ocasionó daños importantes en las estructuras que han tenido un largo proceso de recuperación por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

*Activista social.

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