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Ayer se celebró el Día de las Madres y muchas señoras fueron agasajadas por sus familias cercanas y lejanas, otras fueron recordadas con cariño y nostalgia.

Como comentamos ayer, hay muchas maternidades, no todas gozosas y otras, que lo fueron, ya no lo son más.

Algunas de estas mamás también salieron ayer a conmemorar a su manera el Día de las Madres, como la señora Alma Damián que, en una mesa que instaló a un costado del Palacio de Gobierno, le pagó a un grupo de mariachis para que ahí le interpretaran, en nombre de su hijo, Diego Nieto, algunas melodías como si él le llevara serenata.

Diego Armando Nieto desapareció hace 12 años y la señora Alma quiere hacer público su dolor como forma de protesta, no para causar lástimas. Su hijo ya era adulto cuando se le perdió de vista y, a su vez, dejó una hija al que doña Alma también le perdió el rastro. Se queja de la falta de atención de las autoridades, primero por la eficiencia de una búsqueda que, si se realizó, empezó en el 2011 y no ha acabado, pero también por la falta de información que le proporcionan pues, en todo este tiempo, han sido pocas las ocasiones en que alguien se ha acercado a ella o ha aceptado recibirla.

Como doña Alma, otras madres se congregaron en el “Memorial de las Víctimas”, también en el Palacio de Gobierno, en ese espacio improvisado en el que han colocado fotografías de los desaparecidos y víctimas de delitos impunes.

Desde luego, estas ausencias no afectan solo a las madres, sino a familias enteras y afrentan a toda una comunidad, son tragedias que arrastramos desde hace años y que, conforme pasa el tiempo, se hacen más.

Ayer la Fiscalía General del Estado les pidió a todas ellas paciencia, aún más de las que han demostrado tener por años. Pero la paciencia es todo lo que muchas familias les queda como remedio pues no pueden hacer más. Así es que ¿qué más se les puede pedir? y ¿qué otra cosa les queda por dar?

Muchas de estas desapariciones y crímenes aún sin resolver se originaron antes de que la actual administración asumiera su responsabilidad, antes que el Fiscal Uriel Carmona también tomara posesión de su cargo. Y, creyéndoles, están trabajando por esclarecer todos estos sucesos, lo malo es que nadie, ni en esta administración ni en las pasadas, han demostrado un poco de simpatía y conmiseración por los dramas familiares que viven miles de morelenses.

Dejemos pues que las autoridades hagan su trabajo y esperemos que nos demuestren sus capacidades reales, pero, en lo que esto sucede, alguien debería abrir su oficina y darle una explicación a estos ciudadanos, alguien debería entender que estos casos no son solo de horas de oficina y que lo menos que los ciudadanos podemos esperar de las autoridades es atención, la eficiencia y los resultados, en el mejor de los casos, deberían venir inmediatamente después.

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