loader image

Homicidios

Héctor H, Hernández Bringas*

Tal vez anticlimático en temporada navideña, pero indispensable abordar el tema.

El homicidio en México es un tema de revisión cotidiana por parte de la opinión pública y de las instancias gubernamentales. Lo es porque en los últimos tres lustros ha ido cobrando una gran relevancia, siendo el nuestro un país con una de las tasas más elevadas de homicidio en el mundo. Y también lo es porque, más allá de la estadística, el homicidio doloso constituye el máximo agravio de que puede ser objeto una persona y un drama para su familia y su círculo social más cercano. Es uno de los síntomas conspicuos de la proliferación de la violencia y la descomposición social que ha vivido nuestro país.

En México alrededor de cien personas son asesinadas cada día, sin considerar los cuantiosos homicidios que no se contabilizan o que se registrarán tardíamente por encontrarse en condición de desaparecidos o en fosas clandestinas.

A partir de 2008, México ha vivido una “situación anormal” tomando como referencia las tendencias históricas que se venían registrando previamente a la crisis de inseguridad. Pero el incremento del homicidio es un fenómeno generalizado entre los grupos de edad y género de la población y en el territorio nacional. La amplitud territorial y social que ha adquirido el homicidio sugiere explicaciones que van más allá de la lucha contra y entre las organizaciones criminales, para ubicarlas también en el ámbito de la vida social y de las relaciones interpersonales.

El homicidio ha cobrado mayor importancia como causa de muerte en el país. ocupando el octavo o séptimo sitio en los últimos años. Como es de suponer, la importancia del homicidio como causa de muerte se expresa de forma diferenciada según grupos de edad. En el rango de los 15 a39 años, ya la causa principal. Este patrón por edad se explica en buena medida por el alto nivel de homicidios entre la población masculina. Sin embargo, entre mujeres su importancia relativa no es despreciable: entre ellas es, en el último lustro, la tercera causa de muerte entre los 15 y los 29 años.

En la explicación de la violencia exacerbada que vive México confluyen sin duda factores relacionados entre sí: a las estrategias gubernamentales de combate o solapamientoal crimen organizado, así como a los conflictos entre los grupos criminales. Pero menor atención se ha dado a la dinámica social interna, que se en enmarca en un escenario caracterizado por la desigualdad socioeconómica, grandes contingentes de jóvenes sin empleo o con empleos precariosy sin acceso a la educación y, en general, por una convivencia social en la que aún prevalece la inequidad de género y la cultura machista. 

Las muy importantes dimensiones que tiene el fenómeno del homicidio en México nos dan cuenta de que éste afecta no sólo a los directamente involucrados en la lucha contra y al interior del crimen organizado. También ha tocado de manera directa a la población civil, tanto como víctima “colateral”, cuanto como participe de la violencia. Dentro de esta dinámica deben considerarse no sólo la existencia de las llamadas ejecuciones ligadas al crimen organizado, sino también otro tipo de homicidios vinculados a una vida social conflictiva y a una violencia interpersonal que también va en ascenso. 

En próximas entregas abundaremos sobre el tema y analizaremos, por supuesto, lo que pasa en el estado de Morelos…

*Investigador del CRIM/UNAM en Morelos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *