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Reconocimiento de patrones, IAG y manipulación electoral

Braulio Hornedo Rocha*

A Maricruz Rocha Hernández (1924-2024)

En 1974, siendo estudiante de arquitectura y matemáticas en la UNAM, tuve la fortuna de ganar una beca en el proyecto de “Percepción remota” (Análisis e interpretación de imágenes de satélite). Proyecto dirigido por el Dr. Adolfo Guzmán Arenas. Él trabajaba entonces en el Centro de Investigación en Matemáticas Aplicadas, Sistemas y Servicios (CIMASS). Este centro fue creado a fines de 1970. En 1973 se dividió en dos al crearse el Centro de Servicios de Cómputo (CSC) que albergaba la Burroughs 6700. En 1976 el CIMAS se transformó en instituto IIMAS. Mi primer día de trabajo en el CIMAS fue inolvidable al descubrir la magnitud de mi ignorancia. Tras instalarme en un pequeño cubículo compartido con otra becaria y becario, estudiantes de física y actuaría respectivamente. A media mañana se presentó el director del proyecto en persona y me dijo:

– Hornedo, necesito que entienda los conceptos de esta “breve” bibliografía de una veintena de libros, disponibles en la biblioteca, sobre el tema de Pattern Recognition. Su tarea consiste en servir como analista programador auxiliar en el equipo de reconocimiento de cuerpos de aguas territoriales, a partir de su firma espectral, en las imágenes de satélite. ¿Entendido? — Dio media vuelta y se marchó. Yo quedé mudo y patidifuso por mi confusión ante el reto y sobre todo, por percatarme de mi enciclopédica ignorancia.

Diez años después, el 24 de enero de 1984 se presentó la original Macintosh 128 y el mundo vio que era posible tener una computadora fácil de usar, en el lugar de trabajo de cada persona. Esta oportunidad inició el proceso de informatización de la sociedad

Otros diez años después a mediados de 1994 se publica: “Ser digital”, un libro pionero y profético, que anticipaba para toda la sociedad lo que ya venían haciendo los investigadores y estudiantes en forma de prototipos experimentales en el Media Lab del MIT, dirigido por N. Negroponte. Esas mismas actividades, hoy en 2024, ya nos parecen normales y las empezamos a vivir en su etapa inicial de comercialización masiva. Pero que en 1994 todavía sonaban para el gran público como a excesos de LSD. El autor del libro, el también arquitecto Nicholas Negroponte resultó ser un viejo conocido de mediados de los años setenta. Yo lo veía a lo lejos, entre cubículos y fondos musicales de Hendrix y Janis Joplin a todo volumen. Nunca lo traté, sólo lo conocía de vista, durante mis dos visitas veraniegas a Cambridge, Mass., cuando él dirigía el “Architecture Machine Group” en el Laboratorio de Computación Gráfica y Análisis Espacial, de la Escuela de Graduados de Diseño de la Universidad de Harvard. En Ser digital, Negroponte nos anticipa el panorama de máquinas que pueden entender lo que les hablamos y responder de forma coherente tanto de manera hablada como escrita. Máquinas que nos ven y oyen y reconocen nuestros rasgos faciales como llaves de seguridad, máquinas que llevan nuestra agenda y contestan las llamadas con criterio. Asistentes personales altamente eficaces en devorar terabytes de datos para cumplir una solicitud. Máquinas que actúan como personas inteligentes.

El reconocimiento de patrones actualmente es un método de análisis matemático que se integra a las técnicas de inteligencia artificial generativa (IAG), para reconocer e identificar, mediante algoritmos de machine learning, los patrones, regularidades y comportamientos de grandes volúmenes de datos de muy diversa naturaleza: fotos, textos, sonidos, voz, imagen fija o en movimiento. Dando como resultado modelos de audios o videos altamente verosímiles, y por tanto eficaces para transmitir mensajes dolosos y manipuladores, que pueden llegar a cambiar las tendencias de las encuestas electorales e influir en los resultados.

Las últimas semanas de las campañas veremos surgir nuevos ejemplos con la voz y la imagen de candidatos a quienes se quiere denostar. Los oiremos decir con afligida insistencia que: dicen que no dicen, lo que dicen que dijeron. Pero las calumnias se quedan, pues siempre apuntan a sentimientos negativos. Audios y videos manipuladores de emociones son sumamente efectivos para cambiar la percepción de los hechos por parte del público y su intención de voto. Quien hoy es puntera en las encuestas, mañana puede amanecer empatada y pasado derrotada. En eso consiste la táctica de la oposición en México y en particular en Morelos. La (IAG) ya está siendo usada por la oligarquía del PRIAN para inducir masivamente a la confusión electoral. Un reciente audio calumnioso en redes, con la supuesta “voz” de Margarita González Saravia lo prueba. Aunque dudo que las autoridades electorales lo puedan entender, menos sancionar, o ni siquiera lo contabilicen como gastos de campaña de la oposición cuya estrategia es: mentir, calumniar y confundir al electorado.

* Lector desescolarizado y observador crítico e independiente.