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Vine a Colombia como Juez Líder del concurso Taza de Excelencia, el de mayor prestigio a nivel mundial, un certamen abierto a la participación de los quinientos mil y pico caficultores de Colombia y de cada país donde se realiza: México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Perú, Ecuador, Brasil, Etiopía, Tailandia, Indonesia, Taiwán, entre otros.

Participaron 178 fincas y luego de seis rondas de cataciones por dos paneles de jueces, uno de 12 catadores nacionales y otro de 14 catadores internacionales, se llegó a la lista final de los 10 mejores cafés que representan los excelentes cafés que se producen en Colombia. Los ganadores recibirán por sus cafés precios que van de 10 a 100 veces más su precio habitual en el mercado y la fama internacional por la calidad de sus granos, y ambas cosas se han dispuesto para ser puntos de inflexión y de cambio en sus vidas, en sus fincas, en sus regiones cafeteras.

Hace muchos años este país inició una campaña de marketing con un objetivo y lema muy claro y sencillo: “Café de Colombia, el mejor café del mundo”. Gracias a décadas de trabajo en ese pilar de comunicación, algo, mucho, han logrado. Más allá de que es imposible decir que un solo país produce el mejor café del mundo, cuestión a todas luces improbable cuando más de 60 países de condiciones naturales y humanas maravillosas producen café alrededor del mundo, una cosa es verdad: Colombia ha trabajado duro por su café, han sido unos berracos como gremio y es objetivo decir que en Colombia son gente de café, en serio.

Me refiero a los caficultores especialmente. Ellos son la base y fortaleza de Colombia, mucho más que los exportadores, comercializadores, instituciones públicas o privadas o híbridas, tostadores, suministradores y demás. Por eso creo que Taza de Excelencia suma, porque se trata del café de los caficultores.

Escribo estas líneas de camino al Huila, a Neiva, donde hoy en la ceremonia de premiación conoceré a los caficultores creadores de los extraordinarios cafés que he tenido oportunidad de catar durante dos semanas en compañía de catadores muy juiciosos y talentosos. Hay una emoción muy humana, de cuando uno va a conocer a alguien, que me corre por la piel. Sé que será un gran día, antes de volver a México este 1 de Octubre, día Internacional del Café.

Posible entrecomillado

“Más allá de que es imposible decir que un solo país produce el mejor café del mundo, cuestión a todas luces improbable cuando más de 60 países de condiciones naturales y humanas maravillosas producen café alrededor del mundo, una cosa es verdad: Colombia ha trabajado duro por su café”