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Los candidatos y candidatas de todos los partidos políticos buscarán por todos los medios a su alcance cazar el mayor número de patos –dígase votos- para ello ofrecerán el oro y el moro, con tal de atraparlos en sus redes y llevarlos a las urnas. Por su puesto, los hay con experiencia y sensatez política, que les permite comprender que en el juego político hay que dialogar y lograr acuerdos con líderes naturales, con hombres y mujeres de poder de influencia, para llegar a consensos, acuerdos y compromisos que hagan viable su triunfo; hay otros que le apostarán al poder de la marca de su partido político y al acarreo y la compra de votos.

Vemos a nivel nacional a Claudia Sheinbaum, quien empezó su campaña con un lapsus mental que rápidamente fue capitalizado por sus adversarios políticos y en redes sociales se convirtió en un trending topic. Su propuesta de 100 puntos y llena de datos, pero con algunos leves matices particulares refleja la continuidad del proyecto obradorista, el cual va de picada y, tal vez, a la marca Morena la desnude la realidad y, apenas le alcance a llegar a la silla presidencial con todo el poder del Estado que tiene.

Por su parte, Xóchitl Gálvez inició su campaña en la ciudad de Fresnillo, Zacatecas, la ciudad más violenta del país. Su mensaje fue claro y simbólico, el eje central de su campaña política es y será el combate frontal a la inseguridad. Para curarse, de las lenguas viperinas, tuvo que firmar con sangre su compromiso de respetar los programas sociales e incrementarlos. El equipo de Xóchitl Gálvez tendrá que capitalizar la debacle del oficialismo y las filtraciones de sus trapacerías.

En el estado de Morelos, la candidata de Morena y de Cuauhtémoc Blanco, Margarita González Saravia, arrancó con un mensaje incipiente y sin matices, implementar la cuarta transformación cuyo principal objetivo es “garantizar la paz en el estado”. En círculos cercanos de Margarita ya se sienten ganadores y ella se comporta como si fuera ya la gobernadora y en lo obscurito ha empezado a repartir algunas posiciones de gobierno para conseguir más apoyos, creyendo que el triunfo ya está en sus manos.

Por su parte, Lucy Meza, de la Coalición Dignidad y Seguridad por Morelos Vamos Todos, con más empaque y experiencia política y haciendo gala de sus dotes de oradora, arengó a sus seguidores con un discurso esperanzador “los morelenses saben aguantar, pero también sabemos levantar la voz, y hoy decimos ¡ya basta!, basta de la continuidad y de tanta violencia”. Su juventud y con su risa carismática genera emoción y capta la atención de sus seguidores, se compromete a hacer “valer el respeto y la dignidad de los morelenses”.

La candidata de Convergencia a la gubernatura, la diputada Jessica María Guadalupe Ortega de la Cruz, es la más joven de las candidatas. Su experiencia política incipiente, me parece y así lo indican las encuestas, no le alcanzara para concretar su aspiración y su partido político no le ayuda mucho. Apenas le alcanzara para que su partido conserve su registro.

Conforme transcurran las campañas políticas se vera de que cuero salen más correas, por lo pronto la cacería de patos ha comenzado.