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¿QUÉ TIPO DE GOBIERNO?

Vicente Arredondo Ramírez *

La Jornada Morelos

7 de marzo del 2023

No hay sociedad que pueda vivir sin gobierno, lo dice la experiencia y el sentido común. La discusión inicia, cuando se habla de formas y propósitos de gobierno.

De forma esquemática se menciona que hay tres tipos de gobierno, dependiendo el número de personas que lo conforman: el de una sola persona que juega el papel de monarca absoluto o de tirano, el de varias personas que se denomina aristocrático o bien oligárquico, y el de muchas o la mayoría de las personas que conocemos como democracia. Paralelo a esta clasificación, se plantea la pregunta sobre sobre la razón de ser del gobierno y las funciones que debe desempeñar, sea cual sea su modalidad.

El filósofo inglés Thomas Hobbes, en su famosa obra El Leviatán publicada en 1651, formula que todos los humanos somos iguales, pero  a la vez reconoce que el “hombre es el lobo del hombre”, por lo que es necesario hacer un pacto social que impida que nos autodestruyamos. El pacto consiste en acordar la existencia de un estado fuerte con todo el poder, a quien los miembros de la sociedad se le someten de manera voluntaria para que ejerza el poder en aras de asegurar la convivencia pacífica.

En sentido contrario, el también filósofo inglés John Locke propone, en su Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil en 1660, un gobierno liberal que no tenga poder absoluto sobre las personas y que permita y asegure que ellas vivan ejerciendo su libertad. El gobierno debe existir para proteger la vida, la salud, la propiedad, y la libertad de las personas, las cuales por naturaleza son buenas. La existencia de un gobierno se justifica en su función de juez con la autoridad necesaria para dirimir conflictos y castigar a quienes afecten a los demás. Además, ese gobernante no es absoluto, sino que la sociedad puede destituirlo.

El movimiento de la Ilustración del siglo 18 en el continente europeo provocó la evolución de la tradicional forma monárquica de gobierno, y dio pie al surgimiento, en diversas modalidades, de la forma republicana de gobierno, con la propuesta de creación de tres poderes, para asegurar los “pesos y contrapesos” necesarios para impedir gobiernos tiranos y oligárquicos.

Estas consideraciones a “vuela pluma” sobre los tipos y funciones del gobierno parecerían ser anacrónicas, sobre la base de que estos temas ya han sido ampliamente reflexionados, experimentados, y consensuados en los últimos dos siglos en Occidente, y que no hay campo alguno para cuestionarlos. Sin embargo, no es el caso, ya que recientemente, en México y en el mundo, se han utilizado cada vez con mayor frecuencia, y con diferente contexto y propósito, las palabras “dictadura”, “populismo”, “democracia”, “comunismo” “golpe de estado blando”, “partidocracia”, “neoliberalismo”, “hegemonía”, “libertad” y más, como si se estuvieran poniendo en duda conceptos y premisas ampliamente aceptadas.

Explico esta situación, como síntoma de que las ciencias políticas convencionales, en sí mismas, ya no ofrecen respuestas a las problemáticas actuales de convivencia. Elqué, cómo y para qué del gobierno está a discusión, y no están aún claras nuevas propuestas de organización y distribución del poder en la sociedad actual. 

Es necesario, por consiguiente, regresar al punto de partida y preguntarnos de nuevo en México qué tipo de gobierno necesitamos, qué atribuciones le daríamos, y cómo lo organizaríamos. Los resultados de ese ejercicio permitirían comparar la problemática real, con el modelo y la normatividad que nos rige actualmente.

Se dirá que este ejercicio es absurdo, innecesario e imposible de realizar en nuestro país, ya que muchos dirán que nuestro régimen republicano democrático representativo federal está funcionado suficientemente, que están claras las funciones de los tres poderes federales, que hemos probado estarmaduros para el federalismo y rechazamos el centralismo, que los partidos políticos cumplen su función, que los proceso de selección de candidatos a puestos de elección popular responden a criterios de honradez y capacidad, que los poderes fácticos como los medios de comunicación, las corporaciones nacionales y extranjeras, el crimen organizado y el gobierno de los Estados Unidos de América no inciden en nuestras libertad y soberanía, que nos queda claro quiénes son los responsables en México de crear las condiciones de seguridad humana, y que la procuración y administración de justicia en todos los estados y municipios de la federación opera a satisfacción. ¿Será?

En lo personal pienso que urge una nueva política y una nueva economía que asegure la inclusión de la dimensión cultural, la problemática social y ecológica, la ética, el espíritu de servicio, la noción de corresponsabilidad, y la salvaguarda de la soberanía. Lo que marcó recientemente la relación gobierno/sociedad fue una política sometida a una forma específica de hacer economía. Necesitamos analizar el presente y proyectar el futuro, dialogando sobre la vigencia de los postulados de Aristóteles, Hobbes, Locke, Montesquieu, de la Revolución Francesa, y de la Revolución Mexicana fuentes originales de nuestro actual diseño institucional de gobierno.

*Especialista en temas de construcción de ciudadanía.

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