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*Prudenzio Mochi Alemán 

 

Aprovechando la oportunidad de compartir con ustedes,amables lectores de esta columna, y dando continuidad al interrogante planteado en su última intervención por la Dra. Tatiana González Rivera, hoy me abocaré a relatarles las propuestas que llevamos a cabo desde el Grupo de Investigación del Nodess Morelos Solidario y Cooperativo, conformado por investigadores de distintas universidades y centros de investigación con sede en Morelos. 

Nuestro trabajo se centra en profundizar y conceptualizar los distintos matices y peculiaridades que adquiere este enfoque de la Economía Social y Solidaria, tanto en México como en nuestro estado en particular. Posteriormente, una vez sistematizadas las características que nos ayudan a elaborar las bases teórico-conceptuales que sostendrán las acciones,aplicamos estos conceptos empíricamente en el territorio. En ese sentido, vamos retroalimentando nuevos conocimientos y enriqueciendo tanto el trabajo teórico como el empírico.  Los ámbitos de las investigaciones se amplían de acuerdo con las distintas líneas, tales como: caracterizar la estructura económica/social; cuantificación de las tierras sociales; desarrollo territorial, vinculación universidad-territorio; cadenas cortas de valor, agroecología, turismo comunitario y algunos otras más. Una vez concluido el trabajo, por lo general y atendiendo también las obligaciones institucionales, los resultados se difunden en revistas nacionales e internacionales debidamente arbitradas, y en libros o capítulos. 

Ejemplo de estos esfuerzos y como respuesta a un tema relevante de estos últimos años, pandemia de por medio, es la demanda por parte de los consumidores de alimentos más sanos, agrosistemas más preservados, mercados más justos y cercanos al consumidor, así como mejores oportunidades de trabajo. Además, el sector rural preponderante en la economía social y solidaria que constituyen los ejidos resulta de mucha relevancia. Basta recordar que Morelos cuenta con casi el setenta por ciento bajo esta modalidad de propiedad social de la tierra.

Por eso nuestro objetivo es alcanzar la soberanía alimentaria favoreciendo el acceso a través de procesos de autoproducción agroecológicos, que apoyen a productores y consumidores, y fortalecer experiencias productivas y circuitos cortos de valor, de comercialización, que aseguren el abastecimiento de alimentos a las comunidades locales y que entablen una nueva relación entre lo rural y lo urbano.

También resulta pertinente preguntarnos: ¿qué enfoque económico orientado a producir, consumir, distribuir y reciclar responde a esta demanda? La respuesta la encontramos en la “asociatividad y organicidad difusa” en el territorio, característica de la economía social y solidaria expresada en lazos de reciprocidad, solidaridad y cooperación que se gestan en los ámbitos familiares y comunitarios. 

Estos procesos deben estar complementados para llegar a buen puerto con la capacidad y presencia del Estado para garantizar políticas públicas sustentables de base territorial que garanticen además el cumplimiento de los derechos de las personas que habitan en las comunidades.

 

 

*Investigador de tiempo completo en el CRIM-UNAM. Coordinador del Grupo de Trabajo Investigación, Capacitación y Difusión del NODESS Morelos solidario y cooperativo.

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