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Una conversación con Valeria Luiselli

Por Raúl Silva

Desde su publicación, a principios de 2019, Lost Children Archives (Knopf Publishing Group) desató una marea que al paso de los meses comenzó a crecer y se hizo visible a través de premios y de la respuesta, que en forma de reseñas, dejaron claro que se trataba de una novela que no sólo era una novela, sino un dispositivo al que se le podía subir o bajar el volumen, un cajón de sastre con los elementos necesarios para confeccionar itinerarios reales y ficticios, una colección de voces que construyen el andamiaje de mundos inacabados. 

​En septiembre de 2019, la Editorial Sexto Piso publicó la traducción que Daniel Saldaña Paris y la misma Luiselli hicieron de Lost Children Archives, con el título de Desierto sonoro.

En marzo pasado, Lost children Archives ganó en Inglaterra el Premio Rathbones Folio 2020, conocido también como “el premio de los escritores”. Lost Children Archives (Knopf Publishing Group) fue considerada la mejor novela del 2019 por un jurado integrado por Paul Farley, Nikita Lalwani y Ross Raisin. Su autora, Valeria Luiselli, durante la ceremonia de premiación realizada en video conferencia, dijo: “Otorgar un premio en una época como la que estamos viviendo quiere decir que seguimos creyendo en lo que hacemos, que los libros son algo más grande que nosotros mismos y que nos sobrevivirán. Estoy preocupada por nuestro gremio, por las librerías independientes, por las pequeñas y no tan pequeñas editoriales, agentes, publicistas, diseñadores, correctores de estilo, impresores, pero de ninguna manera estoy preocupara por el futuro de la literatura… Al contrario, la literatura siempre, y una vez más, nos revela que en tiempos de incertidumbre y miedo lo que podemos hacer, lo que podemos buscar dentro de nosotros mismos y comunitariamente es una especie de fuerza que nos encauce, un compromiso para reinventarnos desde nuestra cotidianeidad y abrirnos camino entre la desesperación, la insensatez y el miedo, con el fin de encontrar palabras que logren crear nuevos pensamientos y nuevas ideas. ¿Para qué? Para que la generación que nos sigue tenga un antecedente y cambie cuanto sea necesario.” Desierto sonoro es precisamente eso, un largo viaje donde las voces de los más jóvenes tienen resonancias que buscan reinventar la realidad, para crear un mundo que comience a reflejar verdaderamente esa naturaleza que con tanta frecuencia invocamos en vano: la naturaleza humana. 

​Valeria Luiselli ganó en Nueva York el 2020 Vilcek Prize for Creative Promise in Literature, un reconocimiento diseñado para estimular y apoyar a artistas y cientificos inmigrantes que han mostrado logros excepcionales en su carrera.

​A finales de julio de ese mismo año obtuvo en Italia el Premio Fernanda Pivano por la traducción al italiano de Lost Children Archives (Archivio dei bambini perduti’, editorial La Nuova Frontiera). 

           En la siguiente conversación, Luiselli comparte sus pensamientos en torno al incierto presente, el sentido profético de la literatura, la curiosidad inquisidora de los niños y el dramático futuro de los niños migrantes. 

 

Valeria, en Desierto sonoro escribiste: “Experimentamos el tiempo de manera distinta. Nadie ha logrado captar realmente lo que sucede ni por qué. Tal vez es solo que sentimos la ausencia de futuro, porque el presente se ha vuelto demasiado abrumador y por tanto se nos ha hecho imposible imaginar un futuro.” Ya se sabe que la literatura tiene esa condición, digamos natural, para asomarse al futuro, pero no por eso deja de ser inquietante tener esa sensación de que el presente ya había sucedido.

 

–  Sí, a veces es escalofriante cómo lo que se escribe en una época aplica mejor a una época futura,  pero creo que es parte del ejercicio de la ficción y que sucede mucho, que novelas escritas hace tres o cuatro años, y a veces hace veinte años, parecen hablarle mejor a nuestros tiempos que a esos tiempos en dónde fueron escritas.  También creo que es parte del ejercicio de la ficción, porque es lo que hacemos los escritores de ficción, es decir tenemos una serie de elementos enfrente de nosotros y con esos elementos hay que lograr una posible combinación, un desarrollo de los hechos. Creo que muchas veces, queriendo o no, le atinamos a algo que ahí viene, que está ahí a la vuelta de la esquina y que intuímos en un lugar profundo, pero que no vemos todavía con claridad y creo que es entonces cuando sucede esto que estás diciendo, como si las novelas pudieran recordar el futuro de algún modo.

 

¿Y cómo estas viviendo estos tiempos?

 

– Híjoles, yo creo que como tanta gente… Más que nunca me cuesta ver hacia delante, no entiendo bien cómo es que vamos a salir de este momento y a salir bien. Es decir, creo que como toda crisis es una oportunidad para re imaginar un montón de cosas, re imaginar las instituciones que nos rigen, re imaginar nuestras relaciones interpersonales, re imaginar incluso nuestras relaciones con nosotras mismas, cómo re imaginar nuestra interioridad, pero es un trabajo diario y constante, a veces es agotador y parece que no hay para adónde, ni hacia adónde ir. Pero bueno, yo ahí creo en la pequeña disciplina cotidiana, diario, sentarse a trabajar diario, ponerse a leer diario, tener un momento de silencio con uno mismo para no sentirse completamente abrumado por el caos y la incertidumbre.

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