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Miguel A. Izquierdo S.

El ejercicio comprometido del servicio público incluye el diseño de instituciones educativas que atiendan tareas específicas que el gobierno no puede ni debe administrar por sí mismo, de ahí que en las leyes federal y estatales de la administración pública, se autorice y recomiende la creación de organismos públicos descentralizados, autónomos y desconcentrados del Estado, para su ideal desarrollo. Eso precisamente han hecho respecto a las Universidades Pedagógicas en los estados de Durango, Chihuahua y Sinaloa, convirtiéndolas en organismos descentralizados y sectorizadas a las Subsecretarías de Educación Superior estatales, asegurando con eso, que puedan concursar por diversos programas federales que les permite allegarse financiamientos extraordinarios y así no depender de los recursos que les asigne el gobierno estatal. Eso no se ha hecho en Morelos, al quedar desde el año 1985 asignada como dependencia del IEBEM, ¡Educación Básica!, siendo una institución de educación superior, cortándole las alas para allegarse los recursos mencionados.

Sí, ha habido grandes errores de diseño institucional de la UPN en Morelos, desde 1985 y ha faltado voluntad para apoyar decididamente su desarrollo, dado que internamente, su personal, en dos momentos, solicitó formalmente su conversión a organismo descentralizado, en el año 2000 y en el año 2014, vía el gobierno estatal y la cámara de diputados. No hubo respuesta, y se sigue evitando su pleno desarrollo. ¿Por qué decimos esto? Como ya mencionamos, su estatus de dependencia del IEBEM le impide participar de los programas federales antes mencionados, que suelen ser millonarios, anuales; hace diez años que la reclasificación de las y los académicos que tienen derecho a esa mejora salarial y en estatus, no la reciben, con pérdida de sus medios de vida; como institución no está autorizada a “vender servicios” de asesoría o de diseño curricular, y operación de programas educativos para terceros, lo que significaría ingresos extraordinarios, muy benéficos para su crecimiento; no puede firmar convenios directamente para participar en concursos nacionales o internacionales para operar proyectos educativos, lo que implicaría recibir apoyos extraordinarios en equipamiento, ayudas para investigación, operación de Cátedras, contratación temporal de profesores extranjeros de gran reconocimiento, por mencionar apenas algunos beneficios concomitantes.

Sin embargo, desde el Programa Nacional de Educación del actual gobierno federal, se incluyó el compromiso de reorientar el estatus jurídico de la UPN nacional, y a la UPN Morelos como parte de ese conjunto de instituciones, y tras una amplia consulta a cada una de sus Unidades en el país, fueron entregadas a la SEP y a la legislatura federal, las opciones con más respaldo interno de sus académicos/as y estudiantes, a saber: la opción autonómica y la de un organismo descentralizado, que reagrupara a las dispersas Unidades estatales en un solo ente federal. El Senado y la SEP se comprometieron a determinar en octubre pasado el nuevo estatus jurídico y no se han pronunciado al respecto. Nos deben esa respuesta, ¡tan esperada por más de 35 años!

Debemos reiterarlo, la UPN Morelos no es servicio de Educación Básica, es de Educación Superior. Sin procesos de reclasificación de su personal incumple laboralmente sus obligaciones, además de minar sus posibilidades de desarrollo al no poder contratar servicios educativos con terceros. ¡Tantos impedimentos en su manco y cojo diseño institucional!

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